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TEJIDO SANGUÍNEO

Los científicos forenses se encuentran a menudo con


sustancias complejas tales como la sangre, que tiene
componentes sólidos (glóbulos rojos, glóbulos blancos y
plaquetas) en suspensión en un líquido (agua), que tiene
sustancias polares, no polares, y iónicas disueltas en él.
Los componentes polares son el agua, la glucosa y la urea;
los no polares son el gas oxígeno y el gas dióxido de
carbono. Las proteínas albúmina, hemoglobina e
inmunoglobulina son moléculas polares grandes que están
suspendidas en la disolución.
Algunos iones (electrólitos), tales como los iones sodio,
potasio y cloruro, también se encuentran el la sangre.

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El gas oxígeno existe de dos maneras en la sangre: oxígeno
enlazado en la hemoglobina dentro de los glóbulos rojos , que
constituye el 99% del oxígeno, y un 1 % en forma de O²
disuelto en el plasma. Las interacciones ocurren entre todas las
moléculas y iones presentes en la sangre. ¿Interaccionan las
moléculas de agua de forma diferente al disolver gas oxígeno
o azúcar?. La respuesta intuitiva es que el agua interacciona
con moléculas neutras, no polares, de diferente forma que con
moléculas polares. Para aclarar estas diferencias necesitamos
examinar otros tipos de fuerzas atractivas que se dan en las
mezclas.

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Tejido Sanguíneo: Definición: La sangre es un tejido
constituido por células, líquidos y substancias que transporta
el oxígeno y todos los elementos nutritivos necesarios para el
funcionamiento del cuerpo humano.
El medio sólido de la sangre lo forman los glóbulos rojos o
eritrocitos, los glóbulos blancos o leucocitos ( linfocitos,
monocitos, eosinófilos, neutrófilos, mielocitos,
metamielocitos, etc.), plaquetas, hemoconias, etcétera.
El medio líquido de la sangre es el plasma, el cual conduce
las substancias nutritivas ( proteínas, carbohidratos, lípidos,
etc. ) a los diferentes tejidos ayudándole el hígado a
transportarlas, siendo absorbidas a nivel intestinal, hasta
formarse el quilo.

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Tipos y composición: Existen fundamentalmente dos tipos
de sangre:
1) Arterial. Es de color rojo claro y, una vez lesionados los
vasos, se proyecta con fuerza y origina huellas
dinámicas sobre piso, muebles, estructuras y soportes
cercanos al lesionado.
2) Venosa. Es de color rojo obscuro y su fuerza de
proyección es mucho menor que la arterial y produce
hemorragias leves.
Como indicamos anteriormente la sangre se compone
de dos fracciones: a) líquida (integrada por el plasma,
enzimas, iones de sodio, potasio, proteínas, etc.).
Y b) sólida (eritrocitos y leucocitos).

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Los eritrocitos son las células que transportan el oxígeno a
todo el organismo y los leucocitos son las células de
defensa.
La proteínas se encuentran el la fracción líquida y gracias a
los jugos, tanto gástrico como pancreático, se sintetizan en
aminoácidos.
El tejido sanguíneo constituye el 80% del cuerpo humano,
transporta oxígeno, bióxido de carbono y substancias de
desecho que se eliminan por medio de los riñones y del
intestino.

