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UNIVERSIDAD LIBRE

FACULTAD DE DERECHO
DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO Y
DE LA SEGURIDAD SOCIAL
PRINCIPIOS RECTORES DEL
DERECHO PROCESAL
LABORAL EN PARTICULAR
1. PRINCIPIO DE LA TITULACIÓN

Este principio constituyó una innovación en la técnica de


elaboración de los códigos y antecedió a los actuales
estatutos, tanto procesales como sustantivos, por los
beneficios que implicó (158 y 169 CN).

Consiste este principio, en que cada una de las normas se


encuentra debidamente titulada. Tal título, generalmente,
resume el contenido de la norma y constituye pauta
fundamental de orientación al juez y a las partes,
permitiendo fácilmente la consulta de las disposiciones a
más de facilitar el poder establecer su alcance, a efectos de
determinar la aplicación analógica de la Ley (artículo 145
del C.P.L.).
2. PRINCIPIO DE GRATUIDAD.

El principio de la gratuidad en materia laboral es


consustancial al Estado Social de Derecho, pues la
misma Constitución Nacional de 1991 estableció el
trabajo como un valor y un derecho fundamental
del hombre. Además, es el principio que garantiza
el libre acceso de los trabajadores a la justicia, en
igualdad de condiciones, en aras de lograr la
equidad y la justicia social. (ARTÍCULO. 39
C.P.T.S.S.)
En aplicación concreta de este principio el Gobierno ha expedido las siguientes
normas:

- Ley 2ª de 1976. Artículo 26. Exención del impuesto de timbre contratos.

- Ley 39 de 1981. Impuesto de papel sellado.

- Decreto Ley 2146 de 1955. Franquicia postal en el interior del país.

- Decreto 2579 de 1970. Diligencias, certificados y registros solicitados por


los señores jueces laborales, penales, de menores o funcionarios de
ejecuciones fiscales, no causarán derecho o impuesto alguno (…)”.

- Ley 712 de 2001: ARTÍCULO 54-A. Vlr Probatorio Copias.

- Decreto 196 de 1971. Sobre el litigio.


EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE GRATUIDAD

* HONORARIOS DE LOS AUXILIARES DE LA JUSTICIA:


- Nombramiento de Curador Ad Litem
- El peritaje.
- Gastos por la práctica de pruebas.

* PRUEBAS DE OFICIO (ART. 54 C.P.L.).


* COSTAS JUDICIALES.
* RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE PARTES (ART. 72 C.P.C.).
* RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL APODERADOS (ART. 73 C.PC).
* MULTAS.
3. PRINCIPIO DE ORALIDAD

En virtud de este principio, las actuaciones deberán adelantarse de viva


voz, y en audiencia pública “so pena de nulidad” (art. 42 del C.P.L.).

Excepciones al principio de la oralidad.

La formulación de la demanda para todo proceso*


La contestación de la demanda*
La demanda de casación, su réplica y todo el trámite del recurso
Formulación y contestación de la demanda de reconvención,
Interposición y concesión de algunos recursos de autos dictados fuera de audiencia
Toda la actuación procesal del juicio ejecutivo laboral
El pronunciamiento de la sentencia de segunda instancia en el proceso de fuero sindical.

* Única instancia y fuero pueden ser excluidas excepcionalmente


4. PRINCIPIO DE LA PUBLICIDAD

El principio de publicidad se ha estructurado como un elemento trascendental del


Estado Social de Derecho y de los regímenes democráticos, ya que mediante el
conocimiento de las actuaciones judiciales y administrativas, las cuales, en virtud de
este mismo principio deben ser motivadas con las razones de hecho y de derecho que
les sirven de fundamento, se garantizan otros principios que de conformidad con
enunciados superiores constituyen fines esenciales del Estado, como la
imparcialidad y la transparencia de las decisiones adoptadas por las autoridades,
alejándose de cualquier actuación oculta o arbitraria contraria a los principios, mandatos
y reglas que gobiernan la función pública, lo que en últimas deviene en el respeto a
los derechos fundamentales del debido proceso y de defensa, que se garantizan,
entre otras formas, a través de la contradicción de la prueba.

EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD


Artículo 43 del C.P.L.”Por razones de orden público o de buenas costumbres”, en cuyo
caso podría el juez, ordenar que la audiencia se celebre privadamente.
5. PRINCIPIO DE LA CONSONANCIA

El artículo 35 de la Ley 712 de 2001 (66 A CPTYSS)

«La sentencia de segunda instancia, así como la decisión de


autos apelados, deberá estar en consonancia con las
materias objeto del recurso de apelación».

