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USS .

Octubre 2019

Aspectos Generales sobre los


delitos de corrupción.
LA CORRUPCIÓN

La corrupción constituye un fenómeno complejo que atenta


fuertemente contra la institucionalidad, erosiona la confianza de
los ciudadanos respecto de los organismos públicos, da pie a
violaciones a derechos humanos, distorsiona los mercados,
menoscaba la calidad de vida, permite el florecimiento de la
delincuencia organizada, el terrorismo y, en definitiva, puede llegar
a desestabilizar el Estado de Derecho.
Bien Jurídico Protegido

Correcto funcionamiento de la administración


pública, sin perjuicio que puedan afectarse otros
bienes jurídicos como sería el patrimonio, la
confianza o fe pública, o la probidad
administrativa.
Bien Jurídico Protegido

Algunos sostienen que el bien jurídico protegido, es el


propio desempeño de la función pública por ser esto lo que
se puede llegar a afectar -en términos de perjuicio o
beneficio- a la ciudadanía, agregando que el correcto
desempeño de la función administrativa es lo que el Estado
específicamente intenta preservar a través de la
tipificación de estos delitos.
Bien Jurídico Protegido

Al revisar la opinión de la doctrina encontramos que,


para algunos autores, lo protegido por estos delitos es
la infracción a un deber personal de corrección y
probidad: 1 otros, en cambio, postulan que lo protegido
es el prestigio de la Administración Pública o la
confianza que los particulares depositan en ella; 2 en
tanto algunos se inclinan por la protección de la
autoridad estatal.
Bien Jurídico Protegido

3 Un aspecto en el cual todos los autores coinciden es que los


delitos de corrupción constituyen delitos especiales, tipificados en
relación al desempeño de los respectivos cargos por parte de
funcionarios públicos; se trata de figuras que buscan proteger el
recto ejercicio de la función pública — incluyendo las funciones
administrativas, legislativas y judiciales—; función frente a la cual
los empleados públicos tienen un deber especial, atendida la
naturaleza de los cargos que detentan y las consecuencias que
pueden derivarse de sus actos.
Bien Jurídico Protegido

• Delitos de corrupción son de carácter especial, y


están tipificados en relación al desempeño de un
cargo por parte de un funcionario público.

• Recto ejercicio de la función pública comprende


dentro de ella, las administrativas, legislativas y
judiciales- frente a la cual los empleados públicos
asumen un deber especial por la naturaleza de los
cargos que detentan y/o por las consecuencias que
pueden derivarse de sus actos, sin perjuicio de
algunos cometidos por particulares.

Figuras Pluriofensivas
CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO
Análisis del Concepto de Empleado Público para Efectos Penales
Uno de los elementos distintivos de los denominados delitos funcionarios se
refiere al sujeto activo, el cual debe tener la calidad de funcionario o empleado
público.
Nuestra legislación penal, en el artículo 260 del Código del ramo, proporciona un
concepto de empleado público: “Art. 260. Para los efectos de este Título y del
Párrafo IV del Libro III, se reputa empleado todo el que desempeñe un
cargo o función pública, sea en la administración central o en instituciones
o empresas semifiscales, municipales, autónomas u organismos creados
por el Estado o dependientes de él, aunque no sean del nombramiento del
Jefe de la República ni reciban sueldo del Estado. No obstará a esta
calificación el que el cargo sea de elección popular”
1

CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO
Se cuestiona por la doctrina si el concepto de empleado público usado por el
derecho penal debe ser el mismo que se maneja por el derecho administrativo,
concluyendo que “el concepto penal de funcionario público es una noción
autónoma y propia de esta rama jurídica. Autonomía que se funda en que al
legislador penal no le interesa tanto la 'calificación jurídica' que merezca el
desempeño de un trabajo o responsabilidad en la Administración, sino el hecho
de que un sujeto interviene en el funcionamiento de la Administración,
dependiendo de él la corrección de un Servicio Público”.

