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NATURALEZA

SOCIAL DEL
SER HUMANO
Según el gran filósofo
Aristóteles: “el ser humano es
un ser social por naturaleza”,
eso quiere decir que no puede
llegar a desarrollarse si no es
en su relación con los demás.

El ser humano se agrupa para formar


familias, grupos, es decir, constituir
una sociedad.
Es necesario que desarrolle su
existencia con otros, por otros y para
los demás, ya que la naturaleza social
La persona no puede existir y
radica en la reciprocidad, es decir, la
realizarse de forma individual, estando
sociedad (los demás) necesita de
solo y aislado.
nosotros para existir y cada uno de
nosotros necesitamos de los demás
para existir y sobrevivir.
EL SER HUMANO SE REALIZA Y SE
HACE PERSONA EN COMUNIDAD
Diferenciemos estos dos
conceptos:
1.- Ser humano, se refiere a
nuestra naturaleza biológica,
porque nacimos humanos.

2.- Persona, es de naturaleza cultural, porque se


hace humano y se llega a ser persona. Esto es
que el individuo tendrá que aprender y
desaprender: habilidades, costumbres,
comportamientos propios de persona que lo
ayuden a identificarse como tal.
La Biblia nos recuerda que el ser humano fue
creado a imagen y semejanza de Dios, su creación
no fue en solitario, creó al hombre y a la mujer, que
juntos formaron la primera comunidad. Y fue
creado cuando las demás cosas ya existían, con el
deber de ponerles nombre, de saber que las
necesita para coexistir y comprender que él
dominara la tierra.
Dios no creó al ser humano
para vivir en soledad. Lo creó
como un ser sociable y, por lo
tanto, esa es su naturaleza.

Esta característica ha marcado


a toda la humanidad y en
todos los acontecimientos de
la historia.
El hombre, como ser social,
forma parte de una sociedad y
por lo tanto, necesita un
proceso socializador que
facilite su tarea, pues tiene
facultades para entrar en
relación con los otros, ofrecer
ayudas mutuas y desarrollar el
diálogo con sus semejantes.

Sólo en comunidad, el hombre


aprende a crecer y a madurar
en una correcta relación
consigo mismo, con los demás,
con Dios y con el mundo.
La soberbia, el egoísmo.
(El pecado), son
sentimientos negativos
que entorpecen y
pervierten la correcta
relación del ser humano;
aparecen así los grupos y
asociaciones para
delinquir y para realizar el
mal, actitudes de las
cuales no se puede
escapar sin la
intervención salvadora o
liberadora de Dios, a
través de Jesucristo

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