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Según Hernández (2006) “desde la perspectiva de las víctimas de

la violencia, la reconciliación equivale a derecho a la verdad,


superación de impunidad y reparación integral”.

González Salzberg (s.f. ) define: “(…) el derecho a la verdad como


el derecho que asiste a las víctimas –directas e indirectas– de
graves violaciones al DIH o al DIDH, como también a la sociedad
en su conjunto, a conocer lo verdaderamente ocurrido en tales
situaciones”

Vivian Newman (2009) propone una definición del derecho a la


verdad según la cual: “Es el derecho individual y colectivo a saber
los hechos, las circunstancias, las causas, las consecuencias, los
responsables y las víctimas de las violaciones de los derechos
humanos y el derecho internacional humanitario”
Comité de Derechos Humanos de la ONU (s.f.) (…) Es un
derecho tanto colectivo como individual. Toda víctima
tiene derecho a conocer la verdad sobre las violaciones que
le afectan, pero la verdad debe comunicarse también a la
sociedad como una salvaguardia fundamental contra la
repetición de tales violaciones, según se indica en el
principio 2 del Conjunto de principios para la protección y la
promoción de los derechos humanos mediante la lucha
contra la impunidad.

la OEA.- El derecho a la verdad es de carácter colectivo que


permite a la sociedad tener acceso a información esencial
para el desarrollo de los sistemas democráticos y un
derecho particular para los familiares de las víctimas, que
permite una forma de reparación, en particular, en los
casos de aplicación de leyes de amnistía (CIDH, Caso
Bámaca vs. Guatemala, 2002).
Según relata el alto comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos (2006) en su „Estudio sobre derecho a
la verdad‟, el derecho a la verdad tiene su origen más remoto
los Tratados de Ginebra sobre Derecho Internacional
Humanitario, cuando por primera vez, en el artículo 32 del
Primer Convenio se estipuló que los familiares de las víctimas
y de los prisioneros tenían derecho a saber la verdad sobre lo
sucedido.
En virtud al artículo 1.1 de la CADH,
La primera obligación asumida por los Estados Partes, es “respetar los derechos y
libertades reconocidos en la Convención”, lo cual implica el deber de los Estados de
asegurar la vigencia, el goce y disfrute de los derechos humanos mediante un sistema
jurídico, político e institucional adecuado.

La segunda obligación de los Estados Partes según la CADH es “garantizar el libre y pleno
ejercicio de los derechos reconocidos en la Convención a toda persona sujeta a su jurisdicción,
sin discriminación alguna”, en virtud de la cual, los Estados deben de asegurar el ejercicio
de los derechos humanos procurando los medios jurídicos adecuados de protección.

Ambas obligaciones generales, entre las cuales podemos mencionar la obligación de prevenir
las violaciones de los derechos humanos; la obligación de investigar seriamente las violaciones
cometidas en su ámbito de jurisdicción; la obligación de identificar, procesar y sancionar a los
responsables de las mismas; la obligación de reparar los daños producidos por la violación de
los derechos humanos, así como procurar el restablecimiento, si es posible, del derecho
conculcado; y la obligación de establecer la verdad de los hechos. .
OBLIGACIÓN DE INVESTIGAR

OBLIGACIÓN DE ESTABLECER LA
VERDAD DE LOS HECHOS

RELACIÓN CON OTROS DD.HH

TITULARIDAD DEL DERECHO A LA VERDAD


Las Comisiones de la Verdad son “órganos oficiales,
temporales y de constatación de hechos que no tienen
carácter judicial y se ocupan de investigar abusos de los
derechos humanos o el derecho humanitario que se hayan
cometido a lo largo de varios años”

COMISIONES Argentina
OFICIALES
Chile
El Salvador
Peru
COMISIONES Bolivia
NO
OFICIALES Brasil

Paraguay
La sentencia del Tribunal Constitucional del Perú (en adelante el
Tribunal) correspondiente al Expediente 2488-2002-HC/TC (caso
Genaro Villegas Namuche), del 18 de marzo del 2004, constituye
un acontecimiento de especial importancia para la investigación
de las violaciones a los derechos humanos. En esta decisión, el
Tribunal ha reconocido el derecho a la verdad como un nuevo
derecho fundamental, por cuanto se deriva del principio de la
dignidad de la persona, del Estado democrático y social de
derecho, y de la forma republicana de gobierno. Nos interesa
comentar algunos aspectos de especial relevancia de esta
decisión.

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