RODRÍGUEZ y OSSANDÓN,. En el mismo sentido Corte Suprema, 19 de mayo de 2008, Rol


N° 2321-2007, fallo MOP-GATE, que confirma que el artículo 260 del Código Penal, al
establecer un concepto amplio, comprende “situaciones que claramente desbordan la noción
técnica restringida que la legislación administrativa confiere a la voz “funcionario público”
CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO
De esta manera son empleados públicos para efectos penales los que se
desempeñan en un órgano del Estado, aun cuando se vinculen con la
Administración mediante un contrato de trabajo. En ese sentido, una sentencia
de la Corte Suprema del año 1962, precisó: “Aunque el Estatuto Orgánico de
una empresa dependiente de CORFO señale que sus empleados estarán
sometidos a las disposiciones del Código del Trabajo y sus leyes
complementarias, debe tenerse presente que tal determinación obedece a fines
administrativos y de orden previsional y que ella en ningún caso puede
marginar a todos los empleados de las responsabilidades por los delitos que
cometen en el desempeño de sus cargos público s o interés colectivo”.25 No
siendo óbice para considerar funcionario público a quien se vincula mediante
una “contrata” con el Estado.
CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO

En relación a los empleados contratados a honorarios, una sentencia de la


Corte Suprema, en el denominado caso MOP-GATE, opta por atribuir un
alcance extensivo a la noción de empleado público, concluyendo que: “para los
fines inherentes al Código Penal, es tan empleado público el que ocupa un
cargo creado por la ley en la estructura de un servicio, sea de planta o a
contrata, permanente o de carácter transitorio, como aquél que ejerce una
función pública, noción cuyo amplio espectro ha sido ya delimitado y por tanto,
deben incluirse dentro de esta categoría quienes ejerzan un cargo público a
honorarios o incluso 'ad honores'”.
CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO
En el caso de los trabajadores de las Empresas del Estado –v.gr. Codelcoexisten dos
precedentes jurisprudenciales de interés; uno, el caso seguido en contra de Juan
Pablo Dávila, y otro caso investigado en el nuevo sistema procesal penal. En el
primero, la sentencia de primera instancia del Ministro en visita designado para
conocer esta investigación, afirma: “Las personas encargadas de desarrollar la
gestión conducente a la consecución, de los fines que la ley asigna a la Corporación
nacional del cobre de Chile y a la Empresa Nacional de Minería, son agentes del
estado y tienen calidad de funcionarios públicos, lo que queda en evidencia por la
circunstancia de que las operaciones que realizan, comprometen su patrimonio
estatal y como Codelco y Enami son empresas del estado, su patrimonio debe ser
celosamente protegido de cualquier riesgo que escape al giro de ellas”. Agrega, de
igual forma: “empleo público es aquel que vincula al empleado a la actividad del
Estado en cualquiera de sus manifestaciones, que tienda a satisfacer
necesidades públicas por medio de sus respectivos servicios”. Asimismo afirma
que el hecho que los sentenciados — empleados de Codelco y Enami— hubieren
estado sometidos al régimen laboral del Código del Trabajo “no es sino una
consecuencia para los efectos administrativos, toda vez que, para los efectos
penales son empleados públicos.”3
FUNCIONARIO PÚBLICO Y FUNCIÓN
PÚBLICA
. El concepto de empleado público está íntimamente relacionado con la noción
de “función pública”. En este sentido el profesor FRANCISCO GRISOLÍA, en
un informe en derecho agregado en la causa “CodelcoDávila” señaló que la
función pública está “vinculada al desempeño de la función para el
Estado. Órgano del Estado es quien verifica un acto del Estado
(KELSEN), vale decir, cualquier acto que éste realice y no exclusivamente
los propios de una administración central. La nota de incorporación a la
administración no es necesaria 'siendo indiferente la existencia de una
incorporación en el sentido administrativo del vocablo'. Por eso son
funcionarios públicos a efectos penales personas muy distantes de la
Administración”. Apuntando que “[s]e viene aceptando por función pública la
diversa forma de manifestación pública de la actividad del Estado, o por mejor
decir, la manifestación del poder público desde un punto de vista teleológico,
finalista.
FUNCIONARIO PÚBLICO Y FUNCIÓN
PÚBLICA
Es decir: la función pública se caracteriza, en cualquiera de sus
manifestaciones, por su contenido final [...] el Estado procede a la
consecución de sus fines por medio de una serie de actividades que
constituyen sus funciones [...] la función pública y de bien común
corresponde a todos sus empleados, órganos ejecutantes del acto estatal,
por muy privadas que sean sus relaciones laborales. La función pública
constituye una impronta indeleble en el desarrollo de sus actos
funcionales.”
ORGANISMO “ADSCRITO” AL
ESTADO

