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Los encuentros humanos pueden nutrir a la persona y proveerla de experiencias


tales como la alegría, la felicidad y el bienestar; o pueden ser tóxicos y
destructivos, dejándola aún más carente y frustrada que si no hubiera tenido
ningún encuentro. 
Es responsabilidad de cada individuo
aprender a escoger entre las
relaciones que le son más nutricias,
saludables, y las que le resultan más
frustrantes y con tendencia a
enfermarlo. 
El estar consciente de la manera como
una persona experimenta sus
encuentros con otros, brindará los
datos necesarios para reconocer y
llegar a relaciones que le nutran, y 
apartarse de aquellas que le son tóxicas
y desagradables.
Como cualquier otro proceso relacionado con el desarrollo y el crecimiento del
potencial humano, la habilidad para escoger, en las propias relaciones humanas,
es un proceso continuo de aprendizaje.
Las personas quieren amor, cercanía, comprensión,
reconocimiento, compartir, atención, etc., mutuos. 

El arte del nutrimento emocional implica desarrollar la


propia capacidad para satisfacer estas necesidades.
El punto crítico en la  selección de las propias relaciones humanas sería cuán
realistamente son percibidos los demás, y correspondidos consecuentemente. 

Esto reflejaría la eficacia presente de una persona en el arte de buscar


nutrimento emocional de los demás.  Si imaginamos dos grupos ; los nutricios
(personas “N”) y los tóxicos  (personas “T”), basados en la forma en cómo una
persona los vivencia, estos pueden diferenciarse entre  si.
La persona “N”  es más auténtica, más consciente y ha realizado más propias
potencialidades.  Valora su propia integridad y es capaz de pararse sobre sus
propios pies.  No necesita recargarse en otros y agotarles su fuerza.  Asume la
responsabilidad de sus propias necesidades.
La persona “T” manifiesta las cualidades y conductas opuestas. 

Típicamente cualquier individuo a quien la persona “T” encuentra se queda de


alguna manera peor después del encuentro.  Ha sufrido abusos o daños en el
curso de la relación. 
Las personas “T” son de muchos tipos, pero comparten un patrón de falsedad,
manipulación y engaño.  El patrón de vida de una persona “T” es aquel en el que
el nutrimento de sus necesidades es en detrimento de otros.  Tiende a usarlos
como medios para sus propios fines. 
Contrariamente a la persona “N”,
auto-dependiente y sana, la persona
“T” necesita un suministro más
continuo de personas, ya que se las
acaba o se pone inquieta y quiere algo
más. 

De una u otra forma, está


crónicamente insatisfecha con sus
relaciones.
Y tú,
¿qué buscas en la vida?

¿quién eres en la vida?


Textos de dominio público de autor no identificado
Música: Armand Amar - Les Larmes
Concepto general y montaje gráfico original: Carlos Rangel
Se agradece respetarlo sin alteración
Santiago de Querétaro, México, Nov.2010
carlitosrangel@hotmail.com
http://www.slideshare.net/carlitosrangel/presentations

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