Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Para que las células especializadas del sistema nervioso y endocrino puedan
cumplir eficiente y coordinadamente su función, es necesario que dispongan
de alguna forma de comunicación. Las células se comunican entre sí mediante
señales químicas. La comunicación entre células adyacentes es relativamente
sencilla y en ellas las señales pueden ser compuestos que forman parte de la
membrana celular o moléculas que pasan desde el citosol de una célula al de
otra, a través de comunicaciones intercelulares (uniones en hendidura).
La comunicación entre las células más alejadas, en cambio, implica que las
señales químicas sean liberadas al medio extracelular y luego reconocidas por
otras células que reaccionen ante su presencia de manera característica. Estas
señales pueden ser moléculas como péptidos, proteínas o esteroides.
1.- Una célula endocrina que sintetiza y libera una hormona en respuesta una
señal captada a través de un detector capaz de identificar cualquier posible
desvío del balance homeostático; cuanto más pequeño sean los cambios
detectados, mayor será la sensibilidad y en consecuencia la eficiencia del
detector.
4.- La generación de una señal que informa a la célula endocrina que el efecto
de su hormona ha ocurrido y que por lo tanto debe interrumpir su liberación.
3.- Se prepara una curva estándar en la cual se grafica la relación unida/libre para
la hormona radiactiva como función de la concentración de hormona no
radiactiva. La relación unida/libre de la hormona radiactiva es más alta (valor de
3.0) cuando no hay hormona no radiactiva. La relación unida/libre es más baja
(valor de 0.33) cuando la concentración de hormona no radiactiva es más alta. A
continuación, se emplea la curva estándar para determinar la concentración de
hormona en una muestra de suero (o en otros líquidos biológicos).
La principal falla del radioinmunoensayo es que mide actividad inmunológica,
no biológica. Las consecuencias de este error se pueden explicar de la manera
siguiente. Considérese un caso hipotético en el cual la porción de la molécula de
la hormona que se une al anticuerpo es diferente a la porción de la molécula que
tiene actividad biológica. En este caso, un radioinmunoensayo no puede arrojar
información significativa respecto de la concentración de hormona
biológicamente activa, según lo muestra la PTH, un péptido que contiene 84
aminoácidos. Toda la actividad biológica de PTH reside en los aminoácidos
terminales 1-34. Sin embargo, los primeros radioinmunoensayos desarrollados
fueron para el carboxilo terminal. Mientras la PTH permaneciera intacta (es
decir, con todos sus 84 aminoácidos), un radioinmunoensayo para carboxilo
terminal suministra información significativa. No obstante, casi siempre la PTH
se desdobla en fragmentos que contienen los carboxilos terminales, pero no los
aminoterminales biológicamente activos 1-34. Por lo tanto, los
radioinmunoensayos dirigidos a los carboxilos terminales de la PTH miden estos
fragmentos como “PTH”, aunque no son biológicamente activos. Sólo los
radioinmunoensayos para amino terminal suministran información
biológicamente relevante.
Clasificación de las hormonas
Desde el punto de vista de su estructura química las hormonas pueden
clasificarse en cinco grandes grupos.
I.- Hormonas polipeptídicas
La gran mayoría de las hormonas tienen una estructura polipeptídica, es decir,
están constituidas por cadenas, mas o menos largas, de aminoácidos que van
desde un simple tripéptido (hormona liberadora de tirotropina) hasta
macromoléculas de alto peso molecular que pueden contener más de una cadena
(ej., hormona folículo estimulante). Estas hormonas se caracterizan por:
a) Una vez sintetizadas por la célula productora, las hormonas son almacenadas
en gránulos dentro del citoplasma (gránulos de secreción) y su liberación hacia
el LEC se produce por exocitosis.
b) La gran mayoría son solubles en agua, por lo tanto, viajan libremente por el
plasma y no necesitan de proteínas transportadoras para su distribución por el
organismo.
c) Una propiedad muy importante de estas hormonas es que no ingresan al
interior de sus células blanco. Ellas interactúan con receptores específicos
ubicados en la superficie de la membrana plasmática de sus células efectoras.
d) Son hormonas de recambio rápido, es decir, la vida media (duración) en la
sangre es relativamente corta (entre 5 y 40 minutos).
e) sus pesos moleculares son muy variables.
Hormona liberadora
+
Adenohipófisis
-
Hormona trópica
+
Ejemplo de circuito de retroalimentación
complejo. Un ejemplo de esto último, lo Glándula diana
constituyen las relaciones en el eje
hipotálamo-hipófisis-células diana que se
ilustran en la figura. Las líneas continuas
indican efectos estimulantes (+) y las líneas Hormona de la
discontinuas, efectos inhibidores o negativos. Glándula diana
Efectos biológicos
Este sistema de regulación basado sobre circuitos múltiples ofrece ventajas si
se compara con el sistema más simple. Teóricamente, el sistema complejo
permite mayor grado de ajuste fino de la secreción hormonal y al existir varias
vías de regulación, dicha regulación no sufre modificaciones importantes en
caso de que uno de los componentes del sistema no funcione de forma
adecuada.
