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ESPIRITU SANTO 3
Francisco Martínez A.
Octubre 2010
"En verdad te digo: El que no
nazca de agua y de Espíritu no
puede entrar en el Reino de Dios.
Lo nacido de la carne, es carne;
lo nacido del Espíritu, es espíritu
Juan, 3: 5-6
"Os he dicho estas cosas estando entre
vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu
Santo, que el Padre enviará en mi
nombre, os lo enseñará todo y os
recordará todo lo que yo os he dicho"
Juan, 14: 25-26
" Al llegar el día de Pentecostés,
estaban todos reunidos en un mismo
lugar. De repente vino del cielo un
ruido como el de una ráfaga de
viento impetuoso, que llenó toda la
casa donde se encontraban.
Se les aparecieron unas lenguas
como de fuego que se repartieron y
se postraron sobre cada uno de ellos;
quedaron todos llenos del Espíritu
Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les
concedía expresarse
(Hech 2, 1-4).
" A cada cual se le otorga la
manifestación del Espíritu para
provecho común. Porque a uno se le
da por el Espíritu palabra de
sabiduría; a otro, palabra de ciencia
según el mismo Espíritu; a otro fe, en
el mismo Espíritu; a otros carismas
de curaciones, en el único Espíritu;
a otro, poder de milagros; a otro,
profecía, a otro, discernimiento de
espíritus; a otro diversidad de
lenguas; a otro don de interpretarlas.
Pero todas estas cosas las obra un
mismo y único Espíritu,
distribuyéndolas a cada uno en
particular según su voluntad"
1Corintios, 12: 7-11
Es nuestro deber honrar al Espíritu
Santo amándole por ser nuestro Dios
y dejarnos dócilmente guiar por Él en
nuestras vidas.
San Pablo nos lo recuerda diciendo:
"¿No saben ustedes que son templo
de Dios y que el Espíritu de Dios
habita en ustedes?“
1 Corintios, 3: 16
Durante la Última Cena,
Jesús les promete a sus
apóstoles: “Mi Padre os
dará otro Abogado, que
estará con vosotros para
siempre: el espíritu de
Verdad”
(San Juan 14, 16-17).
Conscientes de que el Espíritu Santo
esta siempre con nosotros, mientras
vivamos en estado de gracia
santificante, debemos pedirle con
frecuencia la luz y fortaleza
necesarias para llevar una vida santa
y salvar nuestra alma.
Espíritu Santo, Tercera Persona de la
Santísima Trinidad, Espíritu de
Verdad, amor y santidad, que
procedes del Padre y del Hijo y en
todo son iguales, te adoro y te amo
con todo mi corazón.
Oración
Espíritu Santo,
eres el alma de mi alma,
te adoro humildemente.
Iluminadme, fortificadme,
guiadme, consoladme.
Y en cuanto corresponde
al plan eterno Padre Dios reveladme tus deseos.
Dadme a conocer lo que el Amor eterno desea en
mí.
Dadme a conocer lo que debo realizar.
Dadme a conocer lo que debo sufrir.
Dadme a conocer lo que con
silenciosa modestia y en oración,
debo aceptar,
cargar y soportar.
Sí, Espíritu Santo, dadme a conocer
tu voluntad y la voluntad del Padre.
Pues toda mi vida no quiero ser otra
cosa que un continuado
perpetuo Sí a los
deseos y al querer del eterno Padre Dios.
CAMINAR EN EL ESPÍRITU
Espíritu Santo, eres viento: llévame
donde quieras;
eres brisa: déjame respirar lo nuevo;
eres fuerza: levántame del suelo;
eres vida: dame pasión por la vida;
eres alimento: nútreme de tu savia;
eres luz: ilumíname con tus rayos;
eres calor: calienta mi existencia;
eres libertad: hazme libre;
eres fecundidad: cúbreme con tu
sombra;
eres agua viva: dame de beber;
eres respuesta: dame fuerza para decir
sí al Padre, al Hijo y a ti, Espíritu
Santo.
CONSAGRACIÓN AL ESPIRITU SANTO
(Padrenuestro y Avemaría,
una vez. Gloria, 7 veces. Acto
de Consagración y Oración
por los siete dones)
Oración
Ven, Oh Espíritu de
Consejo, ayúdame y
guíame en todos mis
caminos para que siempre
haga tu Santa Voluntad.
Inclina mi corazón a
aquello que es bueno,
apártame de todo lo que es malo y
dirígeme por el sendero recto de tus
Mandamientos a la meta de la vida
eterna que yo anhelo. Amén.