Este principio, al establecer una clara carga procesal para el


recurrente, establece, también, una limitación para el
fallador de instancia que se circunscribirá al alcance de lo
que es materia del mismo.
6. EL PRINCIPIO DE LEALTAD PROCESAL

Consagrado en el artículo 49 del Código de Procedimiento


Laboral, así:

“Las partes deberán comportarse con lealtad y probidad durante


el proceso y el juez hará uso de sus poderes para rechazar
cualquier solicitud o acto que implique una dilación manifiesta o
ineficaz del litigio, o cuando se convenza de que cualquiera de
las partes o ambas se sirven del proceso para realizar un acto
simulado o para perseguir un fin prohibido por la Ley”.
Facultad de rechazo por el juez, de la conducta
contraria al principio de lealtad y probidad.
Artículo 48 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, obligación del
juez de rechazar de plano toda actuación contraria a este deber que obliga a las
partes.

La conducta contraria a la lealtad procesal tiene incidencia final en la libre


apreciación de la prueba por el juez (artículo 61 C.P.L), en la mala fe del
empleador que así procede durante el proceso (artículo 65 C.S.T.), en la facultad
de rechazar pruebas legalmente prohibidas e ineficaces, impertinentes y superfluas
y diligencias inconducentes (Artículo 168 C.G.P. artículo 53 del C.P.L.), la facultad
de rechazar incidentes (artículo 38 del C.P.L.), y la facultad para decretar pruebas
de oficio con el objeto de lograr el completo esclarecimiento de los hechos
controvertidos (artículo 54 C.P.L.).
7. PRINCIPIO DE IMPULSIÓN PROCESAL DE OFICIO Y DE
CELERIDAD PROCESAL.

Anterior Art. 48 del Código Procesal del trabajo: “El juez dirigirá el proceso en
forma que garantice su rápido adelantamiento sin perjuicio de la defensa de las
partes”. El artículo 7 de la Ley 1149 de 2007 modificó el texto de ese artículo así:
“El juez asumirá la dirección del proceso adoptando las medidas necesarias para
garantizar el respeto de los derechos fundamentales y el equilibrio entre las partes,
la agilidad y rapidez en su trámite”.

En virtud de esta norma, el juez adquiere como obligación primordial frente al


proceso la dirección formal y material del mismo, impulsándolo oficiosamente o a
solicitud de las partes. Este principio es la clara expresión del sistema inquisitivo,
en contraposición al principio dispositivo, predominante en el derecho civil, en
donde las partes son “dueñas del proceso y el Juez se mueve al impulso de éstas”
ALCANCE DEL PRINCIPIO
I- Imposibilidad de perención. Excepción Art. 30 C.P.T.S.S.
II- Dilación arbitraria de las partes.

EXCEPCIÓN DE IMPULSIÓN OFICIOSA


El principio de impulso procesal de oficio, a pesar de su amplitud, no va hasta permitirle al
juez violar el derecho de defensa que existe en todo proceso, cualquiera que sea su materia
y cualquiera que sea el juzgador. La dirección del proceso se hará por las normas del
Código de Procedimiento Laboral, en cuanto ellas provean; y supletoriamente por las
normas del Código de Procedimiento Civil para los casos no previstos en él y que no
pugnen con los principios sustanciales del Derecho procesal Laboral, en virtud del principio
de la integración o aplicación analógica de la ley consagrado en el artículo 145 del C.P.L.; y
todo ello resguardando el principio de la lealtad procesal que también obliga al juez frente a
las partes. No olvidemos que el mandato constitucional somete al juez al imperio de la Ley.
8. LA CONTUMACIA JUDICIAL

La rebeldía de las partes a constituirse y a


actuar como tales, cumpliendo sus cargas
procesales, no obstante haber sido
regularmente notificados o citados al
proceso o a las audiencias, hace incurrir a
las partes en contumacia judicial.
PROCEDIMIENTO EN CASO DE CONTUMACIA:

- Artículo 30 del C.P.T., Mod. por el artículo 17 de la Ley 712 de 2001


- Artículo 71 del C.P.T.

Este principio prevé la continuidad del proceso no obstante: - El ddo. no conteste la demanda, no
concurra a la primera audiencia, no concurra el demandante, o no concurran ambas partes.
-No habrá posibilidad de paralización del proceso por inactividad de las partes, como sucede en el
proceso civil. El proceso laboral continuará impulsado por el juez quien dictará sentencia, de
acuerdo con el material probatorio que obre en autos, en razón del principio de impulso procesal
oficioso característico del Procedimiento Laboral.
- No hay lugar entonces, en virtud de dicho principio, a la perención o paralización del proceso.

