Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
intercultural
Primer correo:
– Moeschler: ¿Podría indicarme cómo ir desde el
aeropuerto (Casablanca) a Rabat?
– Profesor marroquí: Puede tomar el tren en el
aeropuerto (Casablanca) y cambiar de tren en Ain
Shaa hasta la estación de Rabat.
Segundo correo:
– Moeschler: No conozco Marruecos y no tengo tiempo
para organizar mi viaje. ¿Podrían por favor venir a
recogerme al aeropuerto?
– Profesor marroquí: Por supuesto, habrá alguien para
recogerle en el aeropuerto.
Culturas directas/culturas indirectas
Estilo comunicativo
Culturas directas/culturas indirectas (II)
Grado de contextualización
Culturas directas/culturas indirectas (III)
Imagen social
Preguntar por una dirección en México, D. F.
• Paradójicamente, del mismo modo en que la teoría de Grice privilegiaba el significado o intención
del hablante (obviando al oyente), el resto de su teoría, sobre todo lo que se refiere a la
implicatura, está centrado en el oyente, olvidando la perspectiva del hablante (esta es una crítica
que se ha hecho a muchos modelos pragmáticos). Ya hemos dicho que a la Pragmática intercultural
le interesa un enfoque que incluya tanto al hablante como al oyente.
• Desde el punto de vista de la Pragmática intercultural, este dominio de la perspectiva del oyente (y
“olvido” de la del hablante) se ha debido a tres factores: 1) la mayor atención prestada a “lo dicho”
y a los valores de verdad de los enunciados desde algunos modelos pragmáticos, 2) el fuerte influjo
de la Teoría de la Relevancia, y 3) una mala interpretación del concepto de “implicatura” de Grice.
• En cuanto al primer factor, la Pragmática intercultural critica que algunas perspectivas neogriceanas
concebían los enunciados del hablante como específicamente diseñados para que el oyente
recuperara una determinada implicatura. Pero ya sabemos que el oyente no siempre recupera la
intención o la implicatura que el hablante ha impreso en su enunciado. Esto es así porque los
interlocutores no son meramente “buscadores de una base común”, sino que son individuos con su
propia experiencia previa, sus propios mecanismos de relevancia, sus sistemas individuales de
producción lingüística. Aquí es donde quiere incidir la Pragmática intercultural, pues en una
interacción intercultural estos aspectos se intensifican al pertenecer cada interlocutor a una L1.
• En cuanto al segundo factor, como sabemos, La Teoría de la Relevancia, que parte de un modelo
cognitivo de comunicación, privilegia sobre todo la recuperación del sentido y de la relevancia a
partir de un conjunto de factores (reconstrucción de modelos contextuales, etc.) que no se centra
precisamente en el hablante (y es uno de los aspectos que más se le ha criticado a esta teoría).
La implicatura en Pragmática intercultural (II)
• En cuanto al tercer factor, algunos estudiosos arguyen que en el concepto de implicatura de
Grice se ha confundido “implicar” con “inferir”. El hablante implica, y el oyente infiere, y no
es lo mismo. El oyente tiene control sobre lo que implica con su enunciado, pero no tiene un
control total sobre lo que implica conversacionalmente. Por eso una implicatura puede
pasarse por alto, o producir otros efectos; o algo que el oyente no ha expresado
intencionalmente como implicatura puede inferirse como tal. Esto se observa muy bien en la
siguiente conversación:
• Léxico
• Actos de habla
• Temas
• Registro
• Dominio no verbal
• Estilo comunicativo
• Valores y rituales culturales
El léxico
• El novio de nuestra amiga (ambos españoles) consiguió
trabajo y para celebrar esta buena noticia les propuse hacer
una fiesta juntos. Los japoneses normalmente hacemos la
vida social fuera de casa, porque las casas son muy pequeñas
para caber mucha gente. Si celebramos algo lo hacemos en un
restaurante. Si invitamos a alguien en casa es una comida
informal con un grupo pequeñito. Por eso, en principio, quería
hacer una cena con mi novio, la amiga y su novio, un par de
personas más y yo. Pero cuando pregunté: “¿Cuántos amigos
vendrán?”, me dijo: “Pocos, solo 32 personas”. No podía
creerlo. Pero como yo lo había prometido, hicimos la fiesta en
mi casa con 32 personas y fui yo la que preparó toda la
comida, pues nuestra amiga no sabe cocinar. ¡Qué cara! No
entendí qué significaba en este país una fiesta y qué quería
decir una cena. Después nunca más he propuesto hacer algo
así y dejé de ser su amiga (Japón)
Los actos de habla
• Soy escocés y la primera vez que visité España, en el
año 1967, llegué a Irún después de 12 horas en un
tren procedente de París. Cuando subí al tren
español una chica me ofreció un sándwich. No
entendía español y tenía hambre, así que lo acepté
gustosamente. Diez años más tarde había aprendido
a hablar español y estaba sentado en la sala de
espera de un consultorio médico cuando de repente
entró una mujer con un bocadillo en la mano y dijo:
“¿Gusta?”. Evidentemente nadie aceptó la oferta. En
aquel momento comprendí que aquella chica del
tren diez años atrás me había dicho por pura
cortesía: “¿Gusta?” (Escocia)
Los temas
• Soy inglesa y vivo en España con mi marido, que es escocés, y mis dos
hijos, ambos nacidos en España. Cuando estaba embarazada del primero,
lo preparé todo para ir al hospital. Cogí una bolsa (la primera que
encontré, una de El Corte Inglés) y metí la ropa y las cremas para el bebé.
