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CAPÍTULO VII

LA LIBERTAD Y LOS HÁBITOS MORALES

I. LAS DIMENSIONES DE LA LIBERTAD

II. LOS HÁBITOS MORALES

III. EL PERFECCIONAMIENTO HABITUAL DE


LA LIBERTAD MEDIANTE LAS
VIRTUDES MORALES

IV. EL ORGANISMO DE LAS VIRTUDES MORALES


I. LAS DIMENSIONES DE LA LIBERTAD

● La conducta humana es libre: no


está determinada por ninguna
necesidad exterior o interior.
● La conducta constituye una
expresión de la autodeterminación
de la persona humana.

● La ética presupone la libertad desde la


distinción inicial entre actos humanos y
actos del hombre.
● La libertad humana es un realidad
compleja, profunda y misteriosa.
1. LA LIBERTAD DE COACCIÓN

- Es la condición del sujeto que no está


obligado o impedido en su actuar por
agentes externos.

- Es una libertad que se refiere


principalmente a poder realizar
externamente lo que se ha decidido hacer

- Desde este punto de vista, el enemigo


principal de la libertad es la violencia, en
cualquiera de sus modalidades.

- La libertad de coacción y su múltiples


manifestaciones es un tema tratado desde la
moral, la política y el derecho.
2. LA LIBERTAD DE ELECCIÓN O LIBERTAD PSICOLÓGICA

- Libertad de elección significa ausencia de necesidad


interior para tomar o no tomar una decisión, para
tomar una decisión u otra, para conducirnos a
nosotros mismos hacia una meta o hacia otra.

- Es la libertad interior del querer, de la posibilidad de


proponernos fines y de elegir el modo de realizarlos,
sin que esas decisiones resulten necesarias en
virtud de alguna fuerza que resida y actúe desde el
interior del sujeto (libertad psicológica).

- Desde la Ética y el derecho la consideran


como condición para la responsabilidad
moral.

- Gracias a la libertad psicológica el hombre


es causa y principio de los propios actos
(Aristóteles) y dueño de las propias
acciones (Santo Tomás).
- Existen dos dimensiones en la libertad de
elección: la autodeterminación y la
voluntariedad.

- La autodeterminación expresa que en


toda acción libre soy yo el que decide, o
determina, y que, además, decido o
determino acerca de mi mismo

- La voluntariedad está en la línea de la apertura


de la voluntad hacia su objeto (un bien).

- La voluntad es la facultad de la que la persona


se sirve para proponerse y alcanzar sus
objetivos y, en tal perspectiva, la idea de
libertad implica que los objetivos presentados
por la inteligencia no determinan
necesariamente el acto con el que la voluntad
se dirige o se aparta de ellos.
- Santo Tomás de Aquino establece en la decisión libre una decisión entre el plano del ejercicio y el
plano de la especificación.

a) El plano del ejercicio se refiere al ser o no ser de


la acción; es decir, al hecho de que es el sujeto
agente quien “se conduce” a sí mismo. El plano
del ejercicio depende del querer de la persona (de
la voluntad)

b) El plano de la especificación a su ser tal o ser


cual, al “conducirse” hacia un objetivo o hacia
otro.

- Relación entre la moral y la libertad de elección:


- La moral es el gobierno de la propia conducta, la cual es
verdaderamente libre precisamente porque es la persona
la que proyecta y regula.

- Donde hay libertad hay moral, y viceversa.

- La vida humana lleva consigo la tarea de distinguir lo que


verdaderamente es bueno de lo que lo es sólo aparente.

- Libertad y verdad son inseparables.


3. LA LIBERTAD COMO VALOR MORAL Y COMO TAREA MORAL

- Es la libertad encaminada a alcanzar el bien del


hombre en cuanto tal.

- Negativamente, la libertad como tarea moral es


la liberación de la ignorancia y de los impulsos
desordenados, del pecado y de la miseria moral.

- Positivamente, representa la perfección ética de


la libertad psicológica, su consolidación en el
bien pleno de la persona, que es el fin propio de
la educación moral.

- Este perfeccionamiento es realizado


mediante la adquisición de las virtudes
éticas, con las que se afianza en el
hombre la capacidad de hacer buen uso
de su libertad en las más variadas
circunstancias.

