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Este documento describe las técnicas de exposición utilizadas en terapia cognitivo-conductual para tratar fobias y trastornos de ansiedad. Las técnicas de exposición implican exponer a la persona sistemáticamente a estímulos o situaciones que generan ansiedad para desaprender la asociación entre el estímulo y la respuesta emocional negativa. Existen diferentes tipos de exposición como la exposición en vivo, en imaginación e interoceptiva. La terapia de exposición reduce la evitación y la ansiedad
Este documento describe las técnicas de exposición utilizadas en terapia cognitivo-conductual para tratar fobias y trastornos de ansiedad. Las técnicas de exposición implican exponer a la persona sistemáticamente a estímulos o situaciones que generan ansiedad para desaprender la asociación entre el estímulo y la respuesta emocional negativa. Existen diferentes tipos de exposición como la exposición en vivo, en imaginación e interoceptiva. La terapia de exposición reduce la evitación y la ansiedad
Este documento describe las técnicas de exposición utilizadas en terapia cognitivo-conductual para tratar fobias y trastornos de ansiedad. Las técnicas de exposición implican exponer a la persona sistemáticamente a estímulos o situaciones que generan ansiedad para desaprender la asociación entre el estímulo y la respuesta emocional negativa. Existen diferentes tipos de exposición como la exposición en vivo, en imaginación e interoceptiva. La terapia de exposición reduce la evitación y la ansiedad
2018 Las denominadas técnicas de exposición se definen como el conjunto de procedimientos psicológicos y comportamentales mediante los cuales una persona puede aprender a afrontar aquellas situaciones que le producen un malestar ansiógeno intenso. Este tipo de fenómenos se suelen relacionar con un objeto o situación temidos determinados, de los cuales la persona intenta huir o evitar a toda costa, aunque esta sea consciente de lo irracional y desmesurado de su reacción. La intensa aversión sufrida o fobia puede derivarse bien de estímulos internos, por ejemplo tener miedo a contraer una enfermedad, o externos, como el temor a volar en avión. La finalidad última de la técnica es dotar al sujeto de diversos recursos cognitivo-conductuales para que sea capaz de ponerlos en práctica en las situaciones ansiógenas reales y ello le permita permanecer en ella sin emitir la respuesta de evitación. Las técnicas de exposición permiten aprender a reducir la asociación entre los estímulos que generan ansiedad y miedo, y las reacciones emocionales negativas, además facilitan el aprendizaje de una forma alternativa en la reacción a los estímulos inicialmente ansiógenos propios de las fobias. Las técnicas de exposición consisten en afrontar, de forma sistemática y deliberada, situaciones (p.ej., coger el metro, hablar en público, recibir críticas, comer alimentos “prohibidos”, ver, tocar y oler la bebida alcohólica preferida) o estímulos internos (p.ej., sensación de desmayarse, miedo a tener una enfermedad, preocupaciones, obsesiones) que generan ansiedad u otras emociones negativas (asco, ira) y/o provocan el impulso de realizar una acción determinada (p.ej., lavarse las manos compulsivamente, vomitar, beber). La persona debe mantenerse en la situación o bien afrontar el estímulo interno hasta que la emoción o el impulso se reduzcan significativamente y/o hasta que compruebe que las consecuencias anticipadas no ocurren. En el tratamiento del trastorno obsesivo- compulsivo es frecuente hablar de exposición con prevención de respuesta, ya que el cliente debe exponerse a una situación que genera ansiedad (p.ej., tocar el pomo de la puerta de un lavabo) y, además, controlar el impulso a realizar una acción (p.ej., lavarse las manos). De todos modos, lo normal a la hora de aplicar la exposición en diverso problemas es que haya una prevención más o menos gradual de acciones que se consideran inadecuadas (rituales, conductas defensivas, vomitar, beber, conductas agresivas). Existen varios tipos de exposición:
• -La exposición in vivo: implica exponerse a situaciones
temidas reales en la vida diaria, como hablar en público o coger transportes públicos.
• - Exposición en imaginación: Implica imaginar que se
están afrontando las situaciones problemáticas que generan ansiedad. Esto supone rememorar el entorno físico, las respuestas somáticas, las emociones, los pensamientos y las consecuencias temidas. • -Exposición interoceptiva: consiste en exponerse a las sensaciones corporales temidas, como el mareo o la taquicardia y que se provocan a través de diferentes medios, como retener la respiración o correr sin desplazarse del sitio.
• -Exposición mediante ayudas audiovisuales: se suele
utilizar de forma complementaria a otros tipos de exposición, pudiendo usar diapositivas, sonido, videos o presentaciones por ordenador. -Exposición utilizando la escritura o los juegos: se trataría de escribir sobre los sucesos o situaciones que generan ansiedad, como obsesiones o traumas (p.ej. violación) y leerlo para sí mismo o para el terapeuta. -Exposición simulada (role playing): consiste en la exposición a situaciones sociales problemáticas que son simuladas o reproducidas en una sesión terapéutica. • Este tipo de exposición consiste en imaginar de forma deliberada, sistemática y lo más vívidamente posible que se están experimentando las situaciones o estímulos temidos.
• La exposición en imaginación es útil cuando se emplea
sola, pero es menos eficaz que la exposición en vivo, necesita ser complementada con práctica en la vida real y tiene la desventaja de que muchas personas tienen dificultades para imaginar con detalle las situaciones o escenas e implicarse en ellas. • La terapia de exposición actúa específicamente sobre las conductas de evitación, y, de rebote, sobre la activación autonómica, el pánico, las limitaciones laborales y sociales. • La mejoría se percibe a partir de las primeras sesiones, pero la ejecución del programa puede llevar varios meses. • La terapia de exposición puede funcionar también como una estrategia preventiva de coping ante los posibles miedos que se le puedan plantear al sujeto. ¿Qué es la bufonofobia? • Por bufonofobia entendemos uno de los trastornos de ansiedad según el cual la persona experimenta un miedo exagerado e irracional a los sapos. • Este tipo de fobia nunca tiende a ser fuertemente incapacitante salvo en aquellas excepciones en las que la persona deba convivir habitualmente con este tipo de animal. En algunas ocasiones muy extremas las personas que padecen de bufonofobia pueden llegar a pensar que el animal puede crecer en tamaño hasta llegar a devorarlos. • No obstante, este trastorno de ansiedad difiere en cada una de las personas que lo padecen debido a las diferencias individuales en cuanto a los patrones de pensamiento asociados a ranas y sapos. • A diferencia de la simple animadversión que cada persona pueda sentir al encontrarse alguno de estos anfibios, en la bufonofobia el individuo puede llegar a reconocer que el animal no representa una amenaza por sí mismo. A pesar de esto, esta es incapaz de resistirse al miedo exacerbado de le provoca. • Al igual que el resto de fobias existentes, una persona con bufonofobia seguramente experimentará una serie de emociones y manifestaciones físicas propias de un estado de ansiedad sumamente elevado. • ¿Existe un tratamiento? • Ya se comentada al principio del artículo que la bufonofobia no tiende a ser incapacitante, excepto en aquellos casos en los que la persona deba convivir diariamente con sapos y ranas. • Sin embargo, en los pocos casos en los que la persona recurre a ayuda profesional con la intención de reducir su temor a estos animales, la intervención mediante psicoterapia (concretamente mediante la terapia cognitivo-conductual) resulta de gran eficacia. • Utilizando técnicas como la exposición en vivo o la desensibilización sistemática, acompañadas de entrenamiento en técnicas de relajación y reestructuración cognitiva, la persona puede superar su temor fóbico y continuar su vida de manera normal.