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Derecho

Procesal Civil I
Dr. César Alfredo Barrera
Torres
LITISCONSORCIO (Art. 92°
C.P.C.
La clase anterior, al haber estudiado la acumulación subjetiva,
implícitamente, nos hemos referido al litisconsorcio.

Así, se dice que habrá litisconsorcio cuando en un proceso exista más


de una persona defendiendo en forma conjunta (ya sea como
demandantes o como demandados) alguna pretensión procesal que a
todos ellos les interesa o que su pretensión se deriva de un mismo título,
teniendo entre ellos lógicamente algún tipo de vinculación, como sería, por
ejemplo, el caso de copropietarios demandantes o de copropietarios
demandados.

La doctrina ha elaborado una variada clasificación de modalidades de


litisconsorcio, una de las cuales ha sido recogida por nuestro Código
procesal Civil, presentando las figuras del litisconsorcio necesario y el
litisconsorcio facultativo.
LITISCONSORCIO NECESARIO (Art. 93 C.P.C.)
El litisconsorte necesario importa la existencia de una vinculación de dos
o más personas con relación al derecho material sustento de la
pretensión procesal, cuyo planteamiento ha originado el proceso y es
objeto de éste.

La ausencia de alguna de las personas que tienen un derecho común


dará lugar a que la decisión judicial no tenga la eficacia legal
correspondiente. No habrá incluso, en este caso, una relación jurídica
procesal válida.

La ausencia de un litisconsorte necesario en un proceso invalida la


decisión final que se tome por el Juez, tal como lo preceptúa el Código
procesal Civil, en el artículo de la referencia, señalando que: “Cuando la
decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a todos
los litisconsortes, sólo será expedida válidamente si todos
comparecen o son emplazados, según se trate de litisconsorcio
activo o pasivo, respectivamente, salvo disposición legal en
contrario”.
Ejemplos:
-Si se cuestiona la validez de un testamento hay que demandar a todos
los herederos.
-Si se pretende la declaración de nulidad de matrimonio, ha de
demandar a los 2 cónyuges.
-Si se pretende la nulidad de un acto jurídico debe de demandarse a
todos los que sean parte de éste.
-En la discusión de un derecho de propiedad sobre una cosa, este se
encuentra en posesión de varios sujetos, conjuntamente, todos han de
ser demandados en el proceso.

El origen del litisconsorcio no está en la relación procesal, sino


en la relación material objeto de controversia.

A demanda la ineficacia del acto jurídico realizado por su apoderado B,


quien excediendo sus facultades transfirió un inmueble de su
propiedad a C, la relación jurídica procesal no se constituirá
válidamente si el proceso es sólo entre A y B, existe la necesidad de
emplazar a C, entonces el demandante sería A y la demandada B y C.
Tratándose del litisconsorcio necesario, el Juez puede integrar la
relación procesal emplazando a una persona, si de la demanda o la
contestación aparece evidente que la decisión a recaer en el
proceso le va a afectar. Asimismo, nuestro ordenamiento procesal
prevé que si el juzgador careciera de la información necesaria para el
emplazamiento del litisconsorte necesario, devolverá la demanda y
requerirá al demandante estos datos. (art. 95 C.P.C.)

Ahora bien, si la falta de emplazamiento del litisconsorte necesario se


comunica o el Juez lo advierte después de notificada la demanda,
suspenderá la tramitación del proceso hasta que se establezca
correctamente la relación procesal, incorporándolo.

Ej.: Si “A” (comprador) demanda la rescisión de un contrato de


compraventa de un inmueble, alegando que “B” (vendedor) no era
el titular del bien, sino que lo era “C” (propietario), en este caso
tendrá que emplazarse con la demanda no sólo a “B”, sino también
a “C”, quien vendría a ser el litisconsorte necesario.
Si al momento de producirse la integración de la relación procesal;
es decir, habiéndose incorporado a los litisconsortes necesarios,
ya se hubiera realizado la audiencia de pruebas y algunos de los
incorporados ofreciera medios probatorios, el Juez fijará el día y la
hora para una audiencia complementaria de pruebas que debe
realizarse dentro de un plazo que no excederá de los veinte (20)
días posteriores a dicho ofrecimiento. (Art. 96 C.P.C.)

