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UNIDAD N° 2

ESTRUCTURA Y DINÁMICA
DE LA PERSONALIDAD

La ESTRUCTURA de la PERSONALIDAD.
Joseph Nuttin
LA ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD
 La estructura yo-mundo
 La personalidad es esencialmente una estructura que va
mas allá de su organización interna. Es una estructura de
dos polos: yo-mundo, organismo-medio.
 La personalidad no es simplemente un aparato que
funciona; tampoco esta simplemente “abierta” al mundo,
sino que es un mundo y tiene su mundo , tomado del
mundo objetivo y social, pero convertido en “mío” y en
parte integrante de mi yo, debido a que constituye el
termino intrínseco de mis actividades psíquicas.
 El ingreso del mundo en la estructura psíquica no se
produce pasivamente, por simple absorción. Los seres
humanos somos buscadores de interacción; poseemos
disposiciones innatas, filogenéticamente adquiridas, que
“exigen” tipos específicos de interacción con el mundo.
La personalidad rebasa estas dos estructuras y
que debe ser estudiada como una unidad funcional
que abarque tanto el yo como el mundo.
Este abordaje yo-mundo comprende aspectos
íntimos y sociales y también factores dinámicos, como
las necesidades de adaptación, los conflictos y la
identidad a través del tiempo.
La persona se muestra al mundo como un
conjunto de rasgos físicos, que cambian en forma
sucesiva, y de una gran variedad de conductas, que
tienen una continuidad en el tiempo, en relación con
las distintas situaciones que debe enfrentar; y
también intuitivamente los fenómenos son captados
como emanados de una unidad. Esta unidad es
cambiante y representa a la persona concreta que es.
 El mundo del que habla Nuttin es construido por el
sujeto mismo. El mundo es creado por la
percepción y, a la vez, ésta es alimentada por
el mundo. Esa es la trabazón indestructible que
suelda el psiquismo al medio. Nuestras
percepciones y necesidades “crean” activamente los
objetos del mundo, y éste los provee para que
puedan ser “personalizados” e incorporados.
EL MUNDO COMO PARTE INTEGRANTE DE LA
PERSONALIDAD
 La PERSONALIDAD como vida psíquica
personalizada incluye el mundo, es decir, mi
comportamiento y mi experiencia en general
intervienen en la constitución de mi personalidad, y
ese comportamiento, o esa experiencia implica uno
de los polos del proceso concreto, el mundo tal como
fue objeto de mi actividad. De esta manera, nuestros
padres, nuestros hijos, nuestra fábrica o nuestro
ambiente de trabajo, todo el mundo de nuestra
actividad y de nuestros afectos positivos o negativos
forman parte de nuestra personalidad en cuanto
constituyen su contenido.
 Esto es cierto para todas las personas, por ello se
puede afirmar que los hombres que viven en un
medio objetiva y socialmente más o menos
idéntico, tendrán un contenido de vida psíquica
(aspecto material de la personalidad)
parcialmente semejante. Comprobamos así que se
asemejan más y se comprenden mejor, que otros
que viven en una civilización y en una situación
de vida completamente diferente. No obstante,
sabemos que un medio “objetivamente idéntico”
puede formar situaciones psicológicas muy
variadas para las diferentes personas que en él
viven.
 Ejemplificando:
Ese mundo ya no es “la plaza del pueblo” en
la que se desarrolla la vida de la comunidad,
constituye por el contrario la interioridad y
eventualmente de la intimidad de la
personalidad. Modificar ese mundo interiorizado
o íntimo, que comprende el conjunto de los
objetos actuales y pasado de sus preocupaciones,
opiniones, afectos y proyectos, es modificar lo que
el hombre experimenta y considera como el
núcleo mismo de su personalidad. La ausencia de
esos objetos crea una vida insoportable. La
desaparición de esos objetos, genera la sensación
de no tener un contenido de no tener una
consistencia interna.
 La PERSONALIDAD no es simplemente un
aparato que funciona, tampoco está simplemente
“abierta” al mundo sino que es un mundo y tiene
un mundo, tomado del mundo objetivo y social,
pero convertido en “mío” y es integrante del yo, a
causa de que constituye el término intrínseco de
mis actividades psíquicas. LA PERSONALIDAD
ESTÁ, ASÍ, “LLENA” DEL MUNDO.
 No sólo el hecho de ser vaciado del propio mundo
personal trastorna profundamente la
personalidad, un cambio del mundo objetivo y
