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Mateo 24:45-51:

“45¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señ or sobre su casa
para que les dé el alimento a tiempo?
46
bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
47
de cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
48
pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señ or tarda en venir;
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y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los
borrachos,
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vendrá el señ or de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
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y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipó critas; allí será el lloro y
el crujir de dientes.”
Al descifrar minuciosamente esta porción bíblica podemos ver que son simbologías.
• El Señor es Jesú s.
• La casa es la iglesia.
• El siervo fiel y prudente representa los líderes de la iglesia.
• El alimento es la palabra de Dios.
• A tiempo representa la verdad presente para este tiempo.
• La demora representa la demora de la venida de Jesú s.

En Mateo 15:7 Jesú s se refirió a los líderes judíos con la palabra ‘hipó critas’ porque le honraban con sus
labios, pero su corazó n estaba lejos de él. El punto central de todas las historias de Mateo 24 y 25 es que los
profesos seguidores de Jesú s será n tomados por sorpresa cuando se cierre la puerta de la gracia.. El mensaje
de estas pará bolas se aplica a los creyentes. Jesú s estaba explicando có mo estar listos a fin de no ser tomados
por sorpresa. Qué sentido tendría saber todas las señ ales si no estudiamos las parabolas que nos dicen como
prepararnos

Casi todo el mundo cristiano ignora que está n en peligro de ser engañ ados y sorprendidos son los cristianos
que profesan servir a Jesú s. Muchos cristianos de hoy piensan que se van a ir al cielo en el rapto antes de la
tribulació n y por lo tanto no se preparan para pasar por el peor periodo de tribulació n en la historia. Creen
que es suficiente creer intelectualmente en Jesú s y el cierre de la puerta de la gracia los tomara por sorpresa
y no tendrán la firmeza de cará cter para pasar victoriosamente por el tiempo de angustia.
“Aquel siervo malo que dice en su corazón: “Mi Señor tarda en venir” (Mateo 24:48) profesa estar
aguardando a Cristo. Es un “siervo” exteriormente dedicado al servicio de Dios, mientras que en su
corazón ha cedido a Satanás. No niega abiertamente la verdad, como el escarnecedor, sino que
revela en su vida el sentir de su corazón, a saber, que la venida del Señor se tarda. La presunción lo
vuelve negligente de los intereses eternos. Acepta las máximas del mundo y se conforma a sus
costumbres y prácticas. En él predominan el egoísmo, el orgullo mundanal y las ambiciones.
Temiendo que sus hermanos ocupen un puesto más elevado que él mismo empieza a hablar
despectivamente de sus esfuerzos y a impugnar sus motivos. Así hiere a sus consiervos. A medida
que se aparta del pueblo de Dios, se une más y más con los impíos. Se lo encuentra comiendo y
bebiendo “con los borrachos” (vers. 49) uniéndose con los mundanos y participando de su espíritu.
Así queda adormecido en una seguridad carnal, y vencido por la indiferencia y la pereza.

Su mal se inició cuando comenzó a descuidar la vigilancia y la oración secreta. Luego sacrificó otros
deberes religiosos, y así se abrió la puerta para todos los pecados que siguieron. Cada cristiano
será asaltado por las [1] seducciones del mundo, [2] los clamores de la naturaleza carnal, y las
[3] tentaciones directas de Satanás. Nadie está seguro. Cualquiera que haya sido nuestra
experiencia, por elevada que sea nuestra posición, necesitamos velar y orar de continuo. Debemos
ser dominados diariamente por el Espíritu de Dios o seremos dominados por Satanás.” Testimonios
para la Iglesia, tomo 5, pp. 95, 96
“1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a
recibir al esposo.
2
Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas
3
Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4
más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
5
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6
Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
7
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
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más las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los
que venden, y comprad para vosotras mismas.
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Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las
bodas; y se cerró la puerta.
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Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
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más él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
 se aplica a los que profesan servir a Dios.
 Todas tenían lámparas (Salmo 119:105).
 Todas tenían algo de aceite (Zacarías 4:6).
 La espera con las lá mparas encendidas representa el periodo entre la ascensió n de Jesú s y el
cierre de la puerta de la gracia.
 La llegada del esposo (Daniel 7:13, 14)
 El momento clave de la pará bola es cuando llego el novio para la boda y se cerró la puerta. La
boda ocurre cuando Jesú s termina el juicio investigador.
 Tuvieron tiempo para a buscar aceite para sus lámparas, pero ya era demasiado tarde. Este
momento se describe vívidamente Amos 8:11, 12.
 Los que entraron con el novio para la boda hicieron acto de presencia por medio de su nombre
en el libro de la vida.
 La clave para estar listos es orar, invertir, trabajar, velar y revelar el amor de Jesú s a otros durante
la espera.
Mateo 25:14-30:

Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó
sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad;
y luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco
talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18 Pero el que había recibido uno
fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Después de mucho tiempo vino el señor de
aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros
cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos
sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré;
entra en el gozo de tu señor. 22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos
talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 24 Pero
llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que
siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí
tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y
negligente, [si] sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías
haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene [con interés], le será
dado, y tendrá más; y al que no tiene [con interés], aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
 ¿Para quienes?: Esta pará bola tiene un mensaje especial para el pueblo de Dios. El relato no se aplica
a los que nunca profesaron ser siervos de su Señ or (Mateo 25:14) pues vez tras vez en la pará bola los
siervos se refieren a su amo con la palabra ‘Señor’.

 El Señor: Representa a Cristo Jesú s

 Los Talentos: Tiempo, tesoro, cuerpo, habilidades, influencia

 La partida: La partida del Señ or representa la ascensió n de Jesú s al cielo

 Los siervos: Los siervos representan a los que profesan ser seguidores de Jesú s

 Los bienes: El Señ or le deja a sus siervos sus bienes (25:14). Repetidas veces en la pará bola se nos dice
que los bienes le pertenecen al Señ or. Es decir, le son prestados a los siervos.

 El número de talentos: Los talentos se dan de acuerdo a la habilidad de darles uso (25:15). Si el Señ or
le diera má s talentos sin que tuviera la habilidad de usarlos sería un desperdicio. No fue el que tenía
más que fue infiel sino que tenía menos (24:1618). A veces pensamos que los ricos está n en mayor
peligro de no usar sabiamente lo que Dios les ha dado pero no siempre es el caso.
 El siervo infiel: El siervo infiel miraba a su Señ or como un dictador. Esto hubiera
sido cierto pero el Señ or había sembrado al darle a su siervo un talento y por lo
tanto tenía derecho de cosechar lo que había invertido.

 La larga demora: El intervalo de tiempo entre la partida del Señ or y su regreso es el


periodo entre la ascensió n y la segunda venida de Cristo.

 El ajuste de cuentas: El ajuste de las cuentas con los siervos representa el juicio
investigador (25:19) cuando tendremos que dar cuenta por lo que hemos hecho en
el cuerpo, sea bueno o sea malo.

 Capital e Interés: El Señ or no solo espera que le devolvamos lo que nos dio sino
que espera que lo multipliquemos y le ganemos interés. El Señ or espera que se le
devuelva su dinero con interés (25:27)

 Entrar en el gozo: El entrar en el gozo del Señ or representa la segunda venida de


Cristo.
 El que tiene más recibe más: ¿Porque le fue dado el talento del siervo infiel al que tenía diez talentos?

 Lloro y crujir de dientes: Sabemos que esta pará bola se dirige a los profesos creyentes por el uso de la
expresió n ‘lloro y crujir de dientes ‘(25:30; 24:51). Esta expresió n, siempre que aparece, la usa Jesú s para
referirse a la nació n judía infiel.
Un ejemplo de esto lo hallamos en Mateo 8:5-10 a donde Jesú s sano al siervo del centurió n. El
centurió n era romano, no judío pero en la estimació n de Jesú s, el centurió n judío y los judíos eran
gentiles.
Los judíos estaban seguros que se iban a sentar con Abraham, Isaac y Jacob en el reino mientras que los
gentiles quedarían desechados. Pero Jesú s le dio un vuelco a la historia. El gentil que se sentara con
Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos porque tenía la misma fe de ellos. En cambio, los hijos
del reino serian echados a las tinieblas.
 Las Obras y la Salvación: Algunos se preguntara: ¿Si somos salvos por la gracia a través de la fe, porque
enseno Jesú s que nuestra salvació n depende de có mo hemos empleado los talentos que Dios nos ha
prestado? ¿Acaso somos justificados por las obras? La respuesta es ‘no’.  
2 PEDRO 1:19

“Tenemos también la palabra profética más


segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el
lucero de la mañana salga en vuestros
corazones”

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