Lo expuesto significa que la incorporación del litisconsorte


necesario puede producirse incluso con posterioridad a la
audiencia de pruebas; es decir, hasta antes que el Juez emita
la sentencia correspondiente.
LITISCONSORTE FACULTATIVO (Art. 94 C.P.C.)
Hablamos de litisconsorcio facultativo o voluntario o adhesivo cuando
una persona que tiene interés propio y particular interviene en el
proceso ya sea como demandante o como demandado,
proponiendo su pretensión procesal en base a elementos fácticos
propios y bajo el amparo de una disposición sustantiva.

En estos casos, al resolver la causa, el Juez debe pronunciarse sobre


todas las pretensiones procesales propuestas, incluyendo las
planteadas por el litisconsorte facultativo.

Cabe señalar que ni el Código Procesal Civil, ni la propia naturaleza


del derecho en controversia, obligan al litisconsorte voluntario a
intervenir en el proceso, pues lo que hace es permitir optativamente
que participe en él proponiendo sus pretensiones.

Su falta de intervención en el proceso no lo invalida ni afecta,


distinto a lo que sucede con los litisconsortes necesarios.
Si bien los litisconsortes facultativos no forman parte de la relación
sustantiva originaria o principal, sus pretensiones deben tener
alguna vinculación con ella, ya que pueden ser afectadas por la
resolución que emita el Juez.

El Juez debe calificar el interés y la graduación correspondiente de la


persona que quiere intervenir como litisconsorte facultativo frente a la
relación sustantiva originaria que dio lugar al proceso o el tipo de
relación que mantiene con alguna de las partes en el proceso.

Es facultativo para las partes, porque podrían instaurar tantos juicios por
separado y obtener otras tantas sentencias separadas por cada uno de
ellos, pero al existir conexidad en el título o en el objeto, se considera
oportuno en reunir en juicio todas las demandas para que le Juez emita
una providencia única para todos.

No se trata de un proceso único con pluralidad de partes, sino de


un fenómeno de acumulación de procesos.
Ej.: “A” como prestamista ha celebrado un contrato de mutuo con “B” y
“C”, haciendo la entrega del dinero a “B”, siendo “C” quien ha hipotecado
su casa como garantía del préstamo. Si “B” (prestatario) demanda a “A”
por Nulidad de acto jurídico (contrato), perfectamente “C” podría
intervenir en el proceso para contribuir en demostrar la nulidad alegada
por “B”. “C” vendría a ser en este caso el litisconsorte facultativo, pues
su intervención no es indispensable, ya que de anularse el mutuo, la
hipoteca quedaría sin efecto al desaparecer el crédito que garantizaba.

En un proceso de divorcio, en el cual la cónyuge A invocando la causal


de adulterio pide la extinción del vinculo matrimonial contra su cónyuge
B, acumulando la pretensión de alimentos para su hijo Z; en éste
proceso A participa por derecho propio pidiendo el divorcio y en
representación de su hijo Z solicita alimentos, el litisconsorcio facultativo
es activo y estará integrada por la parte demandante A y Z, cada uno de
ellos tiene una pretensión, en tal sentido el demandado B deberá de
pronunciarse al contestar la demanda tanto del divorcio como de los
alimentos y en igual sentido lo hará el Juez al emitir la sentencia.
En un accidente de transito en el cual A conductor del vehículo de
propiedad de Z impacta el vehículo que conduce B y que es ocupado
también por C y D.
Los ocupantes del vehículo que conduce B resulta con lesiones graves,
generándose la posibilidad la iniciar en contra de A y Z una demanda de
indemnización por daños y perjuicios buscando el resarcimiento económico
por el daño material y daño personal, entre otro tipo de daño.

Cualquier de los perjudicados en el accidente esta en facultades de


demandar a A o Z, se ´pueden iniciar diversos procesos buscando el pago
de la indemnización, sin embargo C y D se les ocurre demandar en forma
conjunta (litisconsorte activo) a Z, sin embargo su participación será
totalmente independiente, pues si luego C se desiste de la pretensión, este
acto no afectará a D, o si D celebra una transacción con Z, éste acto no
afectara a C.

En éste caso la relación procesal será válida, aún si hubiesen demandado


solamente C, sin involucrar a D, pues éste último al igual que B, serán
litisconsorte facultativos, no necesarios.
LITISCONSORTE CUASINECESARIO
Esta figura jurídica la establece la doctrina denominándola también como
litisconsorcio impropiamente necesario, concibiéndola como una situación
híbrida entre el litisconsorcio necesario y el facultativo, ya que existen
supuestos fácticos en los que, no obstante que la naturaleza de la
pretensión procesal no permite sino una declaración judicial unitaria que
comprende a todos los que tienen una relación con ella, no supone que
todos los interesados tengan que intervenir en el proceso.