- La virtud es el buen ejercicio de la


libertad (San Agustín).
4. LIBERTAD Y AMOR

- El amor es la afirmación libre del bien.

- El amor es un acto primordial de la voluntad


libre, la primera impresión que un fin provoca
en el espíritu, despertando el deseo y muchas
veces, también el sentimiento.

- En el amor tienen su origen los demás actos de


la voluntad: intención, elección, gozo, etc.

- Existen varias formas o grados del amor:

a) Amor de complacencia.

b) Amor de concupiscencia.

c) Amor de benevolencia.
a) Amor de complacencia:
- Es dejarse atraer por lo que se presenta como
bueno.

- Es consentir la atracción.

b) Amor de concupiscencia:
- Es el deseo del bien no poseído.

- Es verdadero amor y afirmación del bien (amor de


sí mismo).

c) Amor de benevolencia (amor de amistad):


- Es afirmación de la persona, afirmación de su
valor, querer su bien.

- Cuando el amor benevolente hacia otra


persona es correspondido aparece la amistad.

- La amistad está entre las dos personas, como


un vínculo que las une.
- La forma más alta del amor de
benevolencia consiste en la entrega de
sí, en la completa donación de la
propia persona.

- La entrega de sí es la manifestación
por excelencia de la libertad: el darse,
el autotrascenderse y el destinarse
constituyen el “para-qué” de la libertad.

- La entrega de la propia persona en su


totalidad psicofísica puede darse en el
matrimonio monogámico e indisoluble.

- Puede darse de otro modo, en la


.
dedicación y el servicio a quienes lo
necesitan, o en la colaboración para la
realización de tareas humanas y sociales
importantes.
-Amar no es sólo desear, sino también dar,
entregarse.

-En cuanto la persona humana ha sido creada a


imagen y semejanza de Dios que es Amor (pero
no deseo), el amor que consiste en darse
representa para ella su vocación específica; en
cuanto que es finita, tal amor supone para ella su
máximo enriquecimiento.

-La ordenación moral de la libertad no puede


ser entendida en último término como adhesión a
valores abstractos o ideales impersonales.

- En la práctica, los grados del amor


representan el itinerario de la maduración y
elevación moral de la persona, cuyos extremos
son, por abajo, la concupiscencia y, por arriba, la
entrega de sí.
5. LA LIBERTAD Y EL FIN ÚLTIMO

- El fin último es el “para-qué” de la libertad, por


lo que asumir personalmente el fin último es el
acto más profundo de la libertad y del amor, el
acto que define la identidad de la persona
como sujeto moral.

- Relación entre fin último e identidad personal


(Aristóteles: “Como cada cual es, así le parece
el fin”).

- Cada fin último concreto que el hombre puede


asumir está ligado a una forma de ser y a un
género de vida.

- El género de vida que se lleva define el fin


último que se ama, y la reflexión sobre cuál es
el fin último verdadero llevará a cambiar de
género de vida, si la vida no ha correspondido
al fin que se ha mostrado como verdadero.
- Conexión ente felicidad y virtud: las disposiciones
personales determinan la concepción del fin
último (Santo Tomás de Aquino: “los hábitos
morales de la persona desempeña un papel de
primer orden a la hora de trazar un proyecto
totalizante de vida”).

- La inclinación a la felicidad es ya un impulso


atemático hacia el fin último. Pero sólo los hábitos
conforme a nuestra naturaleza racional pueden
favorecer una clara visión temática de nuestra
finalidad última.

- La recta formación ética de la afectividad y


de la voluntad es necesaria para que lo
que teóricamente se ve como la recta
solución pueda ser eficazmente operativa
en el plano práctico de la decisión y de la
conducta.
II. LOS HÁBITOS MORALES

1. INTRODUCCIÓN
- La virtud moral es un criterio racional de regulación
de bienes, y de los deseos, sentimientos, y
acciones que a esos bienes se refieren, poseído no
sólo bajo la forma de convicción racional, sino
también como disposición estable de la afectividad
y de la voluntad.

- Dimensiones de la virtud ética:


a) Dimensión afectiva: en cuanto es un orden poseído por la
afectividad y la voluntad.

b) Dimensión dispositiva: en cuanto, como orden afectivo,


predispone y anticipa la decisión moralmente excelente para
cada situación y dispone en orden a fi último.

c) Dimensión intelectual o normativa: en cuanto es un principio de la


razón práctica que ha de ser desarrollado para determinar lo que
en cada caso conviene hacer u omitir.
2. VIRTUDES INTELECTUALES Y VIRTUDES MORALES

● VIRTUDES INTELECTUALES:
- Son las que perfeccionan a la razón especulativa o práctica.