La contumacia o rebeldía de una de las partes, no descarta a la otra de la obligación de probar, ni revierte
la carga de la prueba, pero constituye una actuación contraria al principio de la lealtad procesal que rige el
comportamiento de las partes en el proceso laboral (Art. 49 del C.P.L.) y pone de presente un contenido de
mala fe de la conducta de la parte renuente, que más tarde el juzgador habrá de calificar para efectos tan
importantes como el de la libre apreciación de las pruebas (Art. 61 del C.P.L.) y el de la buena y mala fe en
las condenas.
La falta de contestación de la demanda se tiene como indicio en contra del demandado. Además
de que éste pierde la oportunidad de pedir y aportar pruebas, provocar la intervención de terceros y
ejercer adecuadamente su derecho de defensa.
9. PRINCIPIO DE LIBERTAD

Está consagrado en el artículo 40 del C.P.L., así: “Los actos del proceso para los cuales las
leyes no prescriban una forma determinada los realizará el juez o dispondrá que se lleven a
cabo, de manera adecuada al logro de su finalidad”.

Este artículo consagra el principio de libertad formal, en virtud del cual cuando no exista una
forma determinada prescrita por la ley, de procedimiento laboral o civil, para realizar un
acto específico, el juzgador del trabajo puede realizarlo u ordenar que se realice como lo
estime conveniente.

Este principio constituye una innovación en materia procesal laboral porque faculta al juez
para la realización de todos los actos procesales que sean necesarios para el
adelantamiento y culminación del proceso en forma tal que garantice la realización de la
finalidad propia de los procesos laborales.
Este principio también es conocido como el de la libertad de las formas procesales y se
acogió en materia procesal laboral en contraposición al principio de la “obligatoriedad de
las formas procesales” establecido en el artículo 6º del C.P.C. para los procesos de esta
naturaleza.

Tal y como los clasifica el doctor Hernando Devis Echandía, en su obra “Compendio de
Derecho Procesal”, los actos procesales pueden clasificarse así:

Actos introductorios
Actos de impulso procesal
Actos probatorios
Actos decisorios (Autos interlocutorios y sentencias).
Actos para la terminación del proceso

Todos los actos del proceso laboral, cualquiera sea la finalidad que se persiga, mientras no
estén sujetos a una forma determinada, podrá realizarlos libremente el juez y/o las partes
sin sujeción a formalidad o requisito y atendiendo únicamente a la finalidad perseguida en
los procesos laborales. Así por ejemplo, las audiencias, las alegaciones, etc.
10. PRINCIPIO DE LA EVENTUALIDAD O
PRECLUSIÓN
En virtud de este principio los actos del proceso deberán efectuarse dentro de
los términos y en las oportunidades establecidas por la ley, con el objeto, no
solamente, de darle orden del mismo, sino también seguridad a las partes
quienes deberán comportarse con lealtad.
La eventualidad tiene qué ver con las etapas y el orden que debe
imprimírsele a los actos procesales, y la preclusión hace relación a las
oportunidades o términos que tienen, tanto el juez como las partes, para
realizar dichos actos.

Los actos del proceso pueden ser:

Actos del Juez


Actos de parte
11. PRINCIPIO DE ASEGURAMIENTO DE
LA SENTENCIA
Es también una novedosa institución introducida por la Ley 712 de
2001, en virtud de la cual se consagra la posibilidad de solicitar y
practicar medidas cautelares dentro del proceso ordinario laboral.

Se trata de un procedimiento sumario y bien expedito que, en


últimas, pretende asegurar o garantizar el cumplimiento de una
eventual sentencia condenatoria en contra del demandado que
procede en los casos previstos en el artículo 37A de la ley 712 de
2001 que reforma el artículo 85A del Código Procesal del Trabajo y
de la Seguridad Social.
12. PRINCIPIO DE DEFENSA ÉTICA DEL PATRIMONIO
Expresado en la inclusión de un recurso extraordinario consagrado en el artículo 30 de la
Ley 712 de 2001 y que procede contra las sentencias ejecutoriadas proferidas por los jueces
laborales y el Tribunal Superior, y contra las conciliaciones: Dicho principio se materializa en
el recurso de revisión, el que puede interponerse:

1. Fallo ha sido dictado con base en documentos o declaraciones que hayan sido declarados falsos por el
juez penal;
2. Fallo se ha dictado determinado por un hecho delictivo del juez y así lo declare la justicia penal; y
3. Cuando alguno de los apoderados judiciales incurra en infidelidad de los deberes profesionales.

