I almidonada y compuesta, Toda vestida de blanco, en su féretro de pino almidonada y compuesta, reposa la niña negra. en la puerta de su casa A la presencia de Dios estaba la niña negra. un ángel blanco la lleva; Un erguido moño blanco la niña negra no sabe decoraba su cabeza: si ha de estar triste o contenta. collares de cuentas rojas Dios la mira dulcemente, al cuello le daban vueltas. le acaricia la cabeza, Las otras niñas del barrio y un lindo par de alas blancas jugaban en la vereda; a sus espaldas sujeta. las otras niñas del barrio Los dientes de mazamorra nunca jugaban con ella. brillan en la niña negra. Toda vestida de blanco, Dios llama a todos los ángeles almidonada y compuesta, y dice: —¡Jugad con ella! en un silencio sin lágrimas Cané, L. (1974). Romance de la niña negra. lloraba la niña negra. En Antología poética universal. Madrid: Delfín.