VIRTUDES DE LA RAZÓN ESPECULATIVA VIRTUDES DE LA RAZÓN PRÁCTICA


◊ INTELECTO: ◊ PRUDENCIA:
- Hábito de los primeros principios especulativos. - hábito que determina y preceptúa lo que ha
de hacer en cada caso concreto para vivir
◊ SINDÉRESIS:
SINDÉRESIS:
moralmente el bien.
- Hábito de los primeros principios morales.
- Recta ratio agibilium.
◊ SABIDURÍA:
SABIDURÍA:
- Hábito de considerar las cosas desde las causa ◊ ARTES O TÉCNICA:
últimas de toda la realidad. - Hábito por que sabemos qué debemos hacer
para producir bien determinados objetos.
◊ CIENCIA:
- Hábito de estudiar las causas últimas de cada - Recta ratio factibilium.
género de cosas descendiendo desde ellas a
las conclusiones.

● VIRTUDES MORALES:
- Son las que perfeccionan a la voluntad y a los apetitos sensibles.

- Las virtudes morales son: la fortaleza, la templanza, la generosidad, la justicia, etc.


- La diferencia entre las virtudes
intelectuales y la morales radica en
que las virtudes intelectuales dan la
capacidad de obrar bien, pero no
aseguran el querer usar esa
capacidad y menos aún el querer
usarlas para el bien.

- Las virtudes intelectuales a


diferencia de las morales, no
cumplen plenamente la razón de
virtud, que consiste no sólo en
hacer buena la obra, sino también
en hacer bueno al que la tiene (a
excepción de la prudencia).
3. DEFINICIÓN DE VIRTUD MORAL

- La realización de un tipo de vida requiere que la


persona adquiera la capacidad de liberar y juzgar
con acierto las circunstancias, las personas, las
cosas, los sentimientos, etc. De modo que en cada
caso pueda darse cuenta de lo que conviene hacer
y consiga hacerlo.

- Es necesario una perfección estable de la


capacidad de elegir. Este perfeccionamiento de la
capacidad de elegir es precisamente la virtud
moral.

- Aristóteles: “la virtud moral es un hábito


electivo que consiste en un término
medio relativo a nosotros, y que está
regulado por la recta razón en la forma
que lo regularía el hombre
verdaderamente prudente”.
4. LA VIRTUD MORAL COMO HÁBITO DE LA BUENA ELECCIÓN

- Elección: acto de la voluntad con el que se


decide lo que se va a hacer aquí y ahora en
vista de un determinado fin.

- Hábito electivo: disposición estable de elegir.

- Virtud: hábito de elegir bien.

- Vicio: hábito de tomar malas decisiones.

- La virtud perfecciona la capacidad


de elegir, de forma que el virtuoso
encuentra la acción adecuada a la
particular situación en la que se
encuentra, la elige y la realiza.
- Consecuencias:

1) La virtud moral no es automatismo que lleva a


hacer siempre lo mismo sin necesidad de elegir.
La virtud no suprime, ni ahorra la elección, sino
que la perfecciona y nos permite elegir bien en las
más variadas circunstancias.

2) El acto propio y principal de la virtud es la


elección moralmente recta. Los actos de las
virtudes morales son una elección justa,
templada, etc.

3) Para hablar de elección o acción virtuosa se


requiere un determinado modo de elegir y de
obrar.
a) Saber lo que se hace
b) Elegir interiormente la obra buen en cuanto tal.
c) Obrar con firmeza y constancia, sin que la elección
o la obra se retracte o abandone a causa de los
obstáculos que se encuentran.
- La virtud y el vicio se manifiestan más en la
voluntariedad y en la elección interior que en
la obra exterior considerada en sí misma,
aunque la virtud comprende tanto la elección
interior como la buena realización exterior de
lo elegido.

- La virtud moral perfecciona el obrar libre


adecuándose perfectamente al modo de ser
de lo perfeccionado.