social puede ser la causa de desórdenes psíquicas
(ejemplo: emigrante “desarraigo” y
“aculturación”).
EL ASPECTO DINÁMICO DE LA
ESTRUCTURA YO-MUNDO
 Las necesidades pueden ser comprendidas como
tres planos de interacción entre la persona y su
medio: la biosfera o esfera de lo biológico, el social y
el “ideal”. Sin embargo, no son disociadas ni
irreductibles; una fuerza vital unificada da impulso
a estas interacciones: la tendencia a la
autoactualización de las potencialidades, o al
autodesarrollo. El dinamismo de base es la
tendencia a vivir, mantenerse y diferenciarse.
Necesidad es una carencia o escasez de algo que
se considera imprescindible.
Frente a ello el yo realiza una tendencia en la
búsqueda de satisfacción de la misma.
Es poco esclarecedor considerar cada una de las
tendencias como una entidad dinámica aparte; lo único
que se hace es agregar el término “tendencia” a cada
forma de conducta comprobada.
Pero la compresión y la unificación de la conducta
son favorecidas por una operación que devela la
orientación común en la base de esas necesidades
diferenciadas.
 Así, se comprueba que en una situación
amenazadora en la que se ve atacado, el sujeto
tiende a defenderse; en condiciones de
supervivencia difíciles, tiende a la
autoconservación, en tanto que en situaciones
favorables manifiesta una tendencia al
despliegue y actualizaron de sus potencialidades
latentes, es decir al autodesarrollo. El
individuo que en un momento de depresión se
percibe débil y desprovisto de medios ante
condiciones de vida inciertas, experimenta una
necesidad de seguridad, así como la
inestabilidad de las condiciones sociales lo
empuja a buscar seguridad social. En todos los
casos se trata, en ultimo análisis, de un mismo
dinamismo orientado hacia el despliegue optimo
del sujeto, en función de la situación significativa
presente.
Un necesidad , considerada a nivel psicológico
o comportamental, consiste en ciertos tipos de
relación del organismo o de la personalidad con el
medio, tipos de relación que son indispensables
para el buen funcionamiento psicofisiológico de la
personalidad y que, en consecuencia, deben ser
considerados como elementos escenciales de su
estructura yo-mundo.
Una necesidad determinada deriva, en último
análisis, del hecho de que la personalidad está
constituida por tal o cual forma de inserción
potencial en el mundo.
 Hasta aquí vemos que las necesidades son tipos
generales de interacción de los que el organismo
no puede prescindir sin un desequilibrio
funcional. Por ello deben ser consideradas como
los elementos esenciales de la inserción funcional
del yo en el mundo y reciben de la actividad vital
misma el poder de establecerse, mantenerse y
desplegarse. En esto reside el carácter
DINÁMICO, es decir, activan y dirigen el
comportamiento.
EL ASPECTO COGNOSCITIVO DE
LA ESTRUCTURA YO-MUNDO
Esa interacción promovedora del crecimiento
solo es concebible, a nivel humano, como
integrada a los factores cognitivos. El hombre
tiene conocimiento de sí mismo en un sentido
autoconstruido y autoconciente: es capaz de
estructurar una concepción de sí mismo que es, la
que en todos los casos, genera, mantiene y dirige
el proceso de autodesarrollo. La función
cognoscitiva es activa, va siempre mas allá,
modificando y produciendo, apropiándose de los
objetos, ampliando los umbrales de tensión.
Trabaja sobre la materia inerte, la transforma en
cultura y luego el ser humano mismo necesita de
esa cultura.
Esta presencia cognoscitiva del objeto frente
al yo implica, para el yo, una cierta posesión
cognoscitiva de sí mismo, y una posibilidad de
tomar posesión de objeto como tal. Tal percepción
del objeto crea la “distancia” necesaria que
permite a la personalidad percibirse como sujeto
que percibe el mundo, sin coincidir con este acto.

Esto queda en el ser humano como


experiencia vivida, ese contenido corresponde a
su “mundo personal”, crea en la personalidad la
dimensión de interioridad y de intimidad.
Cuando lo que conocemos (mundo) es otro ser
humano hay reciprocidad en el “encuentro” y
esto es una de las motivaciones más profundas
del hombre: “existir en el mundo personal del
otro”. Las necesidades a nivel social deben ser
consideradas en el marco de las relaciones
cognoscitivas recíprocas.

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