Nunca antes había estado en un hospital en España. El parto fue muy bien
y cuando llegó la primera visita de nuestros mejores amigos españoles a la
habitación me regalaron una “canastilla”, algo que nunca había visto y de
lo que nunca había oído hablar. Me dijeron que era para poner las cosas
del bebé. La sorpresa fue que de las siguientes visitas de amigos españoles
recibí… ¡tres canastillas más! No comprendía la importancia de ese
“utensilio” en España hasta que pude levantarme y una amiga me
acompañó a la sala donde están todos los bebés y que toda la gente
puede verlos a través del cristal. Allí estaban todos los bebés con su bonita
canastilla junto a la cuna y mi pequeño George con una bolsa de plástico
de El Corte Inglés. Entonces sentí un poco de vergüenza y comprendí por
qué todos me habían regalado canastillas. Con mi segundo hijo no tuve
este “problema” (Inglaterra).
El registro
• Soy italiano y llevo un año viviendo en Barcelona. En
general la gente me parecía amable, excepto la
señora del quiosco donde todas las mañanas voy a
comprar el periódico. Es una señora mayor que no
conozco, así que le hablo siempre de usted. Ella
siempre me habla de tú y me parecía de mala
educación, de poco respeto y me hacía sentir muy
mal. Hasta que supe que era normal en España
tutear a una persona más joven y que incluso la
rejuvenece, al contrario de si me hablara de usted.
En Italia sería imposible una situación parecida. Allí si
no conoces a alguien, siempre tienes que hablarle de
usted (Italia)
El dominio no verbal
• Estaba con un amigo francés asistiendo a una
conferencia en Estados Unidos cuando vimos
llegar a un mexicano que había trabajado con
nosotros en Francia. Muy efusivamente se
acercó a nosotros y nos dio un abrazo a cada
uno. Después de hablar un momento y, al
volver a estar a solas con el francés, este me
preguntó extrañado: “¿Es común que ustedes
se abracen de esta manera?” (México)
Estilo comunicativo
• En Barcelona compartía piso con una chica que era
también la dueña. Tenía que pagar solo la habitación,
pues los gastos ya estaban incluidos. A finales de
julio decidí quedarme un mes más y además del
gasto por la habitación añadí a la cuenta parte del
gasto por el uso del teléfono. Para mi sorpresa, ella
reaccionó diciendo que no era una “pobre
desamparada”. Yo solo quería ser preciso para no
crear problemas y porque en Italia los gastos del
teléfono no están incluidos en los de la habitación,
pero ella se lo tomó muy mal (Italia)
Valores y rituales culturales
El aspecto exterior
• Soy directivo de una empresa situada en España con capital
americano. Soy el único extranjero en la empresa; creo que ya
están todos un poco acostumbrados a mis “rarezas”. Pero lo
que me pasó una vez fue muy embarazoso para mí. Un
sábado tenía reunión en la empresa. Como era fin de semana,
pensé que lo más lógico era ir un poco informal; además, la
mayoría de mis colegas son jóvenes. Fui a la reunión sin traje
ni corbata. Mi intención era no hacer el ridículo yendo
demasiado formal a una reunión que se celebraba un día no
laborable, como hacemos en los EEUU. Fue grande mi
sorpresa cuando vi que todos, absolutamente todos (excepto
yo) iban con traje y corbata. No quería hacer el ridículo y lo
hice (Estados Unidos)
Valores y rituales culturales
La comida
• Fui a comer con tres amigos españoles y como era
tarde, o más tarde de lo que estaba acostumbrada,
tenía mucha hambre. Cuando uno de los amigos iba
a coger mi sepia, pensaba que quería probarla, pero
cogió casi la mitad de mi plato de sepia a la plancha
con su tenedor. Me quedé muy sorprendida. El
amigo me dijo que no entendía por qué yo no lo
dejaba comer, y que no me dejaría tampoco comer
de su plato. Estaba bromeando conmigo. Después vi
que todos compartían todos los platos que iban
trayendo, de carne, patatas, ensalada, etc.
(Dinamarca)
Valores y rituales culturales
El espacio
• Tenía un compañero de trabajo peruano que tenía la costumbre de
acercarse mucho al hablar con nosotras y a veces acabábamos la
conversación unos pasos detrás de donde la habíamos empezado.