- Cuando la virtud está consolidada, la


elección excelente es normalmente
fácil y rápida, pero no automática;
agradable, pero no instintiva: el
virtuoso delibera y lo elige lo que ha
de hacer.
5. LA VIRTUD COMO ELECCIÓN DE JUSTO MEDIO SEGÚN LA RECTA RAZÓN
- Las virtudes morales consisten en un término medio ( in medio virtus) porque las obras se
adecuan al dictamen de la razón, y la medida impuesta por la razón puede ser sobrepasada o
no alcanzada por el movimiento espontáneo de la potencia carente de virtud (exceso o defecto).

1) En la fortaleza y la templanza se
Gula
habla de medium rationis porque el
juicio de la razón guía a los apetitos
sensibles, cuyos actos son atraídos a TEMPLANZA
un punto medio: se consigue que
éstos tiendan a su objeto con un
impulso ni mayor ni menor del Inapetencia

señalado por la razón.

2) En la virtud de la justicia, cuyo objeto es el derecho,


el medium rationis coincide con el medium rei,
porque aquí se regula no el exceso o el defecto de
una pasión, sino la posesión de una derecho que
puede lesionarse por un exceso o un defecto: justo
es el que da a cada uno lo suyo, ni más ni menos.

3) En la prudencia el medio está como en quien lo


determina y señala no como en lo regulado por él.
La prudencia regulando el acto de potencias
apetitivas, establece el medio al que éstas deben
atenerse.
- El término medio virtuoso es relativo a cada uno y
“está regulado por la recta razón en la forma que lo
regularía el hombre verdaderamente prudente”.

- El acto realizado por el hombre virtuoso es


seleccionado e imperado por un juicio de la recta
razón (que ha perfeccionada por la prudencia).

- La prudencia señala lo que se ha de querer (voluntad)


o desear (apetitos sensibles), y por ello se dice que la
prudencia es auriga virtutum, guía de las demás
virtudes.

- Las virtudes son principios de acciones


buenas y excelentes en cuanto garantizan la
realización de las acciones acertadas y
permiten darse cuenta de lo que aquí y ahora
convienen hacer (dimensión cognoscitiva de la
virtud).

- La usencia de virtud condiciona una


percepción equivocada de lo que la
coherencia moral, el triunfo profesional o la
ausencia de contradicción aportan o restan al
bien global en su vida.
III. EL PERFECCIONAMIENTO HABITUAL DE LA LIBERTAD
MEDIANTE LAS VIRTUDEDS MORALES

1. LOS DOS NIVELES DE ACTUACIÓN DE LAS VIRTUDES MORALES


- La virtudes morales pueden perfeccionar establemente la libertad. Tal perfeccionamiento
requiere: a) Que sean garantizados los principios propios de la elección recta y b) Que sean
neutralizados los obstáculos que a ella se oponen.

- La elección recta comprende:


1) La intención de un fin recto y la remoción de los
obstáculos que a esa intención suele encontrar
(principalmente el egoísmo y el desorden de los apetitos
sensibles).

2) Hacerse un idea clara de las acciones mediante las


cuales el fin virtuoso intentado puede ser realizado aquí y
ahora, así como neutralizar lo que dificulta que veamos
claramente cuáles son esas acciones (pasiones
antecedentes que influyen en la voluntad a través del juicio
práctico de la razón).

3) La actuación de la voluntad y de los apetitos sensibles


según lo determinado por la recta razón, actuación que
constituye la elección recta.
- Las virtudes morales actúan en dos niveles, conectados entre sí por la prudencia .

1) Nivel intencional: la virtud moral da lugar a una


intención firme y estable de obrar siempre con justicia,
fortaleza, templanza, etc.

2) Nivel electivo: la virtud actúa como elección recta,


mediante dos momentos:

a)La prudencia, apoyándose en la intención del fin virtuoso,


determina la acción que aquí y ahora me permite ser
justo.

b) La virtud facilita la elección de esa acción, venciendo la


resistencia que la acción justa puede suscitar en nosotros.

- La virtud moral es intención firme y estable de los


fines virtuosos y también elección y realización de
las acciones que aquí y ahora encarnan esos fines.

- Las virtudes morales tienen un acto intencional y un


acto electivo.
2. LA DIMENSIÓN INTENCIONAL DE LAS VIRTUDES MORALES

- El primer efecto de las virtudes éticas es


modificar la intencionalidad básica de la
voluntad y de los apetitos sensibles, de modo
que sean habitualmente conformes al bien
humano.

