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Y
CORRUPCIÓN
Introducción
Una gran diversidad de términos que vienen a significar
lo mismo: criminalidad económica, criminalidad de
cuello blanco, delincuencia financiera, etc..
El pionero en el estudio de este tipo de delitos fue
Sutherland (1940), quien agrupó determinadas
modalidades delictivas como criminalidad de cuello
blanco, contribuyendo a llamar la atención sobre este
tipo de delincuencia, haciendo cambiar la típica
creencia que sólo las personas de las clases
económicamente bajas delinquen y las de las altas, no
porque no lo necesitan.
• Para Sutherland, el delito de cuello blanco puede
definirse como "el delito cometido por una persona de
respetabilidad y estatus social alto en el curso de su
ocupación".
• En el curso de su ocupación significa que debe cometerse
en el desempeño de la actividad profesional. Hay autores
en el ámbito socio-criminológico que ponen el énfasis en
la relación existente entre infracción y profesión, y hablan
de "delincuencia profesional", incluyendo todos los
delitos cometidos por cualquier persona en el ejercicio de
su profesión: desde el banquero, el médico, el abogado,
etc.
• Otros han optado por la definición de "criminalidad de
los poderosos", según esta corriente sólo pueden
cometer este tipo de delitos aquellos que ocupan una
posición importante dentro de la sociedad, quienes
ostentan un determinado poder.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que,
actualmente, pueden cometer delitos de estas
características socioeconómicas quienes sin ser
poderosos tienen gran información o posibilidades de
utilizar medios informáticos.
Niggemeier (1963) refundió las vertientes criminológicas
y jurídicas con la siguiente definición de delincuencia
socioeconómica: "la que recoge las infracciones penales
que se cometen explotando el prestigio económico o
social, mediante el abuso de las formas y las posibilidades
de configurar los contratos que el Derecho vigente ofrece
o abusando de los usos y de las razones de la vida
económica, basados en una elevada confianza,
infracciones penales que, de acuerdo con la forma en que
se infringen y las repercusiones que tienen, son idóneas
para perturbar o poner en peligro, por encima del
perjuicio de los particulares, la vida o el orden
económico".
La criminalidad socioeconómica se caracteriza en el
sentido que sus comportamientos se mueven o parecen
moverse casi siempre en el límite de la conducta legal
utilizando interpretaciones dogmáticas que favorezcan
sus intereses.
Este tipo de delitos son, a veces, ejecutados de forma tan
habilidosa que, o bien resulta imposible probarlos, o
bien, para el Estado es demasiado costoso impedirlo
El Estado no puede controlar muchas acciones que
pueden afectar al orden socioeconómico, por el
contrario, el delincuente de este tipo tiene, por regla
general, suficientes recursos económicos y materiales
para eludir esos controles.
Los delitos contra el patrimonio y los socioeconómicos
protegen bienes jurídicos de contenido económico.
Pero mientras que en los primeros, las víctimas son
personas individualizadas de la comunidad, los segundos
afectan directamente a toda la colectividad o a grupos
muy numerosos de la misma, pues, atentan contra los
institutos fundamentales de mercado, de intercambio
de valores y financiación; o cuando se lesionen valores
diferentes a los económicos pero muy importantes para
la salud y calidad de vida de los ciudadanos: delitos
urbanísticos, ecológicos, etc.
Fenomenología del. socioeconómicos
En las últimas décadas, ha habido un considerable
aumento de la actividad económica en todos los países
de Europa y del mundo entero, unido al desarrollo de las
relaciones internacionales da lugar, con frecuencia, a la
comisión de infracciones penales, socioeconómicas.
La criminalidad socioeconómica lesiona a un gran
número de personas (asociados, accionistas, empleados,
empresas concurrentes, clientes, acreedores) e incluso al
Estado que soportar graves cargas o sufrir importantes
pérdidas de sus ingresos; agravia a la economía nacional
y/o internacional y causa una cierta pérdida de
confianza en el sistema económico mismo.
• Una parte infracciones que atentan muy directamente a la economía
nacional (delitos contra la hacienda pública, delitos monetarios y delitos
de contrabando), algunos afectan al equilibrio de las relaciones
económicas, así las manipulaciones para alterar el precio de las cosas,
entendida la expresión en un sentido muy amplio, y pluralidad de
economías particulares.
Actualmente, por lo que se refiere a la Unión Europea, existe una gran
preocupación en relación al llamado fraude de las subvenciones
comunitarias, infracción que también forma parte del Derecho penal
económico europeo.
Como vemos, a nivel internacional, existe un problema especialmente
grave: la proyección multinacional de determinados ilícitos penales de
naturaleza económica, con grave quebranto de los intereses generales.
•
-Las judiciales, cuando se imponen las penas pero éstas no se cumplen con lo cual el
delincuente queda como si no hubiese delinquido.
El delincuente socioec.: móvil y perfil
- Materialismo. Adicto a la ganancia. Su móvil máximo beneficio.
- Egocentrismo. Es narcisista, le gusta que los demás lo admiren
- Dinamismo. Es muy activo, la acción sobre el pensamiento.
- Audacia. Se mueve más por estímulos sensibles y apetenciales que por racionalidad. No
analiza los riesgos...
- Inteligencia. Ésta es más pragmática que especulativa.
Tiene olfato para los negocios.
- Desde el punto de vista social destaca su alta adaptabilidad social, suele moverse con
facilidad en altos niveles sociales
- Muy refractario a los sentimientos y valores morales de los demás. Todo vale para sus
fines aunque haya de pisar o dañar.
No tiene sentimiento de culpabilidad por los delitos que comete.
- Alto estrés y neurosis. Es causa de su superficialidad comunicativa, afectiva y escasez
de vida interior.
- Gran labilidad en el mundo de los sentimientos y de las ideas
Desde el punto de vista fenomenológico, este tipo de criminales (según
la calificación de Seeling) pueden incluirse dentro de los delincuentes
"faltos de disciplina social" y "ambiciosos sin escrúpulos" para
alcanzar sus fines profesionales o económicos.
No perciben los daños que producen a sus víctimas, pues sólo tienen
ante sus ojos su ansia del "beneficio" económico o personal, de tal
forma que son incapaces de reconocer su propia imagen de criminales.