Se consideran como no estructurales los elementos que
no forman parte del sistema de soporte de la edificación. Son aquellos componentes que pueden o no estar unidos a las partes estructurales como tabiques, ventanas, puertas, cerramientos, falsos techos etc… los sistemas vitales que permiten el desarrollo de las funciones tales como redes eléctricas, hidráulicas, de evacuación de residuales, los sistemas de calefacción, ventilación, aire acondicionado, y los contenidos del edificio como equipos médicos y de laboratorio, equipos de oficina y mobiliario, entre otros. Los elementos relacionados con la seguridad no estructural, por lo general, no implican peligro para la estabilidad de la unidad de salud, pero sí pueden poner en peligro la vida o la integridad de las personas dentro del edificio. El riesgo de los elementos se evalúa teniendo en cuenta si están desprendidos, si tienen la posibilidad de caerse o volcarse y afectar zonas estructurales estratégicas, verificando su estabilidad física (soportes, anclajes, etc.) y la capacidad de los equipos de continuar funcionando durante y después de un desastre (almacenamiento de reserva, conexiones alternas, otros). El comportamiento de los componentes no estructurales, ante la oscilación de un edificio, provocada por un terremoto, dependen del piso en el que estén ubicados, las características del terremoto y las características dinámicas del edificio. Generalmente, la aceleración, la velocidad y el desplazamiento a nivel del suelo son diferentes a los de otros niveles del piso. En una edificación podemos diferenciar claramente los elementos estructurales (Figura 2.a), y luego cuando está terminado con sus contenidos, apéndices, servicios y utilidades o también identificados como componentes no estructurales (figura 2.b). En la mayoría de los casos, los elementos relacionados con los acabados, se apoyan y / o se sujetan a la estructura. Líneas vitales, también denominados servicios básicos. Se refiere a los sistemas eléctricos, de telecomunicaciones, de aprovisionamiento de agua, depósitos de combustible, gases medicinales y sistemas de evacuación (pluviales), que son imprescindibles para el funcionamiento de un establecimiento de salud, pues su interrupción en situaciones de desastres puede sacar de operación a la entidad. Sistemas de calefacción, ventilación, aire acondicionado y/o agua caliente, incluyendo equipos, conductos y tuberías. Mobiliario, equipo de oficina y almacenes, incluyendo medios de sujeción para los muebles y equipos, así como la protección de los contenidos. Equipos médicos, de laboratorio y suministros utilizados para el diagnóstico y tratamiento, tanto en su estado de conservación como en sus niveles de protección. De acuerdo con el Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente NSR-10, todas las edificaciones deben asegurar su sismo resistencia garantizando que la cimentación y la estructura cumplan con los parámetros legales y los diseños aprobados por el supervisor técnico del proyecto.
Durante los movimientos telúricos estos elementos, estos son
los causantes de muertes y accidentes por desprendimiento de las estructuras.
La norma NSR-10 determina que una compañía de
supervisión técnica debe verificar que la construcción e instalación de los Elementos No Estructurales, como fachadas, cielorrasos o enchapes, se realice de acuerdo a los planos y especificaciones establecidas. El reto para los constructores está en mejorar el control para asegurar la aplicación de la norma vigente, así como aprender de metodologías eficientes de sanciones y reparaciones. Es importante recordar que son ellos quienes deben velar por el bienestar y el cuidado de la vida humana; y es necesario que siempre cumplan con todo este tipo de normativas.