Ej.: “A” (acreedor) puede dirigir su demanda contra cualquiera de los


deudores solidarios “B”, “C” ó “D” ó contra todos ellos a la vez. En el primer
supuesto, la reclamación entablada contra uno de ellos, no será obstáculo
para las que posteriormente se dirijan contra los demás deudores solidarios
mientras no resulte íntegramente cancelada la deuda.

En el caso propuesto, no obstante que la naturaleza de la obligación


vincula a todos los deudores solidarios, para que en el proceso se
produzca una relación jurídica procesal válida, no es imperativo emplazar a
todos los deudores.
Los supuestos que da la doctrina sobre el particular son:
El supuesto de la obligación solidaria, pone de manifiesto la existencia de
un litisconsorcio cuasinecesario en la cual existe unidad de acreedor y
pluralidad de deudores, el acreedor (A) puede demandar al codeudor (B),
dejando de lado a los codeudores C y D (art. 1186 C.C.).

La sentencia que se dicte en éste proceso no sólo producirá efectos contra


B (el codeudor emplazado) sino también contra C y D (codeudores no
emplazados) hayan o no participado en el mismo, sin embargo, la
ejecución de la sentencia sólo podrá afectar los bienes de B

Lo mismo ocurre cuando A como socio de la empresa X SAC (B) impugna


en la vía judicial un acuerdo de la junta general de accionistas, la demanda
será contra B, sin embargo el resultado del proceso le será oponible a
todos los socios de B, los alcances de la cosa juzgada se producen para
todos los que forman parte como socios de B y contra terceros se anotó
oportunamente la demanda.
INTERVENCIÓN DE TERCEROS
No obstante que un proceso intervienen el demandante y el demandado,
hay situaciones, circunstancias y justificaciones por las cuales se hace
imperativo el ingreso de terceros en ese proceso.

La intervención de terceros importa una acumulación subjetiva sucesiva,


pues con posterioridad a la notificación con la demanda al emplazado se
incorporan al proceso otros sujetos (terceros).

Tercero es todo aquel que no es parte en el proceso; es decir, todo aquel


absolutamente ajeno a la relación jurídico procesal que se produce en él.
Así como en la relación procesal hay terceros absolutamente extraños a
ella, en la relación sustantiva (material) existen también terceros totalmente
ajenos a ella. En este contexto, tercero, en términos absolutos, será aquel
que es totalmente ajeno a ambas relaciones.

Si el Juez admite la intervención de un tercero en el proceso, es porque ha


verificado que tiene legitimidad e interés para participar en él, recibiendo
entonces la denominación de tercero legitimado.
LA INTERVENCION VOLUNTARIA DE UN TERCERO
La intervención de un tercero puede ser voluntaria cuando el interviniente
solicita su ingreso al proceso. Dentro de la intervención voluntaria,
siguiendo el orden regulado por el Código Procesal Civil, se presentan
los siguientes sub tipos:

INTERVENCION COADYUVANTE DE UN TERCERO (Art. 97 CPC)


La intervención de un tercero en el proceso es coadyuvante cuando su
participación tiene por objeto ayudar a una de las partes, colaborar con él
en el litigio, sin incorporar pretensión alguna al proceso.

Ej.: “A” es acreedor de “B”. “C” (nuevo acreedor) demanda a “B” (mismo
deudor). “A” solicita su intervención en el proceso para colaborar con el
demandado (“B”), procurando evitar con su ayuda el remate de la casa
de “B”, ya que este bien es el único patrimonio que haría posible la
satisfacción de su crédito, que es anterior al de “C”.
La intervención coadyuvante o adhesiva puede admitirse incluso durante
el trámite en segunda instancia, entendiéndose que el tercero cuenta con
aptitud procesal para interponer recurso de casación, pues el Código hace
referencia al trámite y no a la resolución de vista (sentencia de segunda
instancia).

La intervención coadyuvante es calificada como accesoria en atención a


que ella no importa la inclusión al proceso de una pretensión procesal
propia del tercero, sino que su tarea se concreta en defender el derecho
que sustenta la pretensión de la parte a quien coadyuva o ayuda en la
defensa.