Último requisito que se deriva de la frase del artículo 260 “sea en”, que require
que el cargo o función pública se preste en alguno de los organismos del
Estado, indicando textualmente a la Administración Central, instituciones o
empresas semifiscales, municipales, autónomas, organismos creados por el
Estado o dependientes de él, aunque no sean del nombramiento del Jefe de la
República ni reciban sueldo del Estado, no obstando que el cargo sea de
elección popular.
CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO
Así, el mencionado concepto abarca a todos quienes se desempeñen en los
órganos del Estado, descritos y regulados por la Constitución Política de la
República, que aparecen mencionados en el inciso 2° del artículo 1° de la Ley
Nº 18.575, Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la
Administración del Estado, como también a los regulados por estatutos
especiales, incluyendo a quienes se desempeñen como gerentes, directores,
administradores y funcionarios de empresas públicas creadas por ley (estén
dotadas o no de estatuto jurídico propio y rigiéndose por la ley común aplicable
a los particulares) y asimismo a quienes se desempeñan en las corporaciones
municipales dedicadas al cumplimiento de funciones municipales de educación
y salud, siempre que no exista una norma expresa que los excluya de esta
denominación o existan normas especiales de responsabilidad, independiente
de que se encuentren vinculados por contrato de trabajo o contrato a
honorarios.
CONCEPTO DE FUNCIONARIO
PUBLICO
En este sentido la Excma. Corte Suprema, en el citado fallo MOP-GATE,
confirma que el artículo 260 del Código Penal, “extiende el concepto de
empleado público, disyuntivamente, a quienes ejercen una 'función pública'
y no ya sólo en la Administración del Estado, sino también en otros
organismos creados por o dependientes del mismo Estado, ampliando de
este modo la cobertura del artículo 260”.46 Por lo anterior, nuestro máximo
Tribunal Superior constata que la condición de potenciales sujetos activos
en estas categorías de ilícitos: “se ha ensanchado ostensiblemente, para
encerrar en la noción correspondiente a todos los que cumplen tareas en el
sector público —y no tan sólo en la Administración del Estado—- con el solo
requisito de prestar servicios en un órgano del Estado, aun ajeno al Poder
Ejecutivo. Así sucede con los parlamentarios, encargados inequívocamente
de 'funciones públicas' en órganos de creación estatal, según el amplio
alcance que a esta noción atribuye el actual artículo 8° de la propia Carta
Fundamental, sin que la circunstancia de ser los primeros elegibles por
votación popular, altere esta conclusión, por expresa formulación en tal
sentido en el acápite final del artículo 260, analizado.”
Situación de los Extraños Copartícipes
en los Delitos de Corrupción