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Metodología para las manchas y muestras de sangre.
1) Recolección de sangre .
La sangre y su adecuada recolección y análisis sirven
a los peritos en Química Forense, Criminalística, Medicina
Forense, etc., y a las demás autoridades para tres objetivos
fundamentales:
a) La reconstrucción del hecho ilícito;
b) Determinar si un goteo es estático o dinámico,
calcular su altura, proyección, establecer si se desplazó
de derecha a izquierda o viceversa, a partir de las
características de la manchas sanguíneas, etc.
c) Para identificar a los sujetos pasivos y activos a virtud
de un hecho delictuoso, o bien, a los sujetos
involucrados a virtud de una catástrofe , accidente, etc.
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A partir del embarramiento, arrastramiento, contacto en las
manos, por ejemplo, o del escurrimiento de la sangre o su
impregnación en ropas o instrumentos cortantes, es posible
tomar muestras del citado tejido, en la escena del hecho
natural o provocado.
En los servicios médico-forenses de todo el mundo, se toman
muestras representativas (manchas de lagos hemáticos, de
semen, de saliva, de contenidos gástricos, de pelos, uñas,
fibras, etc.) y se procede a su análisis en los laboratorios
pertinentes.
Las gotas y salpicaduras de sangre y las livideces cadavéricas
constituyen un valioso aporte en el esclarecimiento de los
hechos ilícitos o naturales porque ayudan a determinar la
trayectoria de los sujetos implicados, si hubo lucha y forcejeo,
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Si fue desplazada o no la persona que perdió la vida y
calcular su cronotanatodiagnóstico y saber cuáles de sus
lesiones fueron ante mortem o post mortem, etc.
En este sentido debe tenerse presente que la sangre ante
mortem se coagula entre cinco y ocho minutos después de
expuesta fuera del cuerpo humano.
En cambio, la sangre ante mortem, expuesta al exterior, no
origina el proceso de coagulación.
2). Tipos de goteo
Se encuentran fundamentalmente dos clases de goteo
sanguíneo:
a) Goteo estático. Tiene huellas con una altura mínima de
dos centímetros y máxima de tres metros a partir de la
posición que guarde la persona lesionada o el cadáver
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Con respecto al plano de sustentación . La regla en estos casos
es la siguiente:
A mayor altura, mayor proyección y mayor diámetro de la
gota sanguínea y viceversa; a menor altura, menor proyección
y diámetro de la citada gota. También son estáticas aquellas
huellas sanguíneas ovales, alargadas y con escurrimientos
largos en la parte inferior que gotean sobre un plano inclinado,
sin que la persona tenga movimientos.
b). Goteo dinámico. Tiene huellas sanguíneas que caen sobre
un plano horizontal, animadas por movimientos lentos y
conformadas por estrías que indican la dirección del
movimiento (si fue de derecha a izquierda o viceversa del
desplazamiento de la víctima o del victimario).

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Como ejemplo de huellas de sangre estática tenemos las que
presentan bordes netos, festonados o dentados, o bien, las
provenientes de la sangre venosa, cuyos vasos no contienen
fuerza.
Como ejemplo de huellas de sangre dinámica tenemos las que
se presentan en forma de lágrima, las que son resultado de un
goteo ininterrumpido sobre plano horizontal, las que tienen
forma alargada con salpicaduras laterales al ser proyectadas
directamente sobre muros o paredes, o bien las que son
producto de vasos arteriales siendo diversiformes y cuya
proyección es notoriamente fuerte.

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3) Pruebas presuntivas o de orientación.
Dentro de la taxonomía de las pruebas presuntivas destacan
las siguientes:
a) Técnica de Adler o reacción de bencidina. Se
fundamente en la ruptura del grupo HEM (hemoglobina
que tiene fierro).
Para preparar el reactivo se añade a un cotonete de
algodón bencidina y agua. Al obtenerse la coloración azul
la técnica será positiva e indicativa de que estamos ante
sangre humana.
Sin embargo, los resultados a que conduce la citada prueba,
pese a ser estimada como orientadora de la sangre en
general, no son confiables por conducir a falsos positivos al
producirse la misma reacción cromática con plantas como
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La papa , la alcachofa, el frijol, la manzana, la acelga;
también con productos biológicos (como la saliva, la pus,
moco, materia fecal, etc.), o bien, con otras substancias como
el formol o los blanqueadores.
b) Técnica de Kastel Meyer o reacción de fenolftaleína. Se
fundamenta en la oxidación de fenolftaleína. Por ejemplo, al
morder una manzana se advierte la oxidación que sufre la
misma ante la pérdida de electrones . Al reducirse la
oxidación de la sangre se produce la ganancia de electrones
misma que se reducirá al mezclarse con agua oxigenada y
fenolftaleína , por el lapso de un minuto, a 100°C. Si al
transcurrir los 60 segundos se obtiene una coloración roja, la
prueba será positiva y estaremos ante la presencia de sangre
en general .
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En cambio, si no se advierte color alguno, la prueba será
negativa. Esta técnica también conduce a resultados
falso-positivos con substancias ricas en almidón.
c) Técnica de leuco-malaquita verde. Esta técnica al igual
que las dos anteriores pruebas no es específica porque
puede dar resultados positivos con vegetales ( nabo, frijol,
manzana, papa); tejido animal (médula ósea, leucocitos,
tejido cerebral, moco, pus, estiércol, etc.) y también se
fundamenta, si es positiva, en la coloración, que en este
caso sería verde, al impregnarse la leuco-malaquita en la
sangre.
En cambio, si se obtiene una substancia incolora, la prueba
será negativa y supuestamente no se estará ante la
presencia de tejido sanguíneo alguno.
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4) Pruebas confirmativas .
Establecida la posibilidad de que las manchas efectivamente
pueden ser de sangre, se procederá a confirmar su origen
hemático desde el punto de vista morfológico, serológico,
bioquímico, y genético, destacando las siguientes pruebas al
efecto:
a) Técnica de luminol o de amino-fetalhidracina. Esta
prueba implica la mezcla de una solución líquida a base
de bicarbonato de sodio al 0.1 gramos y otra a base de
polvo que es la hidracina al 95%, y 5% de agua.
Preparadas ya estas soluciones se agrega una gota de
agua oxigenada a la primera, y dos gotas de agua
oxigenada a la segunda.

