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Presupuesto inicial de una

empresa
Crear una empresa va más allá de tener una idea
de negocio y querer llevarla a la práctica.
Las principales preocupaciones de los
emprendedores giran en torno al capital: por un
lado, normalmente desconocen cuánto dinero
necesitarán para montar su empresa, y por otro,
la financiación externa para poder llevar a cabo
el proyecto.
Ambos problemas están estrechamente
relacionados, si logramos definir el presupuesto
inicial de la empresa, podremos saber si
podremos financiarnos por nosotros mismos o si
por el contrario tenemos que recurrir a vías
externas como bancos, cooperativas de ahorro y
crédito, financistas internos o externos, etc.
Antes de llamar a sus puertas es necesario saber
cuánto necesitamos para que la idea se haga
realidad.
Elaborar el presupuesto inicial nos permitirá
conocer este dato y elegir una opción u otra de
financiación.
Debemos entender por inversión inicial a la
materialización de recursos financieros o capital
para adquirir bienes, servicios, infraestructura o
insumos destinados a la operación de un
negocio.
¿Cómo calcular el presupuesto inicial de una
empresa?
1. Gastos de inicio.
Es necesario conocer y analizar el mercado en el
que se desarrollara la empresa.
Se debe fijar los gastos para estudios e
investigaciones de mercado así como de
tendencias en el sector para analizar a tu
competencia más próxima.
2. Gastos de gestión y organización.
Incluyen todos aquellos gastos para inscribir a la
empresa como sociedad limitada, cooperativa u
otra denominación legal que tenga la empresa.
Todas aquellas licencias y permisos legales que
requiera la apertura de un negocio de ese tipo, así
como otras tareas administrativas en las que se
necesite ayuda externa: abogados, contadores,
analistas, etc.
3. Recursos Humanos y equipamiento.
Un error muy común entre los emprendedores es intentar
hacerse responsable de múltiples y diversas tareas.
Aunque se cuente con poco capital es importante
contratar, aunque sea puntualmente, los servicios de
profesionales expertos.
Es imprescindible realizar un inventario de equipamiento
para la empresa: equipo de oficina, el alquiler o compra de
un local y los servicios básicos: teléfono, luz, Internet…
4. Gastos operativos.
Son los gastos fijos o variables de la empresa.
Dentro de los gastos fijos se englobaría el punto
anterior: desde las remuneraciones a los
empleados hasta todos los equipos técnicos
necesarios para el funcionamiento de una empresa.
En caso de haber recurrido a financiación externa,
aquí se debe añadir el pago a los posibles
inversores o bancos.
Los gastos variables están relacionados con el
número de ventas proyectados.
Es decir, son aquellos gastos para la compra y
producción de productos o servicios, impuestos
por ventas, pago a proveedores o distribuidores.
Al no ser fijos, es preferible hacer una
estimación anual para no gastar más de lo
debido.
5. Flujo de fondos.
Además de todos los gastos y salidas de dinero
es importante estimar el porcentaje de ingresos
que se generan en un periodo determinado.
De este modo, habrá que definir las posibles
entradas de capital, o lo que es lo mismo todo el
dinero que una empresa obtiene gracias a su
actividad.

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