Recordar los sistemas específicos de regulación hormonal, es importante ya
que el diagnóstico clínico con frecuencia se establece a partir de la evaluación
de pares de hormonas. Por ejemplo, en el caso de las hormonas
adenohipofisiarias, las medidas de las concentraciones de la hormona trópica y
de la segregada por la glándula diana en cuestión proporcionan información
muy importante para determinar si el defecto en la producción de hormonas se
localiza en la hipófisis o en la glándula diana. Además, la mayoría de las
pruebas dinámicas de la función endocrina que se realizan en clínica se basan
sobre el conocimiento de los circuitos de retroalimentación. En las pruebas
dinámicas se altera el equilibrio del sistema de retroalimentación; el intervalo
de respuestas de un individuo normal está bien establecido, por lo que una
respuesta anormal indica que existe una alteración en algún nivel del sistema y
proporciona más información que la simple medición estática de las
concentraciones hormonales.
La amplificación de la señal es una característica importante del sistema endocrino
La mayoría de las hormonas tienen acciones múltiples en sus tejidos dianas, por
lo que se dice que tienen efectos pleitrópicos. Por ejemplo, la insulina tiene
efectos pleitrópicos sobre el músculo esquelético, donde estimula la captación
de glucosa, la glucólisis y la glucogénesis, inhibe la glucogenólisis, estimula la
captación de aminoácidos y la síntesis de proteínas e inhibe la degradación de
proteínas. Además, se sabe que algunas hormonas tienen efectos muy diferentes
en tejidos diana distintos. Por ejemplo, la testosterona, el esteroide sexual
masculino, promueve la formación normal de esperma en los testículos,
estimula el crecimiento en las glándulas sexuales accesorias como la próstata y
las vesículas seminales y promueve el desarrollo de algunas características
sexuales secundarias como el crecimiento del vello en la barba y la
masculinización del timbre de la voz.
La multiplicidad de los sistemas de regulación es también una característica
común del sistema endocrino. La entrada de información de diversa procedencia
permite una respuesta altamente integrada a una amplia variedad de estímulos,
lo cual es una ventaja para el ser vivo en su conjunto. Por ejemplo, el
metabolismo del glucógeno en el hígado puede ser regulado o modificado por
varias hormonas diferentes, entre las que se incluyen la insulina, el glucagón, la
adrenalina, las hormonas tiroideas y los glucocorticoides suprarrenales.
Especificidad de los receptores hormonales
En el sistema endocrino, una hormona que se segrega en la sangre, circula de
forma libre y establece contacto con casi todas las células del organismo. Sin
embargo, sólo las células diana, con receptores específicos, responden a la
acción de la hormona. Un receptor hormonal es la entidad molecular (por lo
general una proteína o una glucoproteína) localizada en la membrana o en el
interior de la célula que reconoce y se une a una hormona determinada. Los
efectos biológicos típicos de la hormona se producen sólo después de que se
une a su receptor. Por lo tanto, en el sistema endocrino, la base del
reconocimiento y la especificidad de la comunicación intercelular se encuentra
en los receptores; este concepto también es aplicable a la comunicación
autocrina y paracrina.
Los tres mecanismos principales de la acción de una hormona sobre las células
efectoras son el mecanismo de adenililciclasa, con AMPc como segundo
mensajero; el mecanismo de fosfolipasa C, en el cual el segundo mensajero es
IP3/Ca++; y el mecanismo de hormona esteroide. Además, la insulina y los
factores de crecimiento similares a insulina (IGF) actúan sobre sus células
efectoras mediante un mecanismo de tirosinaquinasa. Por último, varias
hormonas activan la guanilatociclasa y en este caso el segundo mensajero es
GMPc.
Proteínas G
Las G son una familia de proteínas unidas a la membrana que acoplan los
receptores hormonales con enzimas efectoras (ej., adenililciclasa). Por lo tanto
las proteínas G sirven como “interruptores moleculares” que deciden si la
acción hormonal puede proseguir.
A nivel molecular son proteínas serpentina heterotriméricas (esto es, poseen tres
subunidades) que rodean siete veces la membrana celular. Las tres subunidades
se designan como α, β y γ. La subunidad α se puede unir a GDP o a GTP y
muestra actividad GTP-asa. Cuando la subunidad α está unida a GDP la
proteína G es inactiva; cuando está unida a GTP, la proteína G se activa y puede
efectuar su función de acoplamiento.
Las proteínas G pueden ser estimuladoras o inhibidoras y por consiguiente se
denominan Gs o Gi. La actividad estimuladora o inhibidora reside en la
subunidad α, que puede ser αs o αi.
En resumen, cuando el GTP se une a la subunidad αs de una proteína Gs, esta
última proteína estimula la enzima efectora (p. ej., adenililciclasa). Cuando el
GTP se une a la subunidad αi de una proteína Gi, ésta inhibe la enzima efectora.
Mecanismo de adenililciclasa
Muchos sistemas hormonales emplean el mecanismo adenililciclasa/AMPc. Este
mecanismo supone la unión de la hormona a un receptor, acoplamiento por una
proteína Gs o Gi y en seguida activación o inhibición de adeniliciclasa que
conduce a incremento o disminución del AMPc intracelular. El AMPc, segundo
mensajero, amplifica a continuación la señal hormonal para producir las acciones
fisiológicas finales.
Cuando no hay hormona unida al receptor, la subunidad αs de la proteína Gs está
unida a GDP. En esta configuración, la proteína Gs es inactiva. Cuando la
hormona se une a su receptor, la proteína Gs se activa y se observan los siguientes
pasos:
3.- El AMPc, por medio de una serie de pasos que implican activación de la
proteinaquinasa A, fosforila proteínas intracelulares (pasos 5 y 6). Estas proteínas
fosforiladas ejecutan en seguida las acciones fisiológicas finales (paso 7).