El término para interponer este recurso es de 6 meses contados a partir de la ejecutoria de la sentencia
penal, o desde la fecha de la conciliación, sin que pueda proponerse cuando hayan transcurrido 5 años
desde el fallo laboral o la conciliación.
13. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN DE LA PRUEBA

La ley procesal, debe procurar que las pruebas, su


petición, decreto, práctica y valoración, se produzcan
en el mismo acto, o sea, observar el principio
denominado de concentración, esto es, en un
determinado acto y en oportunidades precisamente
señaladas en la ley buscando garantizar seguridad
jurídica a las partes, lealtad procesal y un debate
ordenado y sin sobresaltos.
14. PRINCIPIO DE LA INMEDIACIÓN

El artículo 52 del Código de Procedimiento Laboral,


modificado por el artículo 23 de la Ley 712 de 2001,
consagra este principio así:

“Presencia del juez en la práctica de la prueba. El juez


practicará personalmente todas las pruebas. Cuando le
fuere imposible hacerlo, por razón del lugar, comisionará a
otro juez para que las practique”.
15. PRINCIPIO LIBRE FORMACIÓN DEL CONVENCIMIENTO POR EL JUEZ

Este principio también conocido como el de la libre apreciación de las pruebas, está consagrado en el artículo 61
del C.P.T.S.S..

En virtud de este principio el Juez puede formar libremente su convencimiento y proferir su decisión
basándose en las pruebas regular y oportunamente aportadas al proceso que le merezcan toda su convicción.
Este principio surgió en contraposición al de la “tarifa legal” del anterior Código Judicial.

Esta libertad no es arbitraria, sino que tiene que ejercerse dentro del criterio lógico “persuasión racional”, de
acuerdo con los principios científicos que informan la crítica de la prueba, Así, si el fallador prefiere la
declaración de un solo testigo a la de varios que le sean contrarios, la preferencia deberá estar soportada en
consideraciones racionales de que ese testimonio sea más completo, más exacto, que ofrezca mayor
credibilidad por las condiciones morales, intelectuales y sociales del testigo, etc, y no por el capricho o arbitrio
del juez.

Para la Corte, la libre apreciación no autoriza al juzgador para desechar o desestimar elementos que arrojen una
evidencia indudable acerca de los hechos que se traten de demostrar, en términos que el convencimiento del
juzgador llegue a ser contrario a la realidad de los hechos (Cas. Julio 15 de 1949)

En control de los excesos y arbitrariedades, el juzgador deberá explicar en la parte motiva de la sentencia las
razones que orientaron y causaron su convencimiento.

En remedio contra el exceso de dicha facultad mediante el recurso de apelación para la primera instancia, y la
casación en el cual es posible acusar la equivocada apreciación probatoria del juez por la vía del error de hecho
o de derecho para la sentencia de segunda instancia.
16. PRINCIPIO DE LA PRIMACÍA DE LA REALIDAD

Este principio es de creación jurisprudencial, y elevado a


norma constitucional (art. 53 C.N.):

La Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de


Justicia lo define así: “Según el principio de la realidad, uno
de los fundamentales en el Derecho al Trabajo en caso de
discordia entre lo ocurrido en la práctica y lo que surge en
los documentos y acuerdos, debe darse preferencia a lo
primero, es decir, a lo que existe en el terreno de los hechos
(Casación de diciembre 1 de 1981).

Contraposición de la verdad formal y verdad real.


17. PRINCIPIO DE LA CONDENA EXTRA Y ULTRA PETITA
Este principio se consagra en el artículo 50 del C.P.L.,

Este principio, propio del Derecho Procesal Laboral, permite al Juez Laboral
proferir condenas distintas o mayores a las solicitadas en la demanda, por lo
que puede afirmarse que en los procesos laborales la demanda no condiciona
la sentencia. Tal facultad tiene su razón de ser en la naturaleza irrenunciable
de los derechos sociales y en el principio de la economía procesal,
característico del Derecho del Trabajo, que conlleva buscar por todos los
medios dicho objetivo.

La facultad de emitir condenas ultra y extra petita impide consecuencias de un


nuevo litigio, que si no fuera por esa facultad tendría que adelantar el
trabajador para reclamar la parte insoluta de sus acreencias laborales, a las
cuales no puede válidamente renunciar.
Requisitos de aplicabilidad del principio.

1º. Aplicación de la facultad extra-petita


- Que los hechos constitutivos del derecho hayan sido controvertidos
en el proceso, con la plenitud de las formas que establece la ley; y
- Que esos hechos se hallen debidamente probados en el proceso.

2º Aplicación de la facultad ultra-petita


- Que aparezca que las sumas demandadas y pagadas sean
inferiores a las que corresponden al trabajador; y
- Que no le hayan sido pagadas.

*Este principio es distinto al principio de la “No Reformatio in Pejus”, el cual le


impide al juez de segunda instancia hacer más gravosa la situación del apelante
único o de la parte en cuyo favor se surtió la consulta. Quiere decir lo anterior, que
sólo cuando ambas partes apelan, adquiere la segunda instancia la plena
competencia funcional para decidir sin más limitación que la que impone el principio
de consonancia, sobre todas las peticiones contenidas en la demanda y las
excepciones propuestas por el demandado.

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