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Metropolitana de
Medellín: Re-
contextualización de
los presupuestos
estéticos presentes en
el románico medieval.
Por: Camila Alzate Torres
Historia de la Cultura I
Letras: Filología Hispánica
Universidad de Antioquia
Introducción
El estilo románico y su contexto
Después de la desintegración del imperio global de Carlomagno, los
germanos emergieron alrededor del 870 D.C. constituyendo la unidad
política del Reino de los francos orientales. En una constante sucesión de la
realeza entre los franconios y los sajones, los pueblos germanos revivieron
las ideas del imperio romano y del imperio carolingio, especialmente bajo el
mandato de Otto I, el cual trajo una nueva estabilidad artística, económica y
política (Charles & Carl, 2008).
En el territorio conocido como la Romania, iniciando por lo que hoy es
Alemania, se dio paso a un nuevo desarrollo en las bellas artes. La
arquitectura, fue la que llevó el rol principal y marcó la pauta que debía
seguir las otras artes. Aunque esta seguía conectada con el arte carolingio,
las particularidades nacionales penetraron en las formas tradicionales
creando un nuevo arte muy diverso.
El estilo románico y su contexto
Estos nuevos estilos que surgieron y que son meramente medievales
cristalizaron las tradiciones godas con el legado romano. Fueron de
carácter general y abarcaron desde la arquitectura hasta la música,
demostrando una filosofía y una estética propias (Tatarkiewicz, 2007).
La forma de arte que predominó entre mediados del siglo X y
principios del siglo XII, fue llamado arte románico, gracias a su
parentesco con las formas de la cultura romana (arcos de medio punto,
pilares, columnas y bóvedas). El estilo románico se caracterizó por la
multiplicidad de características que bajo él se recogieron y que
obedecían a la adaptación que tuvo el estilo a las variadas
circunstancias sociales bajo las cuales se desarrolló.
El estilo románico y su contexto
Sin embargo, hay un entorno general al que obedece su generación. La
sociedad tiene una situación económica precaria en la cual se da un
alto en el progreso y se desarrolla una economía feudal (Hauser, 1992).
Además, la iglesia tiene un papel central en el desarrollo de la
sociedad, lo que hace destacar el arte románico como un arte
monástico, pero al mismo tiempo aristocrático.
En las artes, se están dando discusiones intelectuales acerca de cómo
aproximarse a la idea divina de Dios, sin caer en el paganismo. Al
mismo tiempo, se plantea un nuevo canon de belleza basado en las
ideas de la proporción y de la geometría clásica, pero añadiendo
nuevos elementos propios de la sociedad medieval (Hauser, 1992).
Catedral Basílica Metropolitana de la
Inmaculada Concepción de María: su contexto
La historia de la Catedral Metropolitana inicia cuando Su Santidad Pío IX
ordena la traslación de la silla episcopal de la ciudad de Antioquia a la
ciudad de Medellín, el 14 de febrero de 1868. Esta ejecución fue dada al
obispo Vicente Arbeláez Gómez, el cuál expidió en 1886 un decreto en el
que determinó que el Templo de la Candelaria se constituyera como
catedral, mientras se edificaba el edificio que sería recinto de la nueva
Catedral y que estaría dedicado a la Inmaculada Concepción de María
(Restrepo Uribe, 1981).
El Obispo organizó sucesivas reuniones con los Canónigos, donde se
establecía el lugar de emplazamiento de la nueva catedral, se nombró la
comisión encargada de los contratos de obtención de los terrenos
necesarios para la construcción, además de las labores de las restantes
comisiones.
Catedral Basílica Metropolitana de la
Inmaculada Concepción de María: su contexto
La Catedral inició su construcción a finales del siglo XIX en terrenos
donados por Tyrrel Moore en el año de 1871. Esta construcción se
inicia en 1875 a manos del italiano Felipe Crosti, pero esta es
suspendida el año siguiente por causa de turbación del orden público
(Restrepo Uribe, 1981).
En el año de 1883 se decidió suspender la obra indefinidamente debida
a la falta de capacidad del ingeniero designado para concretar la obra,
con lo que se tuvieron que replantear los planos. En 1886 toma
posesión de la sede Episcopal de Medellín el obispo Bernardo Herrera
Restrepo, con lo que empieza la segunda época de la catedral. El
obispo Herrera le solicita opinión acerca de los planos de Crosti al
arquitecto francés L. Douillard (Restrepo Uribe, 1981).
Catedral Basílica Metropolitana de la
Inmaculada Concepción de María: su contexto
Douillard recomienda así a su discípulo Carlos Carré para la ejecución
de la obra de la Catedral, en los siguientes términos:
“… es uno de los alumnos más lucidos de la Escuela de Bellas Artes.
Además es un cristiano modelo, tiene 25 años y está intacto… El Sr.
Carré es organizador, artista, matemático. Él dará un impulso
inteligente y concienzudo a todos los trabajos de que se encargue.”
(Restrepo Uribe, 1981).
Carré llegó en el año de 1889 y trabaja en Medellín hasta 1894, fecha
en la que finaliza su contrato. En 1931 el templo fue inaugurado como
Catedra. En 1950 fue proclamada con el título de Basílica.
En 1982 fue declarada Monumento Nacional de Colombia.
Análisis del
objeto
1. El concepto de belleza en el estilo románico
En el estilo románico, lo bello es aquello
que conduce a Dios. Esta idea prescinde
del canon de belleza griego y lo sustituye
por criterios religiosos (Labad Sasiaín,
2004).