La intervención coadyuvante presupone la existencia de un proceso en


pleno desarrollo, pues si éste no se hubiera iniciado o hubiera terminado
mediante una sentencia firme no tendría sentido que el coadyuvante
pretenda intervenir .

Esta intervención servirá asimismo para evitar que el demandante y el


demandado acudan al fraude procesal para burlar el derecho del tercero.
Ejemplos:
A es acreedor de B, y C es el fiador. B como actor o demandante,
pretende la nulidad de la obligación principal frente a A.
C como fiador, ingresa al proceso entablado entre B y A, como
interviniendo adhesivo de B, defendiendo un interés ajeno (el de B), pero
en provecho propio, pues, si la sentencia declara fundada la pretensión
de nulidad de la obligación principal, C como fiador, se libera.

A acreedor de B demanda para el cumplimiento de una obligación


vencida e impaga, logrando embargar el único bien inmueble que integra
el patrimonio de B, enterado C de la existencia del proceso le pide al
Juez califique su legitimación pidiendo ser aceptado como tercero
coadyuvante de B quien también es deudor de C.
En el caso supuesto C (tercero coadyuvante) participará en el proceso
interviniendo como adhesivo de B, colaborará en el proceso para que la
posición de B triunfe en el proceso, pues al tener una relación jurídica
con B, no le convendrá que éste pierda su patrimonio.
Intervención Litisconsorcial (art. 98 C.P.C.)
La intervención litisconsorcial es aquella en la que un tercero interviene
en el proceso para defender sus propios derechos que son objeto del
debate judicial, los que son similares total o parcialmente, a los de las
partes originarias del litigio.

Importa que el tercero interviniente lleva al proceso una pretensión


procesal jurídicamente conexa y paralela con la de las partes originarias
por sustentarse en un mismo título, en una misma causa jurídica o en
una misma relación material, de modo que el resultado del proceso
afectará tanto a la parte originaria como al tercero.

Una de las formas como se puede identificar y justificar la intervención


litisconsorcial es cuando el tercero interviniente ha podido ser
perfectamente demandante o demandado originario, pero no lo ha sido y,
logra obtener tal calidad a través de la intervención litisconsorcial.
Este tipo de intervención genera el denominado litisconsorcio sucesivo,
porque se produce estando en trámite el proceso correspondiente. Al igual
que sucede con la intervención coadyuvante, la litisconsorcial puede
producirse durante el trámite en segunda instancia.

Ejemplos:
Acciona en juicio pro parte hereditaria uno de los herederos de un
acreedor contra un deudor; interviene otro coheredero para accionar a su
vez (paralelamente) por su cuota contra el mismo deudor.

Acciona un socio en desacuerdo para la anulación de una deliberación de


asamblea; interviene otro socio, también en desacuerdo, para pedir él a su
vez (en convergencia con el primero) aquella anulación.
Si se admite la intervención en el proceso pendiente, se ensancha para
acoger también aquella otra acción.

Una persona que se ve afectada por las disposiciones de un testamento y


pide su nulidad, no obstante, otros afectados pueden intervenir en la
causa para hacer valer sus derechos, contra el mismo demandado.
INTERVENCIÓN EXCLUYENTE PRINCIPAL (art. 99
C.P.C.)
Se presenta cuando alguien pretende su incorporación al proceso a fin de
hacer valer dentro de él su propia pretensión procesal, que se supone
opuesta a las pretensiones de las partes originarias del proceso. En este
supuesto, un tercero ajeno al proceso se incorpora invocando un derecho
propio y excluyente al derecho de las partes en litigio.

Quien interviene en el proceso incorpora de manera autónoma una


pretensión propia en contra de las partes originarias del proceso, esta
pretensión es totalmente incompatible con la que se discute en el proceso.

Ej.: “A” demanda a “B” por mejor derecho de propiedad de un inmueble.


“C” (tercero), en pleno trámite del litigio, solicita incorporarse al proceso
alegando igualmente tener mejor derecho de propiedad sobre el mismo
bien, pretendiendo excluir a las partes originarias.
El tercero excluyente principal actuará como una parte más en el proceso,
dando lugar a un caso sui generis en el cual habrá tres partes intervinientes
con sendas pretensiones procesales.

A diferencia de la intervención coadyuvante y litisconsorcial, la excluyente


sólo será admisible antes de la expedición de la sentencia de primera
instancia, suspendiendo su expedición, pero no el proceso.

