con el dolor es lo que nos permitirá sanar. La esencia del duelo es que estamos obligados, a través de la muerte a confrontar una realidad que rechazamos por naturaleza. El dolor es el agente del cambio Cuando alguien muere el cambio se nos impone; el dolor que sentimos se agudiza y nos obliga a adaptarnos a mundos internos y externos diferentes. A menudo los comportamientos que usamos para evitar el dolor son los que más nos lastiman. La tarea es diferenciarlos y aprender simultáneamente comportamientos nuevos que apoyen nuestra capacidad para soportar y expresar el dolor. Sentimos como si el fallecido siguiera vivo, a pesar de que sabemos que en realidad está muerto. El muerto sigue presente dentro de nosotros, pero al mismo tiempo no está presente físicamente. Debemos aprender a vivir con una alternancia entre el dejar ir y el aferrarse. La muerte se roba el futuro que anticipamos y que deseábamos, pero no se llevará la relación que tuvimos, la conexión con los muertos se mantiene internamente a través de nuestros recuerdos. Tal vez queramos volver a ser felices y reconozcamos que es lo correcto y justo, pero nos sentiremos culpables porque, por alguna razón, parece que está mal y que no es correcto Cómo sociedad, necesitamos aprender a apoyar un duelo saludable y ayudar a la gente entender que cada quien tiene su ritmo. El duelo no puede evitarse y necesita de resistencia; nos obliga a aceptar que hay algunas cosas que este mundo que sencillamente no podemos arreglar. Reflexiones La mayoría de nosotros quiere encontrar una pareja con quién construir una vida significativa y, como pareja, vivir los placeres y las dificultades de la vida. Amar siempre es riesgoso y requiere confianza personal y en el otro para mantenerlo, cuando las parejas se comprometen la muerte no suele ser algo en lo que piensan, no hasta que son muy mayores. Pocos eventos son tan dolorosos como la muerte de la pareja, la muerte del sueño de un futuro imaginado, la vida real juntos de esa pareja, es el final de una serie de circunstancias mutuas, la compañía y la seguridad y el estatus económico pueden verse afectados por un cambio indeseado. Muchas personas se definen en relación con sus parejas y subsecuentemente, con esa pareja muere, tiene miedo de desmoronarse, su duelo emocional y físico, afecta gravemente la estabilidad de su mundo. Aspectos más dolorosos de perder una pareja, es tener que ser un padre o madre soltera. Reacciones, combinación de muchos factores no solamente la composición genética, el tipo de personalidad y los eventos alrededor de la muerte desempeñan un papel en esto, también la historia de lo que había pasado en su vida y los sistemas de creencias y expectativas que surgieron como un resultado. Las mujeres suelen buscar apoyo social después de perder un ser querido, mientras que los hombres confían más en sus propios medios para superarlo. Terapia no es de ninguna manera la única forma de apoyo, platicar con amigos, escribir un diario, pintar, no importa el camino, lo importante es encontrar una forma para expresar el duelo. La diferencia entre la actitud ante el duelo según la edad. La generación que nació antes de los sesentas no suele buscar terapia cuando pierden a su pareja, se criaron para ser autodependientes y para ver toda enfermedad mental como una debilidad.
La diferencia en el duelo cuando la muerte llega después de una larga vida o cuando una vida breve es interrumpida. Estadísticamente, la mayoría de las muertes de parejas ocurre cuando las personas vivieron una larga vida, la pareja sobreviviente suele sentirse muy triste, reconoce que no fue una tragedia, llegó dentro del rango normal de la vida, puede haber un alivio cuando alguien que estuve enfermo durante mucho tiempo finalmente muere. La pareja puede sentir alivio porque ya no tendrá que asumir el rol de cuidador con los límites a la libertad individual que eso conlleva, cuando la pareja que muere más joven el duelo puede ser más intenso, la pareja con vida lamenta el futuro que esperaban tener juntos, así como su pérdida; si es una muerte repentina, el nivel de angustia se magnífica todavía más. El impacto físico de la pérdida Encaramos una verdad incómoda, los dolientes tienen mayor índice de sufrir una enfermedad cardíaca, un doliente es seis veces más propenso a tener una enfermedad cardíaca, investigaciones recientes demostraron que las parejas sobrevivientes serán 66% más propensos a morir dentro de los primeros tres meses después de la muerte a su pareja. Los hombres en duelo Los hombres en sus cincuenta y tantos, así como los que son mayores, sean reacios a buscar apoyo, al no reconocer su dolor, enojo y confusión, los hombres tienen mayores tasas de enfermedades físicas como mentales, caen en depresión a causa de su duelo, los hombres tienen un índice de mortalidad mayor durante los primeros dos años después de un duelo que en el caso de las mujeres. La importancia del apoyo social
La conexión social y el apoyo
emocional son beneficios para el bienestar del hombres y mujeres, las mujeres suelen tener una mayor red de amigos, les dan una ventaja psicológica, los hombres no tienen el apoyo que necesitan a través de sus amigos, ya que no les ofrecen ayuda. En términos económicos, los hombres ganan sustancialmente más que las mujeres, las mujeres suelen sufrir una presión económica mayor durante el duelo que los hombres. Es común que los dolientes incrementen en el consumo de alcohol y drogas para anestesiar el dolor causado por el duelo, tomar drogas o alcohol para medicar la depresión sólo va a empeorar, aquellos que sufren de ansiedad y depresión tienen el doble de probabilidades de volver a tomar, de volverse tomadores empedernidos o problemáticos, frecuentemente un duelo sin resolver es la raíz de este mal hábito. Esta determinación absoluta al no enfrentar la realidad, es lo que evita que las personas sufran su duelo y vivan su vida al máximo. El sexo y las relaciones Las personas en duelo suelen tratar de conectarse consulado erótico como un intento para realizarse en el sentimiento de falta de vida, para las personas es muy común querer abrazar frecuentemente a alguien con la fragilidad de su mundo, amenaza a una relación estable, causa un impacto en los hijos sin importar si son jóvenes o mayores, un resultado exitoso para todos dependerá de cómo se lleva la transición. La muerte marca el fin de una vida, pero no termina una relación y los sobrevivientes suelen luchar para resolver lo que pareciera una contradicción sin solución. Tener una mejor comprensión de nuestra capacidad, como seres humanos, para tener varias relaciones, para tener a la vez nuestros amores tanto del pasado como del presente en nuestro corazón. Cuando se acepta y se reconoce la muerte y ya no nos enfocamos en el luchar por vivir, se puede tener una muerte con gracia y cariño, indolora y pacífica y en un entorno de amor y confianza El duelo requiere del compromiso de hacer regularmente cosas que nos ayuden física y emocionalmente. Los “pilares de la fuerza” son estructuras clave que nos apoyan y nos permiten reconstruir nuestra vida, nos exige nuestra atención en nuestro tiempo. Los amamos en su ausencia, en lugar de amarlos cuando están presentes.