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JOHN LOCKE: SEMIÓTICA DE

LAS IDEAS Y LÍMITES DE LA


EXPERIENCIA.
• Para Descartes, si procedemos con método, podemos conocer con certeza
nuestra propia existencia, la de Dios, las verdades matemáticas y
• …también la existencia del mundo físico en tanto que su esencia es
matemática.
• De manera semejante a Galileo, asumiría una diferencia extensional con
respecto del conocimiento divino (Dios tiene la capacidad de conocer
muchas más cosas), pero una identidad respecto a la certeza (por
significado, conocimiento=certeza absoluta) de lo conocido (identidad
intensional).
• En John Locke encontramos una perspectiva crítica al
respecto:
• En su epístola al lector de su Ensayo sobre el
entendimiento humano, indica su propósito (vinculado a
una preocupación por los principios de la moral y la
religión) de examinar nuestras aptitudes y qué objetos
estaban o no al alcance de nuestro entendimiento.
• En primer lugar nos preguntamos:¿a qué disciplina compete dicho
examen?
• Locke ofrece una clasificación tricotómica de lo que puede ser objeto del
conocimiento:
• la naturaleza de las cosas (sus relaciones y maneras de operar;
• aquello que debemos hacer en tanto seres racionales dotados de
voluntad;
• o las maneras y modos en que adquirimos y comunicamos el
conocimiento de lo anterior.
• A su vez y consecuentemente la ciencia se divide en
tres:
• La física, la práctica y la semiótica (o lógica).
• Las dos primeras se ocupan del ámbito de la
realidad, la tercera se ocupa de ellas de forma
reflexiva (es un conocimiento sobre el conocer).
• La tarea de la semiótica es concebida como la del obrero que
desbroza el terreno y limpia el camino del saber (una tarea y
un mérito secundarios).
• Así, la teoría del conocimiento empieza a perfilarse como una
teoría de la ciencia: con el honroso papel del obrero.
• Los aristotélicos ya habían concedido a la lógica un papel en el
examen del conocimiento, si bien de carácter secundario.
• En su tratado De interpretatione Aristóteles había
bosquejado lo que podemos entender como un
triángulo semántico:
• La relación entre lenguaje (escrito u oral),
pensamiento y realidad es semiótica: las palabras
son símbolos del pensamiento, y éste de las cosas.
• Para Locke, los símbolos que debe estudiar la semiótica son
de dos clases:
• Signos de las cosas que se presentan al pensamiento, es
decir, las ideas (de influencia cartesiana como lo podemos
ver en su respuesta a las terceras objeciones. Las ideas son
aquello en lo que se ocupa la mente cuando está pensando)
• o los signos lingüísticos que los hombres utilizan para
comunicarse: las palabras.
• Dado que las palabras son signos de forma secundaria
(son signos que están por ideas), son las ideas el objeto
principal de la semiótica.
• El examen de nuestras aptitudes consiste entonces en
una revisión del alcance del entendimiento: las maneras
y los medios por los que se adquiere el conocimiento y
• esa es la tarea de la semiótica, coincidiendo con los
aristotélicos.
• ¿cómo de debe realizar este estudio de las ideas?
• Locke plantea un método histórico: no una
investigación sobre la física de la mente (por
ejemplo sobre la esencia de ésta o sobre por qué
alteraciones de nuestro cuerpo se producen las
ideas, es decir, no es un estudio psicofísico).
• El método histórico nos lleva a pensar en procesos
temporales:
• la relación temporal de nuestras ideas, los órdenes de
precedencia y sucesión, tal vez incluso causación entre los
contenidos de nuestra mente (una psicología genética).
• Pero ¿qué tendría que ver esta investigación con una
valoración del alcance del entendimiento humano?
• La semiótica puede dividirse en:
• Sintaxis: que estudia la relación entre los signos.
• Semántica: estudia la relación de los signos con el
mundo.
• Pragmática: estudia la relación de los signos con sus
usuarios.
• Si las ideas son signos de las cosas, resulta ser que se
trata de estudiar cuándo esas ideas cumplen
adecuadamente su función de signos de las cosas del
mundo:
• Entonces el método histórico de Locke no responde a un
cuándo temporal, sino a un cuándo lógico.
• Se trata de decir cuándo una idea es adecuada a la
realidad, cuándo representa fielmente el mundo.
• Hay en todo esto una presuposición clave: el carácter
representacional del conocimiento (¡un presupuesto
cartesiano!).
• Y surge un aspecto importante: la mente no tiene ningún