Ejemplos: A se obligó a transferir a B la propiedad del inmueble X con


documento privado de fecha 20/12/2000, y asimismo A se obligó en fecha
anterior y con documento privado de fecha 20/11/2000 transferir a C la
propiedad del mismo bien.
En esta circunstancia B demandó a A para obligarlo jurídicamente a la
entrega del inmueble X en base a la obligación de transferencia que lo hizo
propietario, es en esta circunstancia que C (quien se atribuye la titularidad
del mismo derecho) se entera de la existencia del proceso judicial y
sintiéndose engañado por A interviene en este proceso proponiendo como
pretensión que A sea obligado a entregarle el inmueble X por tener mejor
derecho.
INTERVENCION EXCLUYENTE DE PROPIEDAD O DE DERECHO
PREFERENTE DE UN TERCERO (Art. 100° CPC)
El Código Procesal Civil establece, en primer lugar, que puede intervenir en
un proceso quien pretende se le reconozca su derecho en oposición al de
los litigantes como consecuencia de una medida cautelar ejecutada sobre
un bien de su propiedad o sobre el que tuviera un mejor derecho sobre el
titular de la medida cautelar.

En este caso, para la viabilidad de la intervención del tercero, se supone la


existencia de una medida cautelar dictada dentro de un proceso,
incompatible con el derecho de propiedad o de algún otro derecho del
tercero respecto al bien afectado, con el propósito de obtener una
declaración judicial sobre la prevalencia de su derecho.

En ésta tercería, el tercero alegando dominio respecto del bien embargado,


pide que se libere un bien de su propiedad de la medida cautelar dictada en
su contra, para que se desembarguen y se le entreguen, debiendo presentar
el título que acredite su condición de propietario del bien afectado con la
medida cautelar.
Ejemplo: Se secuestra (forma de cautelar) un equipo de sonido que se
encontraba en el domicilio del deudor, sin ser de su propiedad y que le había
sido prestado por una semana. El propietario podrá interponer una tercería
excluyente de propiedad solicitando desafectar su bien para que no sea
tomado en cuenta al momento de ejecutar la sentencia contra el
demandado.

Otro caso que regula el artículo de la referencia, se presenta cuando un


tercero ajeno a la relación jurídica procesal en la cual se viene ejecutando de
manera forzada un bien (remate), presenta demanda pidiendo al Juez que
viene rematando el bien, que su crédito sea pagado de manera preferente al
del demandante con el producto que se obtenga del remate, pues se
considera acreedor preferente y debe desplazar al demandante en el cobro
del crédito; en éste caso la parte demandada estará integrada por el actor y
demandado del proceso en el que se viene realizando el remate.

En estos casos, la intervención debe darse antes que se realice el pago al


acreedor demandante en el proceso principal.
Ejemplo: El segundo acreedor hipotecario ha iniciado un proceso de
ejecución de garantías destinado a rematar el inmueble comprometido con
su crédito. EL primer acreedor hipotecario estará en condiciones de
interponer una tercería excluyente de derecho preferente y exigir la
prioridad de pago que le corresponde por sobre el demandante.

NOTA: En todos los casos de intervención de terceros (coadyuvante,


litisconsorcial, excluyente principal, excluyente de propiedad o de derecho
preferente), los intervinientes se incorporan al proceso en el estado en que
éste se halle al momento de su intervención.
LA DENUNCIA CIVIL (Art. 102° del C.P.C.
La denuncia civil constituye un mecanismo de intromisión de un tercero
en el proceso, configurándose cuando la persona contra la cual es
dirigida la demanda hace notar al juzgador (generalmente en el escrito
en que formula excepciones o contesta la demanda) que carece de
legitimidad para obrar (vale decir, que no integra la relación jurídica
material objeto de debate judicial) y que es otra, en vez de ella, a quien
debe atribuírsele la condición de parte demandada.

Asimismo, se presenta también en el supuesto de existir otro


colegitimado pasivo (otro demandado), en cuyo caso el demandado
originario se lo hace saber al magistrado (generalmente en el escrito de
contestación de demanda), señalando su nombre y dirección
domiciliaria a efectos de proceder a su debido emplazamiento, si el
Juez considera procedente su intervención.
Ejemplos: El aval de una letra de cambio es demandado en un proceso
ejecutivo y solicita que esto se ponga en conocimiento del aceptante,
para que sí así lo estima, participe en él.