EL PROBLEMA DE LA COMUNICABILIDAD Uno de los aspectos más


interesantes en el estudio de los llamados delitos funcionarios, es la
situación de los terceros partícipes de estos delitos o extranei, que se
coluden con éstos, o bien, los instigan para concretar su comisión. Se trata
de un tema muy debatido en la jurisprudencia y en la doctrina, tanto
nacional como comparada, y constituye uno de los principales problemas51
de la parte general del Derecho Penal52 que inciden en materia de delitos
funcionarios.
En principio, esta problemática se plantea únicamente en aquellos tipos
penales que exigen al sujeto activo una cualidad especial (delitos
especiales), como ocurre en los delitos funcionarios que exigen que se
trate de un empleado público; no se presenta tal problema en las
descripciones típicas que emplean fórmulas genéricas para designar al
autor (delitos comunes). Sólo ante los primeros cabe la pregunta acerca
del título a que es posible castigar al sujeto no cualificado (extraneus) que
interviene en los hechos junto con el cualificado, en nuestro caso, con el
empleado público (intraneus). Por ello, además de que se trate de un delito
especial, el problema de la comunicabilidad también exige, como segundo
presupuesto, la presencia de un concurso de personas entre un sujeto
calificado y un extraño.
Se distingue entre delitos comunes (los primeros) y especiales (los
segundos). Ahora bien, entre estos últimos delitos —los especiales— pueden
identificarse los delitos especiales propios o impropios; los primeros son
aquellos cuyo autor puede ser exclusivamente un sujeto calificado, esto es,
que cumpla con las cualidades requeridas por la figura penal, que no cuenta
con un equivalente en un delito común. Señalan los autores POLITOFF,
MATUS Y RAMÍREZ, que son aquellos en que la cualidad del sujeto es
determinante para la existencia del delito, de tal forma que, faltando la
misma, el hecho sería atípico. Por su parte, los delitos especiales impropios
son aquellos que cuentan con un tipo penal común base, que puede ser
realizado por cualquier persona, pero cuando interviene como autor un sujeto
calificado (intraneus) el mismo hecho da lugar a una figura diferente, que
normalmente se reprime con una sanción más grave.
La distinción de las figuras especiales propias e impropias se realiza siguiendo la
propuesta formulada por ETCHEBERRY, que indica: “el método más simple
consiste en suprimir mentalmente la circunstancia que se analiza: si la
descripción legal, separada hipotéticamente de tal circunstancia, sigue
constituyendo un delito (aunque sea a otro título), quiere decir que se trata de
una agravante que se ha incorporado a la figura (se rige por el art. 64); si,
prescindiendo de la circunstancia en cuestión, el hecho deja de ser delito o es
imposible de concebir, quiere decir que no se trata de una agravante, sino de la
esencia misma del hecho delictivo, y en tal caso afecta como un todo a los
partícipes.”59 Este método ha llevado a sostener, “[a]unque los especiales
propios e impropios se definían haciendo referencia a [factores materiales,
como] si la cualidad es ‘fundamento del delito’ o ‘no sirve de fundamento al
injusto sino sólo para graduar la pena’ […], la distinción se realiza a través del
método de suprimir en mente la circunstancia […], por lo que el criterio es la
existencia de un tipo penal que, sin la exigencia subjetiva, capte la conducta.
SOLUCIONES FORMALES:

• Son aquellas que, para resolver la pregunta acerca del


castigo del extraneus y el título de punición aplicable,
atienden a la formulación de la descripción legal (típica,
en general) y, en algunos casos, a elementos
sistemáticos (su relación con otros tipos penales).55 Las
propuestas de carácter formal han sido las más
socorridas, dominando la discusión tradicional. Sobre
esta base, se han planteado las teorías de la
comunicabilidad extrema, de la (in)comunicabilidad
limitada o restringida y de la incomunicabilidad extrema.
Incomunicabilidad extrema o absoluta
• Con arreglo a esta postura, sólo el autor intraneus
comete el delito especial, de suerte que el partícipe no
cualificado será sancionado por el delito común, si existe
(delitos especiales impropios), quedando en la
impunidad, cuando no sea posible hallar un delito común
correlativo (delitos especiales propios). Así, v. gr. el
intraneus que mata a su padre será autor de parricidio y
el extraneus que le coopera, cómplice de homicidio; el
intraneus será castigado por prevaricación y el extraneus
restará impune.
• Comunicabilidad extrema o absoluta
• La solución exactamente opuesta propone la
comunicabilidad o incomunicabilidad limitada: sanciona al
extraneus que concurre con el sujeto cualificado siempre
por el delito especial, ya propio o impropio. De esta
manera, el extraneus será sancionado como cómplice de
parricidio (delito especial impropio) y de prevaricación
(propio), es decir, el mismo título del intraneus.
• Entre los fundamentos que pueda reclamar esta postura, se
menciona al art. 64 del Código Penal, que para esta postura no da
cuenta de un problema de comunicabilidad, y por tal razón no debe
recibir aplicación,74 al tiempo de afirmar que: “[e]l art. 64 del mismo
Código consagra una regla de incomunicabilidad excepcional y de
aplicación restrictiva, sólo respecto de las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal atenuantes o agravantes,
que no se extiende a otras circunstancias y menos a los elementos
constitutivos de la descripción típica, que no tiene ese carácter. Más
aún, si el legislador estableció expresamente la incomunicabilidad
de las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal y
nada dijo sobre los elementos que integran el tipo respectivo, se
debe concluir que dichos elementos sí se comunican.
• (In)comunicabilidad limitada o relativa: tesis diferenciadoras
• La que pareciera ser la tesis dominante en la doctrina nacional, ofrece
soluciones diferenciadas, proponiendo aplicar en los delitos especiales
propios la comunicabilidad, sancionando no sólo al sujeto cualificado,
sino también al extraneus, por el único delito existente; en casos de
delitos especiales impropios, en cambio, se propugna la
incomunicabilidad, haciendo responsable al intraneus por el delito
especial y al extraneus por el común correlativo. Por ejemplo, bajo la
incomunicabilidad limitada, el cómplice extraneus será sancionado por
el único título que existe, la prevaricación, al igual que el autor
intraneus (unidad del título de imputación en los delitos especiales
propios); por su parte, el cómplice extraneus lo será de homicidio
(simple), aunque el autor intraneus sea responsabilizado por parricidio
(división del título en los especiales impropios).
• Entre los múltiples argumentos que se invocan en apoyo
de esta teoría, se interpreta que el art. 64 resulta
aplicable, no sólo a las circunstancias modificatorias, sino
también a los elementos del delito (circunstancias
especiales) que determinen un aumento o disminución de
la pena (en los delitos especiales impropios), de suerte
que en estos casos no se han de comunicar las
cualidades especiales, cosa que es posible hacer cuando
la calidad del sujeto no altera el marco penal, sino que
determina la punibilidad de la conducta (delitos
especiales propios.
SOLUCIONES MATERIALES
• Como se anticipó, las soluciones materiales, para
determinar si y cómo se ha de castigar al extraneus,
atienden a factores distintos de la pura formulación del
tipo penal y su relación sistemática con otros, tales como
el significado valorativo de la inclusión de la calidad
especial del sujeto activo en el tipo penal o el fundamento
de la participación e, incluso, de la incriminación.
Delitos de Infracción de Deber y
Responsabilidad Institucional
• La categoría de delitos de infracción de deber fue
introducida por CLAUS ROXIN en su obra “Autoría y
Dominio del Hecho”. El origen de esta institución aparece
vinculado al concurso de personas. ROXIN plantea una
distinción entre los
delitos de dominio. Según Maurach, tiene el dominio del
hecho quien detenta en sus manos el curso del actuar
típico, de modo que puede, a su albedrío, impedir o hacer
continuar la realización del resultado total.
los delitos consistentes en la infracción de un deber y
los delitos de mano propia
Delitos de Infracción de Deber
• Estaremos frente a un delito de infracción de deber cuando se afecte
el bien jurídico mediante el quebrantamiento de un deber jurídico
extrapenal, es decir, establecido por áreas diversas del derecho,
como la civil, administrativa, procesal, etc.
• Desde la perspectiva de la autoría, ROXIN define los delitos de
infracción de deber como los “tipos penales en los cuales únicamente
puede ser autor aquel que lesiona un deber especial extrapenal que
existía ya con anterioridad a [la formulación] del tipo”.
• Este deber no corresponde ya al mero mandato o prohibición que
subyace al tipo penal, como el no matar detrás del tipo penal de
homicidio, pues este último hallaría su fundamento exclusivamente en
el tipo penal. Se trata, entonces, de “deberes que están
antepuestos en el plano lógico a la norma del Derecho Penal y
que, por lo general, se originan en otras ramas jurídicas.
Delitos de Infracción de Deber GÜNTHER JAKOBS
• GÜNTHER JAKOBS aborda los delitos de infracción de deber
introduciendo variaciones terminológicas, a partir del fundamento de
la responsabilidad. Así, distingue los casos en que:
1. “el fundamento de la responsabilidad sea la responsabilidad por
ampliación de un ámbito de organización” (que se fundan en el
deber general que incumbe a toda persona en cuanto tal “de no
lesionar a los demás en sus bienes”
2. “responsabilidad a causa de la lesión de deberes de cuidado
de un bien, cuidado especial, solidario e institucionalmente
asegurado.” En este último caso debe tratarse de “deberes
especiales por responsabilidad institucional”134 en los que existe
entre el autor y el bien una relación positiva135 (no el vínculo
meramente negativo de no lesionar) de la cual se derivan
expectativas especiales de comportamiento del autor, que no son
consecuencia de la existencia de un bien jurídico, sino de la función
del autor para adaptarse a la institución respectiva, de modo que el
bien jurídico sólo surge si el autor desempeña el papel que le está
asignado en la institución.
Delitos de Infracción de Deber GÜNTHER JAKOBS

