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David Viñas.

Cuerpo a cuerpo
S.N 11 Agosto 1979
el revés de la trama. El avar<

i-jCto en e! papel constituye "deyecciones


i. . . 1 y agujeros (. . . ) como de polillas". Es-
ta definición quizás podría fundamentar un
nálisis de la escritura de Viñas, desde un pun-
"o de vista perceptible en casi toda su obra pe
c que aquí se exacerba: el diminutivo, tas
metáforas corporales u orales, la reiteración
infantil, como un corpus lingüístico destinado
a despejar —según explica a Tununa Merca-
do - las "palabras entaicadas", es decir, pa-
catas y falsas. De tal manera, es lícito dar un
pbso más, porque en el interior de un texto
que se despliega como secresión simbólica del
cuerpo, exorcismo ante el miedo y condición
para sobrevivir. Viñas encuentra un lenguaje Quizá David Viñas sea más conocido en
<ue además se relaciona a la misma base ma- México por Hombres de a caballo, novela
teiia! de la estructura social e histórica de la publicada por Siglo XXI en 1967: allí se narra-
Argentina: "estaba amasado - l e e m o s — ba el mundo de los militares, especialmente
!. . . I como con barro para hacer chorizo de de la caballería con su apogeo, contradic-
rancho. O como con harina, ésa, la del trigo ciones y miserias— en función de una con-
cepción det poder vertical y despiadado. Re-
candeal"; "Sí, mi lechona"; "Arma-perro; fu- cientemente, la misma editorial Siglo XXI,
sil-caballo"; "elegir cada tomate (. . . ) O esas acaba de editar Cuerpo a cuerpo, novela que
moilejas jugosas"; "Loca, reioca, loquísima, el mismo Viñas considera "una vuelta de
pero con unos cojones como un Shorton". tuerca" respecto de ia anterior: no ya el po-.
Esto delinea un campo semántico que no der del ejército, sino el poder encarnado en
sóio tiene que ver con una cultura oral y culi- una figura capital de esa institución. El gene-
naria de los argentinos, sino con un universo ral Alejandró Cé Mendiburu como condensa-
ción de lo que el poder tiene como humillador
de producción: el de la tierra, es decir, el de la y fascinante. De brutal y, a la vez, de sofisti-
estancia: vientre y centro de la dominación cado. Tal cual ocurre en la Argentina de
oligárquica generadora de la crisis y del ar- 1979.
quetipo de poder que representa Alejandro Cé En una reciente carta enviada a algunos
Mendiburu. Así se fundamentaría un postula- amigos residentes en México, David Viñas
do: desde las metáforas que instituyen un ni- denuncia du desaparición de su hijo. Lorenzo
vel de la escritura, a la teoría literaria que sub- Viñas, y de su esposa Claudia El videlismo,
yace en la novela, a la constitución de ésta co- dice el escritor en ese documento, "como
mo monólogo y relato-documento atravesa- mata en silencio parece que no mata".