Si el Juez considera procedente la denuncia, emplazará al denunciado


con las formalidades establecidas para la notificación de la demanda,
concediéndole un plazo no mayor de diez días para que intervenga en
el proceso, el cual quedará suspendido desde que se admite la
denuncia hasta que se emplaza al denunciado.

Una vez emplazado el denunciado será considerado como


litisconsorte del denunciante (demandado) y tendrá las mismas
facultades que éste.

La sentencia resolverá, cuando fuera pertinente, sobre la relación


sustancial entre el denunciante y el denunciado.
Aseguramiento de pretensión futura (art. 104°
C.P.C).
La parte que considere tener derecho para exigir de un tercero una 
indemnización por el daño o perjuicio que pudiera causarle el resultado
de un proceso, o derecho a repetir contra dicho tercero lo que debiera
pagar en ejecución de sentencia, puede solicitar el emplazamiento del
tercero con el objeto de que en el mismo proceso se resuelva además la
pretensión que tuviera contra él.

Es llamado también como llamamiento en garantía.

Chiovenda expresa: “La acción de regresión se propone


condicionalmente, para que en la hipótesis de que el que llama sucumba
frente a su adversario, el llamado, no sólo se encuentre en la
imposibilidad de desconocer en esta derrota el presupuesto de su
responsabilidad, habiendo estado en situación de defenderse, sino sea
al mismo tiempo condenado a responder por las consecuencias de tal
derrota”.
Ejemplo: Un ingeniero conviene un contrato de obra a plazo fijo,
estableciéndose una cláusula penal por cada día de mora en la
entrega de la obra.

Llegada la fecha de la entrega, ésta no se produce, debido a que los


trabajos de carpintería y metálicos que el ingeniero subcontrató, no se
han concluido, a pesar que debieron entregarse 45 días antes de la
fecha final de entrega de la obra.

Si bien se trata de una pretensión futura (la del ingeniero contra los
subcontratistas), aquél puede denunciar a éstos al ser demandado;
este acto permitirá que ellos formen parte del proceso y dentro de él se
tramiten simultáneamente dos pretensiones, las que podrán ser
resueltas en la misma sentencia.
LA EXTROMISIÓN (Art. 107° del C.P.C).
Así como el Código Procesal Civil permite la incorporación de terceros al
proceso cuando invoquen interés legítimo (intromisión procesal), también
permite la expulsión de estos cuando se presentan las siguientes
condiciones:
1)Cuando el Juez considera que el legítimo interés que estuvo presente
cuando se admitió al tercero ha desaparecido.

2)Cuando se comprueba que la calificación dada al tercero al momento de


su incorporación ha sido incorrecta.

Es preciso señalar que sólo los terceros legitimados pueden ser


separados del proceso a través de la extromisión, debiendo el Juez emitir
una resolución debidamente motivada, que contenga expresamente los
fundamentos de su decisión.

La extromisión puede operar de oficio o a pedido de parte.


LA SUCESIÓN PROCESAL (Art. 108° del C.P.C.
Se produce cuando un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, lo
que implica un cambio en los sujetos de la relación jurídica procesal, con
la transmisión de facultades y deberes procesales que conlleva esa
posición. Los supuestos de sucesión procesal que regula el Código
Procesal Civil, son los siguientes:

1)Cuando fallecida una persona que sea parte en el proceso, es


reemplazada por su sucesor.
2) Cuando al extinguirse o fusionarse una persona jurídica, sus
sucesores en el derecho discutido comparecen y continúan el proceso.
3) Cuando el adquirente por acto entre vivos de un derecho discutido,
sucede en el proceso al enajenante. De haber oposición, el enajenante
se mantiene en el proceso como litisconsorte de su sucesor.
4) Cuando el plazo del derecho discutido vence durante el proceso y el
sujeto que adquiere o recupera el derecho, sucede en el proceso al que
lo perdió.
INTERVENCIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO
(Art. 113° y ss. del C.P.C.
El Ministerio Público en un proceso civil puede intervenir de tres formas:

1) Como parte: Ej.: Separación convencional y divorcio ulterior.


2) Como tercero con interés: Ej.: Asuntos de familia.
3) Como dictaminador: Ej.: Procesos Contenciosos Administrativos.

El dictamen del Ministerio Público -en los casos que proceda-, será
emitido después de actuados los medios probatorios y antes de que se
expida sentencia.

El representante del Ministerio Público es responsable civilmente


cuando en el ejercicio de sus funciones actúa con negligencia, dolo o
fraude.

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