• Es necesario que “el deber sancionado jurídico-penalmente forme


parte de un haz de relaciones institucionalmente aseguradas
(funcionario, padre, madre, tutor, la persona en quien se deposita la
confianza, etc.), o bien integre a un obligado a una institución (el
testigo, en los delitos de testimonio, como cooperador de la
Administración de Justicia, obligado en virtud de reglamentos
internos.
• En otras palabras, debe tratarse de “deberes relacionados con una
institución que determine el estatus de la persona” y “[u]n estatus sólo
se alcanza cuando el deber sancionado jurídico-penalmente forma
parte de un haz de relaciones institucionalmente aseguradas.”138 De
esta forma, es posible entender la categoría de delitos de infracción
de deber sobre la base del concepto de rol, al vincularlo con el
estatus determinado por la institución que daría origen a un delito de
esta clase
Delitos de Infracción de Deber. GÜNTHER JAKOBS

• En efecto, si se piensa que un individuo puede desempeñar una gran


cantidad de roles que emanan de diferentes relaciones sociales de las
que participa, es posible identificar un rol general que enlaza todos los
demás roles y que sirve de sustento: el rol de persona, al que se le
dirige la expectativa básica de ejercer la libertad que se le
reconoce sin lesionar a otros (neminem laedere) y que funda los
delitos de dominio o de organización. Frente a este rol, se ubican
aquellos roles fundados en relaciones especiales reconocidas
por la sociedad que suponen la existencia de instituciones
especialmente protegidas, dando origen a expectativas propias del
respectivo rol especial que exigen un deber directo de protección
sobre la relación determinada. En estos casos, se apreciará
responsabilidad institucional y delito de infracción de deber
Delitos de Infracción de Deber

• Entender que el fundamento de la responsabilidad en estos casos se


halla en un rol especial permite concluir que la “conducta conforme o
disconforme a las expectativas del rol ha de juzgarse conforme al rol
que actualmente se está (o se debe estar) desempeñando
• La principal consecuencia de considerar que un determinado delito
pertenece a esta categoría dice relación con la autoría. En efecto,
en ellos sólo puede ser autor el titular del deber cuya infracción ha
sido elevado, por la norma penal, a la categoría de delito. Pero más
todavía, atendido que cualquiera sea la actuación del obligado
quebranta el deber, siempre será autor. Por esta razón, para
determinar si el sujeto es o no autor, no tendrá importancia el
criterio del dominio del hecho.
Delitos de Infracción de Deber

