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Cómo se establece y

mantiene una
cultura
La cultura empresarial se puede definir como la red de conversaciones y
acciones que dictan lo que la gente piensa, dice, escucha y hace, o no, dentro
de una empresa. En esencia, este elemento establece las reglas no escritas de 
la organización; su código de conducta y el comportamiento de las personas
que la componen, lo cual frecuentemente está en directa oposición con las
reglas escritas, es decir, con los procedimientos y políticas.
A continuación le presentamos cinco acciones que los empresarios deben
tomar en cuenta para crear y mantener la cultura que desean:

1. Define a detalle la cultura empresarial que deseas

Muchas empresas cuentan con misión, visión y valores, pero éstos pueden ser sólo palabras bonitas
colgadas en la pared, debido a que poco se relacionan con la manera en que las personas se
comportan.

De hecho, como consultor seguido me encuentro con que los empleados no tienen relación con estos
elementos constitutivos de la empresa; en otras palabras, no los conocen o éstos no tienen un
significado para ellos. Para que una cultura pueda existir por diseño, en lugar de automáticamente, es
necesario crearla y renovarla constantemente con todas las partes interesadas. Esto implica pensar,
hablar, definir y desarrollar continuamente la cultura que queremos crear.
2. Establece los
comportamientos de tu cultura
empresarial
No es suficiente tener claridad respecto a la misión, visión y valores que
deseamos, sino que se requieren definir claramente, modelar
constantemente y multiplicar en toda oportunidad los
comportamientos alineados con esta cultura.

Ejemplos de comportamientos consistentes con una cultura de servicio


son “saludar al cliente cada vez que un empleado entra en contacto con
éste”, “sonreírle al cliente y preguntarle si se le puede ayudar con algo”,
“dejar cualquier actividad que se esté realizando en el momento para
asistir al cliente”, entre otros.
3. Maneja rigurosamente el
ambiente conversacional
Las palabras y conversaciones que tienen las personas no sólo describen el
mundo, también lo crean. Es esencial que las empresas pongan mucha
atención en las conversaciones que se generan en su interior, tanto
formales como informales. Desde altos ejecutivos hasta el personal de
base, debemos asegurarnos de redirigir constantemente las conversaciones
para que estén alineadas con la cultura que deseamos tener.

Un ejemplo práctico de esto es no levantar la voz cuando alguien se queja,


justifica o habla mal acerca de otros, sino más bien, respetuosamente,
debemos llamar a la persona y dirigirla hacia otro tipo de conversación.
4. Sé coherente entre lo que
dices y haces
Muchos empresarios y ejecutivos hablan acerca de los valores de la
empresa, pero se comportan de manera opuesta. Adicionalmente, los
procedimientos y políticas en ocasiones dictan comportamientos
contrarios a la cultura deseada, como en el caso de una supuesta
cultura de confianza y un procedimiento de revisar a todos antes de
que se vayan a casa.

En este sentido, es sumamente importante que los jefes y líderes sean


un ejemplo constante de la cultura que quieren crear y promocionar.
5. Tómate más tiempo en
contratar a tus empleados
Además de las habilidades técnicas y la experiencia es necesario que las
personas que contrates sean filtradas respecto a su adecuación cultural con la
empresa. Una práctica poco común pero efectiva para lograr esto es visitar al
candidato en su hogar para ver cómo se comporta y determinar si su
comportamiento está alineado con los valores culturales de la empresa.
También podemos admitirlo por un periodo de prueba en el que se le coloque
en situaciones especialmente diseñadas para determinar cómo reacciona.

Por otro lado, es recomendable despedir a alguien si se detecta que la persona


no demuestra interés en los comportamientos alineados con la cultura
deseada.
lncidencia de la cultura
organizacional en el logro de
objetivos organizacionales
Para los gestores de capital humano en las organizaciones, es vital
poder contar con herramientas, factores y aspectos que les permitan
alcanzar los objetivos propuestos, tanto de su área como de la
organización en general. Esto conlleva a que los gestores deban y sepan
acoplar y comprender variables de y en su propia gestión que permitan
poder llegar a buen puerto con lo que una organización desea avanzar
en su desarrollo.
Tal es el caso de la cultura organizacional, que a su vez es una
herramienta intangible en muchos aspectos, pero es tan poderosa que
se puede sentir su peso dentro del ambiente organizacional.
Igualmente, está el establecimiento, desarrollo y consecución de
objetivos organizacionales estratégicos que son apoyados en gran parte
por esta cultura organizacional. El enlace de estas dos variables da
como resultado una cultura de cumplimiento por parte de los
colaboradores en una organización.

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