- La intención del fin es el principio del proceso


deliberativo, y desde ese punto de vista la
intención aparece ordenada a la elección,
complemento y consumación de la vida
virtuosa.

- Por su intencionalidad, la virtud afianza los


principios de deliberación, y produce una
ordenación estable de la afectividad que perite
deliberar sin obstáculo alguno a partir de los
fines de las virtudes.

- La virtud moral es una impronta de la recta


razón en la afectividad que permite una
integración pacífica y positiva de los afectivo e
lo racional.
3. LA DIMENSIÓN ELECTIVA DE LAS VIRTUDES MORALES

- El deseo de un fin leva a elegir acciones


congruentes con él. El deseo del fin virtuoso es
un buen principio, pero la recta elección es el
acto principal de la virtud.

- La actividad de la razón práctica encaminada a


determinar la acción que se ha de realizar es el
objeto de la virtud de la prudencia.

- La razón que mira al fin virtuoso es la misma razón


que busca el modo de realizarlo, y la voluntad del
fin es en realidad la misma que elige lo que a él
se ordena. La razón de suyo es recta y
coherente, y por ello en las acciones moralmente
malas se encierra una voluntad que se aparta del
bien humano.
3. LOS FINES VIRTUOSOS COMO PRINCIPIOS NATURALES DE LA RAZÓN PRÁCTICA

- El conocimiento de los fines virtuosos lo


posee la razón humana por naturaleza.

- La razón práctica posee algunos primeros


principios naturales, que constituyen el
punto de partida del razonamiento
práctico y del proceso de formación de
las virtudes.

- El hábito de la sindéresis nos


proporciona un sentido natural de la
justicia, de la templanza y de las
demás virtudes, que son parte de
importante de la ley moral natural.
IV. EL ORGANISMO DE LAS VIRTUDES MORALES

1. DIFERENCIACIÓN DE LAS VIRTUDES

- Cada una de las virtudes comprende un


género del bien moral, un conjunto de
exigencias homogéneas del bien humano
realizables por medio de las acción en cada
uno de los ámbitos o sectores que integran la
conducta.

- Prudencia, justicia, fortaleza y


templanza son consideradas como
las virtudes fundamentales o
virtudes cardinales.
- En torno a estas cuatro virtudes fundamentales se agrupan las demás, consideradas como
parte subjetivas, integrales o potenciales de las cuatro cardinales.

a) Partes subjetivas: son las especies en que se


divide una virtud cardinal: la sobriedad y la
castidad son partes subjetivas de la templanza.

b) Partes integrales: son los requisitos para la


realización de actos prefectos de la virtud
principal: la paciencia y la perseverancia son
pates integrales de la fortaleza.

c) Partes potenciales: son la virtudes anejas que


se ordenan a materias en las que no se cumple
perfectamente la razón dela virtud principal: la
religión es parte potencial de la justicia.

- Desde una clasificación temática de las tendencias


humanas es posible modificar y enriquecer la
clasificación tomista.

- La clasificación de las virtudes morales es siempre


algo abierto.

- La teoría de las virtudes no tiene dificultad alguna


para adaptarse perfectamente al bien humano y a
su evolución histórica.
2. LA CONEXIÓN DE LAS VIRTUDES MORALES

- Es la propiedad de las virtudes


según la cual no puede darse una
en estado perfecto sin que se den
las demás.

- La presencia de una virtud exige la


de las demás; si éstas faltan, aquella
no es auténtica virtud.

- La razón de la conexión de las


virtudes morales es la participación de
todas ellas en la única y unitaria
prudencia.
3. LA ADQUISICIÓN DE LAS VIRTUDES

- Las virtudes humanas se adquieren y aumentan


por repetición de actos virtuosos.

- Las virtudes disminuyen y se pierden mediante la


realización de actos contrarios a los que son
propios de la virtud.

- La prolongada cesación de actos virtuosos puede


ocasionar también el debilitamiento e incluso la
pérdida de la virtud.

- Sin embargo, existen algunos hábitos que


pueden llamarse naturales, porque proceden en
parte por a naturaleza y en parte por los actos
realizados por la persona: el intellectus y la
sindéresis.

- Existe en la voluntad un principio natural de


rectitud moral: la inclinación natural al bien
conocido por la razón.

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