• A pesar de los matices conceptuales presentes en la formulación de


JAKOBS, este autor llega a la misma conclusión: “Fundamento de la
responsabilidad es la vinculación nstitucional con el bien; esta
vinculación es siempre directa, o sea, que su quebrantamiento se
lleva a cabo siempre en concepto de autor.”
• Se afirma, además, que “el obligado especial o intraneus va a
responder solo y siempre como autor del delito, con
independencia de la entidad de su contribución o del domino que
tenga sobre el hecho. El fundamento de su punibilidad es la infracción
de un deber personal, que sólo puede tener lugar de modo individual
y que no es cuantificable.”
Delitos de Infracción de Deber GÜNTHER JAKOBS

• Entre los partidarios de esta concepción la sanción de los no


obligados (extraneus), sin embargo, no ha recibido una única
solución. Así, mientras algunos consideran que ellos pueden ser
castigados como partícipes, otros consideran que no pesando
sobre ellos obligación de garantía del bien jurídico, no pueden ser
sancionados en virtud de un delito de infracción de deber
Delitos de Infracción de Deber

• una sentencia de 22 de mayo de 2001 de la Excma. Corte Suprema se refiere


a estos delitos, aunque no recurre expresamente a esta categoría, no
obstante, subyace en su argumentación la categoría aquí estudiada.
• Los hechos objeto de esta sentencia dicen relación con un funcionario público
que comete falsedad en la narración de hechos sustanciales de un permiso
de circulación o padrón. En los hechos intervinieron sujetos que tenían la
calidad exigida por el tipo y otros que no, En este contexto, el máximo tribunal
declaró, en términos generales, que en el tipo penal aplicable “esa calidad [de
empleado público] y la infracción a sus deberes que importa la realización de
la conducta descrita, funda el injusto del delito de que se trata”; considerando,
de modo coherente, que el sujeto que no era funcionario público debía ser
calificado de cómplice, no obstante haber hecho una aportación esencial, de
modo que dio aplicación a la principal conclusión de esta construcción
doctrinaria, es decir, no consideró autores a aquellos sobre los que no
pesa el deber extrapenal.
• RODRÍGUEZ Y OSSANDÓN declaran que según “un
importante sector de la doctrina, tanto en Alemania como
en España e Italia, los delitos contra la función pública
tendrían la condición de delitos contra el deber del
cargo”, concluyendo más adelante, en definitiva, que “los
delitos contra las funciones públicas estatales se
configuran, en su mayoría, como delitos de infracción de
deber. Siempre, claro está, que se trate de conductas
realizadas por una persona especialmente obligada y
garante de que el funcionamiento concreto de los entes
estatales responda a los parámetros de legalidad,
imparcialidad, eficacia, etc., que le son exigibles. Sea
porque el deber que le incumbe forma parte de un haz de
relaciones institucionalmente aseguradas, o bien, porque
ese deber integra a la persona en la institución respectiva
• Además de desplazar a un segundo plano el grado de
intervención del sujeto para afirmar su autoría,164 esta
teoría permite —en los casos concretos— interpretar
ciertos elementos de difícil comprensión de los diversos
tipos penales de la especialidad, tales como cuándo se
tienen los caudales o efectos a su cargo (artículo 233 del
CP.), cuándo los papeles o documento están confiados al
funcionario (artículo 242 del CP.), etc. Para ello puede
preguntarse si dentro del deber que pesaba sobre el
sujeto en cuanto funcionario público (si dentro de su rol o
de las expectativas que se le dirigen) se encontraba el
cuidado de los caudales, efectos, documentos o papeles
o no.

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