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Se obtendrá un resultado positivo y, desde luego, la mancha
será de sangre si en la misma se produce luminiscencia que
vaya de un tono azul a morado. El resultado se produce
aproximadamente en diez minutos. Posteriormente, y
transcurrido dicho lapso, se puede asperjar la mancha,
cuantas veces sea necesario sin que ello perjudique en lo más
mínimo su constitución .
b). Técnica espectroscópica de absorción. Esta técnica se
fundamenta en el espectro de absorción para detectar la
presencia de hemoglobina extrayéndola de los eritrocitos
con agua destilada. Posteriormente el citado extracto se
somete a un barrido de espectofometría de luz infrarroja
obteniéndose dos bandas de absorbencia cuyos máximos son
de 575 y 540 nanómetros.
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Para poder confirmar si estas bandas corresponden a la
oxihemoglobina se hará reaccionar el referido extracto con
hidróxido de sodio o ditionito de sodio, y si el
espectofómetro da una lectura de 600 nanómetros
estaremos ante la presencia de tejido sanguíneo. Con el
espectroscopio de absorción se puede saber, por ejemplo; si
una persona ingirió cianuro al dar una lectura de 540
nanómetros y formarse cianometahemoglobina; si se
intoxicó por gas por gas butano al dar una lectura de 570
nanómetros y formarse carboxihemoglobina y un espectro de
determinado color. En los casos de dosis mortales por
alcoholismo, el espectroscopio dará una lectura en
miligramos por decilitro que en la hipótesis señalada será de
500 a 700 miligramos por decilitro.
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c) Prueba de cristales de hemina o de Teichman. Se basa en
la oxidación del fierro del grupo HEM que al reaccionar con
un alógeno inorgánico como el cloro dará un resultado
positivo si se observan cristales romboidales
correspondientes al cloruro de ferriprotoporfirina o hemina.
d) Prueba de cristales de hemocromógeno o de Takayama.
Se apoya también en la oxidación del fierro del grupo de
HEM que al combinarse con ciertos compuestos nitrogenados
de la globulina (proteínas, piridina, nicotina, cianuro, etc.)
forma hemocromógenos. Si la prueba resulta positiva se
observarán, con ayuda de un microscopio, cristales
romboidales rosas.