También tenía la costumbre de ponernos una mano en el hombro o en la
espalda al conversar, y de piropearnos constantemente. Además hablaba
muy dulcemente y miraba con los párpados entornados. Yo me lo tomaba
a guasa, pero reconozco que procuraba que mis alumnos (soy profesora de
secundaria) no nos vieran conversar para que no hubiera lugar a malas
interpretaciones. Como yo, mis compañeras, excepto una: le atacaba los
nervios y finalmente se tomó uno de los piropos como si explícitamente la
hubiera invitado a la cama. El pobre hombre se quedó verdaderamente
avergonzado. Yo creo que la actitud de mi compañero se debía a una
diferencia cultural por lo que al trato se refiere, ¡pero era un compromiso!
(España)
Valores y rituales culturales
El tiempo
• Hemos visto que fenómenos como los malentendidos afectan claramente a la cortesía, que
es la única teoría pragmática que nos queda por revisar con respecto a la interculturalidad.
• La Pragmática intercultural estudia la (des)cortesía desde el punto de vista del hablante y del
oyente, y se centra para ello en tres aspectos: 1) la intención, 2) normas y modelos culturales
y 3) el papel del contexto (Kecskes 2014).
• En cuanto a 1), en la teoría de la (des)cortesía en general, para calificar un acto de (des)cortés
tiene que ir vinculado necesariamente a la intención de quien lo emite. Parece ser que en la
descortesía, más específicamente, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre si es
necesario el reconocimiento de una intención para calificar un acto de descortés.
• En Pragmática intercultural se recurre más al concepto de intención “emergente” (del que ya
hemos hablado) y de co-construcción de la intención entre hablante y oyente, por lo que a
veces un acto que en circunstancias intraculturales se hubiera valorado como descortés, se
evalúa de otra forma en una interacción intercultural.
• Esto sucede a menudo con expresiones que son intrínsicamente descorteses (insultos,
amenazas, etc.) y cuyo peso descortés no saben calcular siempre bien los hablantes no
nativos, ya que su uso cultural es dificultoso (por ejemplo, un insulto puede utilizarse
irónicamente o fáticamente para expresar todo lo contrario: “¡Cabrón!”). Parece que los
hablantes nativos solemos ser “benévolos” con los no nativos en estos casos.
Conversación en inglés entre chica norteamericana y chica serbia
• En primer lugar, hay que recordar que la (des)cortesía es universal, pero que tiene
su caracterización específica en cada cultura. También hay que recordar que la
cultura no es un bloque monolítico, y que los hablantes nativos de una L1 no
comparten todos sus modelos culturales.
• En las interacciones interculturales se mezclan varios tipos de normas y modelos:
los de la cultura de la lengua meta (L2) y los de las diferentes culturas
correspondientes a las L1 de cada participante. Esta mezcla es muy compleja y
difícil de manejar.
• Aun dominando de manera fluida una L2, un hablante puede utilizar de improviso
los modelos culturales de su L1 en determinadas situaciones: felicidad, estrés,
desconcentración, enfado, ira, cansancio…
• Para los hablantes no nativos, es esencial su experiencia previa con las expresiones
corteses y descorteses en la L2. Si no las han experimentado en un número
suficiente de contextos, en las condiciones adecuadas, no podrán evaluar su valor
de cortesía o descortesía y no podrán utilizarlas bien.
• En cualquier caso, la Pragmática intercultural defiende que, además de la
existencia de normas a priori, las normas y modelos también se aclaran y se
construyen colaborativamente entre hablante y oyente en el proceso discursivo.
El papel del contexto en la (des)cortesía desde el punto de vista
intercultural
• Como acabamos de ver, el papel del contexto es esencial en la determinación de la
(des)cortesía de un acto comunicativo.
• En el caso de la Pragmática intercultural, lo que se observa muy a menudo es una cierta
dificultad o incluso incapacidad de los hablantes no nativos para actualizar los datos del
contexto en el que están.
• Esto sucede porque el hablante no nativo está mucho más aferrado o bien al significado
lingüístico del enunciado, que es fácilmente analizable, o bien a su experiencia contextual
previa, que no tiene por qué coincidir exactamente con el contexto actual en el que sucede la
comunicación. Y de este modo la comunicación falla, como en esta conversación entre un
estudiante japonés y una estudiante americana:
• J: Melody, I have received the travel grant.
• A: Noooo, get out of here!
• J: You should not be rude. I did get it.
• A: Ok, I was not rude, just happy for you.
• El estudiante japonés no ha entendido a su amiga americana porque, a pesar de haber datos
contextuales muy fuertes y llamativos (como la entonación o los gestos de ella), él los ha
pasado por alto y se ha aferrado al significado literal del enunciado.
• Exactamente esto mismo les sucede a muchos hablantes no nativos cuando se enfrentan a
usos anticorteses en intercambios interculturales. La carga descortés intrínseca, literal, de la
expresión tiene tanto poder que para ellos es imposible cancelarla o neutralizarla (“¡Hey,
cabrón!”).
2.4. Generalizaciones y estereotipos. Pragmática intercultural y
etnocentrismo