objeto inmediato que no sean sus propias ideas
(recordemos: signos que representan el mundo)
• ¿cómo discriminar entonces entre ideas adecuadas e
inadecuadas?
• Nos encontramos de nuevo con un problema de
datación cartesiana:
• El problema de la trascendencia de nuestra propia
conciencia ¿cómo ir más allá de las ideas?, ¿cómo
conectarlas con la realidad que está fuera de la
conciencia?, ¿podemos aseverar la existencia de un
mundo extramental?
• La solución de Locke es también muy cartesiana, si la
mente no tiene acceso más que a sus propias ideas:
• El conocimiento no puede consistir sino en la percepción
de la conexión de acuerdo, o del desacuerdo y
repugnancia entre cualesquiera de nuestras ideas.
• Entonces, ¿qué tipo de percepción de dichas relaciones
es la adecuada?
• La respuesta implica dos características: las relaciones
habrán de ser informativas y la percepción cierta.
• En primer lugar podemos decir que para Locke el
conocimiento es una actitud proposiconal:
• es decir, la percepción segura de la conveniencia, o su
ausencia, del predicado al sujeto de una proposición.
• El conocimiento es un modificador proposicional:
da información sobre el sujeto (no tiene sentido
hablar de conocimiento cuando las proposiciones
son triviales).
• Por otra parte, ese conocimiento debe tener el
grado de certeza: la certeza es conocimiento.
• En este último sentido reaparece el cartesianismo
lockeano:
• Esa certeza, para tener sentido, debe ser una
certeza inconcusa, una seguridad infalible.
• Y esa certeza infalible constituiría el fundamento
del saber.
• Ahora, ¿cuál es la diferencia entre Descartes y Locke?
• Locke comparte con Descartes que intuición (como la de
nuestra existencia, de forma directa, inmediata) y
demostración (la existencia de Dios) suministran
conocimiento.
• Pero Locke añade que la sensación también proporciona
conocimiento.
• La sensación nos proporciona una evidencia
indubitable de la existencia de algo fuera de nuestra
mente.
• Pero esta evidencia tiene algunos límites:
• no nos proporciona ninguna certeza de la existencia
de los cuerpos cuando no los estamos percibiendo.
• En este sentido también nos recuerda el carácter
puntual de la certeza en Descartes: es solo
presente.
• La sensación tampoco nos permite conocer la
existencia de otros espíritus al margen del nuestro
propio (por carencia de evidencia directa).
• Así, la sensación solo nos permite conocer la existencia
de los objetos físicos mientras los percibimos: no nos
enseña nada sobre su esencia.
• En todo caso, nos proporcionan acceso a las cualidades
primarias de los objetos.
• Lo que conocemos de los cuerpos son las ideas que
dichas cualidades producen en nosotros.
• Para Locke, una ciencia en sentido estricto debería
permitirnos conocer las esencias reales de las sustancias
(de las cuales dependen las cualidades que éstas
presentan).
• Pero este conocimiento es imposible: de las sustancias
no podemos conocer sino las cualidades que presentan.
• Así, para Locke no es posible una ciencia física en
sentido estricto (de las sustancias) ni una psicología
(del espíritu: no tenemos acceso directo a los otros
espíritus ni a nuestra propia esencia).
• ¿Qué conocimiento es universal y estrictamente
científico?
• En primer lugar las matemáticas:
• Trabajan con ideas claras y distintas.
• Aunque tiene su origen en la experiencia, el
conocimiento de sus relaciones se concibe en tanto que
ideas abstractas (que carecen de un arquetipo fuera de
sí mismas, que no representan ninguna existencia fuera
de nosotros mismos)
• En segundo lugar, de la moral:
• Pueden deducirse máximas morales de las
relaciones existentes entre las ideas de Dios y las de
nosotros mismos (las primeras por demostración y
las segundas por intuición).
• Conclusiones:
• 1. Locke tiene una concepción cartesiana del
conocimiento en el que este es equivalente a
certeza inconcusa.
• 2. Tiene la misma ontología sustancialista y
esencialista de Descartes.
• 3. Concede a la sensación el carácter de fuente legítima
de conocimiento, junto a la intuición y la demostración.
• 4. Podemos conocer nuestra propia existencia, la de Dios
y la de los cuerpos mientras los estamos percibiendo.
Igualmente cabe un conocimiento universal y necesario
en el campo de la moral.
• 5. El conocimiento tiene su límite en la experiencia:
no es posible un conocimiento estrictamente
científico de la física ni de la psicología.

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