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e) Prueba de precipitinas en capilar. La utilidad de esta
prueba cien por ciento confirmativa, radica en que sirve
para establecer si la muestra de sangre cuestionada es
de origen animal o humano. Se emplea un capilar
(objeto de vidrio que absorbe la citada muestra
combinado con antisuero humano) y posteriormente se
coloca en plastilina habiendo, por el cambio de presión,
un encapsulamiento por el que sabremos que estaremos
ante la presencia de sangre humana si se forma un
precipitado de color café.
f) Técnica de inmunoelectroforesis. Con ayuda de un
aparato electroforético se emplea un gel de agarosa
resultando positiva la prueba al formarse una banda de
color café en el cátodo del citado aparato,
correspondiente a la presencia de sangre humana y
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Habiendo en el ánodo, el antisuero humano empleado.
g) Pruebas determinantes del grupo sanguíneo. Toda vez que
se ha establecido el origen humano de la sangre se procederá
a determinar sus características individuales, habiendo
básicamente dos pruebas fundamentales para lograrlo: la de
identificación de grupo sanguíneo, en sangre fresca y la de
técnica de absorción , elución para sangre seca.
En 1901, Landsteiner, descubrió la existencia del sistema
“ABO” al observar que la sangre humana tenía
características individuales que se manifiestan por
aglutinación, lo que permite saber a qué grupo pertenece
cada persona. De esta manera tenemos que el 97% de los
seres humanos tiene ABO en su sistema sanguíneo cuyos
eritrocitos, con sueros hemoclasificadores de cada tipo,
determinan por aglutinamiento (formación de arenilla
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Producida en el fondo de la muestra de la placa excavadora)
el grupo del que forma parte.
En el caso de las muestras de sangre fresca se requiere un
milímetro de sangre (proveniente de una persona, de un
cadáver o de un lago hemático) y se le agrega 3.0
milímetros de solución salina isotónica agitándose
suavemente la mezcla y centrifugándose a 3000 rmp
durante un minuto. Posteriormente se decanta el
sobrenadante y se prepara una solución salina isotónica al
2% haciéndose, con la citada dilución, pruebas de
aglutinamiento en placa excavadora o tuvo de ensaye.
La técnica de absorción por elución aplicable a manchas de
sangre seca, implica la recolección de las mismas en
fragmentos de tela impregnados con solución salina que se
depositarán en tres tubos de ensaye. Posteriormente a los
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Citados fragmentos se les agregará metanos para fijarlos
durante un lapso de 15 minutos. Retirado el metanol se
agregará a cada tubo de ensaye dos gotas de los antisueros
humanos “A” , “B” y “AB” respectivamente, y se procede a
refrigerarlos durante 24 horas a 4 grados centígrados.
Finalmente al ser extraída de cada tubo la solución, previa
limpieza de los fragmentos, se agregarán glóbulos rojos
lavados al 2% para centrifugar , durante 30 segundos a 3450
rpm y observar si existe aglutinación.
h) Técnica analítica del ADN. El ADN es un polinucleótido
que se encuentra constituido por cadenas antiparalelas de
unidades de desoxirribonucleótidos unidos por un puente de
hidrógeno, dispuestos de forma complementaria y adoptando
una estructura enrollada de doble hélice dextrógirá.

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Esta técnica, introducida en la década de los 80s por A.
Jeffreys, permite determinar la marca genética de las
personas. En cada ser humano ciertos segmentos de ADN
contienen secuencias de bases que se repiten varias veces. Las
huellas dactilares del ADN pueden obtenerse a partir de
cantidades mínimas del citado polinucleótido (cabellos, gotas
de semen y de sangre). Asimismo, pueden dichas huellas
emplearse para identificar a la víctima de un crimen, a los
padres biológicos de un niño y hasta para determinar si dos
personas tienen un antepasado común.
El ADN contiene cuatro bases nitrogenadas diferentes
(constituidas por átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y
nitrógeno), en el ADN las citadas bases son Adenina (A),
Timina (T), citosina (C) y Guanina (G).

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La adenina y la guanina son bases de gran tamaño, con doble
anillo y se les conoce como “purinas”. La timina y la citosina
son bases más pequeñas, con un solo añillo y se les denomina
“pirimidinas”. Además de las cuatro bases nitrogenadas, el
ADN se compone también de azúcar pentosa (azúcar de
cinco carbonos) y de grupos fosfato que unidos con las
pentosas forman el esqueleto de la cadena de ADN.
La arquitectura del ADN semejante a una “cremallera”,
compuesto de fosfatos y glúcidos y los clientes formados
por pares complementarios de las bases que se mantienen
unidas por ligaduras de hidrógeno. De esta manera, la letra
“C” , en una banda, emparentará exclusivamente con la letra
“G” y la letra “T” sólo se acoplará con la letra “A” .

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Este fenómeno de bases complementarias de las bandas de
ADN hacen posible la tipificación de un individuo.
El ADN a través de esta prueba de carácter analítico, obliga a
determinar qué trozos o “locis” son los que lo integran, y qué
variedades o “alelos” de los que se presenta se van a
examinar bajo la máxima que predica que la selección de los
fragmentos de ADN implica escoger los que tengan el mayor
número de variedades posibles para identificar a la persona.
Existen dos tipos de ADN en el organismo, el nuclear y el
mitocondrial, el cual se hereda por vía materna. El análisis
nuclear del ADN determinará las características únicas de la
persona, y el análisis mitocondrial resalta las características
que no han cambiado desde la línea materna.

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Esta irrupción de información genética no sólo brinda el
código de barras personal de los sujetos activos y pasivos a
partir de cabello, piel, fluidos corporales, etc., sino además
permite identificar la raíz de las personas que han fallecido
calcinadas o fulguradas.
El refinamiento de las máquinas de secuenciación ha
acelerado la lectura de ADN humano, habiendo terminado
para los científicos el proyecto del genoma humano toda vez
que se tengan mapeados todos los genes y conocida su
función.

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