a
dos por la historia, Cuerpo a cuerpo sugiere a
la crisis y a la cuestión agraria como un espa- ti te consideran habitúa/mente
cio dialéctico y totalizador, que a la vez contri- como un "escritor social"; tal
buye a totalizar los distintos niveles de la obra. vez haya un equívoco porque
Eüo se refuerza en el plano más abstracto de la lo que siempre preconizaste
novela: un largo poema en forma de cartas fue una literatura de
que Yantorno destina a una interlocutora con "denuncia". En todo caso, ¿dirías que
integridad desplazable; por un lado ésta es Cuerpo a cuerpo es una "novela social" o
una señora oligarca, a veces con alguna seme- lo que se entiende más o menos corriente-
janza a Victoria Ocampo; por otro lado es un mente por eso?
personaje absolutamente mítico, la patria o la — Más bien: una "novela asocial". Carac-
ciudad de Buenos Aires. Estas cartas plantean terística que podría visualizarse, de inmediato,
una historia metafórica de la crisis: durante el en esa sutileza que puso el redactor del texto
esplendor (cuando la Argentina era un "País de la contratapa: "Que esta novela jamás
vaca. Una estancia atiborrada de vacas") podrá entrar a la Argentina". . . .Se me
sobre Buenos Aires llovía leche; durante el pe- o c u r r e por e s o , q u e si Hombres de a caballo
ronismo será inundada por la niebla; y en los 1 tuvo problemas en 1968 con la dictadura del
años contemporáneos por la mierda ("enor-' general Onganía, Cuerpo a cuerpo —en
mes soretes tubulares") y por la sangre. 1979— ya no los tendrá con Videla. . . De al-
"Sangre --escribe Yantorno— que sale de guna manera con ambos libros —creo— se ra-
adentro c o m o su leche más antigua". tifica la trayectoria del escritor argentino críti-
Entonces, desde dos personajes arquetípi- co: marginal, intersticial en la década pasada;
cos: el militar, representante degradado pero el exilio — hoy— corrobora un itinerario previ-
ejecutor eficaz del poder oligárquico; y el pe- sible.
riodista, pequeño burgués que no encuentra — Si se entiende bien, estás queriendo de-
el camino para derribar ese poder (su silencio cir que tu libro, como tú mismo y los que se
frente al peronismo, o sea, frente a las masas, podria considerar como escritores "críti-
es significativo en toda la novela); y desde s u s ' cos " de la Argentina — valdría la pena decir siglo
historias cruzadas, sus debates y lenguajes, quiénes son y desde qué punto de vista- veintiuno
Viñas construye un corte de la crisis argentina. estarían como sometidos a un itinerario editores
De una parte, el exiliado de hoy; y de otra, ese prefijado, a una especie de "destino". ¿En-
teniente general desnudo y vomitado, niero de tiendo bien?
inmigrantes anarquistas y, en la coyuntura de — Y, en la mayoría de los países de América mente, de esa tirada por ta bordfr^ltf folcteris- — Estoy empezando a creer que C u e r p o a
los años 70, una última carta para que los Latina (para no abundar), la suma de condi- mo implícito en la palabra Tang&%.^ué esa po- c u e r p o e s para ti algo románticamente, o,
terratenientes preserven su dominio, y con es- cionantes se convierte en "destino". Y si, en sible danza, ese baile, se iba C i a n d o . El mejor, freuóianamente, una doble sublima-
to la clave económica del país: la gran pro- 1968, Hombres de a caballo ponía en cuestión ademán del abrazo se iba trocarid$?~o degra- ción, para lo mejor y para lo peor, una ren-
piedad de la tierra, freno de cualquier de- — o se burlaba o parodiaba— la sacralidad del dando - en tironeo. En un pegttéi^;fe)tácért>8- dición de cuentas o un suicidio y, por el
sarrollo, capitalista o socialista. ejército argentino, diez años después —con do, sudoroso, cada v e z m d s H n p $ l á t e i é 6 n s u s otro fado, una apelación a la salud, un pedi-
Se podrían trazar reflexiones mucho más ri- Cuerpo a cuerpo— si la metáfora central del tensiones como en su intenttf (ftiucfcíez. El do, o un grito.
cas sobre esta novela que, hasta en sus exce- libro es un grotesco del poder castrense encar- abrazo se me transformaba erKestrengula- — Es algo m á s módico: una suerte de
sos, páginas sobrantes y experirnentalismo nado en eso que allá se llama "un general de la miento. La danza en poténrwcá. É b a f c en autocrítica. Cristianamente: algo muy pareci-
lingüístico, es un documento de la Argentina nación", aquella línea de fuerzas no sólo se "clinch". En una especie d é luch*;£i>n. . d o a un examen d e conciencia. Jesuíticamen-
contemporánea. Las correspondencias entre corrobora, sino que parece subrayarse. - Se me ocurre ta palabra ''A&gaV'. ¿Me te: un ejercicio espiritual. Freudiana mente: un
sus personajes y muchos protagonistas reales — Creo ver dos lineas en tu razonamiento: equivoco? a d e m á n masoquista.
son obvias para cualquier lecxor sudamerica- el desarrollo político de nuestros países y lo - SÍ,s í . A iiju > # y—prwn fimméiammenta, etm vea, (atoa -to ¡atan-
no. Pero nos reduciremos sólo a dos formula- que ocurre con los escritores que no lectura teológica. Con " c e j a s te en tu rendición de cuentas: ¿qu&es para
ciones para cerrar esta nota. Una, que las re- quieren engañar a su respecto. Pareciera O bíblica. tí, en qué consiste el revés de la trama?
currencias a la matriz agraria y sus metáforas, que, frente al proceso, al escritor no lo es- -La Biblia y tí calefón, fiS» Discépofo: — Cómo les decía el viejo Stanislavsky a sus
ligan esta obra a un campo textual que reapa- pera otra cosa que el exilio, si no la muerte. esa mezcla parece bien argentina y tu no- alumnos: "—Querido, c u a n d o quieras que te
rece c o m o clave fundadora de un pensamien- — Yo diría: su asunción. O, si prefieres, para vela también lo es cómo lo es, "indicionaf- salga un buen avaro, acuérdate de los mo-
to que desee comprender a la Argentina; y ahí no usar palabras tan aterciopeladas: un mente, todo corte con el fokktrét toda re- m e n t o s en que es generoso. . . " Pues bien.
podemos recordar desde un ensayista como arrancón de ese objeto que a muchos, aún, nuncia al "ser" argentino úáftgftizado, es- Cuerpo a cuerpo —presumo— también impli-
Martínez Estrada a un poeta como Oliverio Gi- nos cuelga del centro de la barriga: el cordón tereotipado. Me preguntó ctt&éStu mane- ca un cuestionamiento de las porciones y reza-
rondo. Y otra, que esta novela --sin duda, el umbilical. {Interpretaciones heterodoxas son ra de renunciar, de cortar. gos de fascismo que todos t e n e m o s zambulli-
mayor producto literario e intelectual del exilio legítimas)... Una forma tajante de profundizar - Desprenderme de la callé Córrtéfrtes, por dos entre el cerebelo y el páncreas. . . Y si hay
argentino desde 1976— se centra en dos ar- el exilió. De llevarlo a su crispación. 0 , dando ejemplo de mi calle Corrientes. O, » lo pre- un esfuerzo de autocrítica, también hay una
quetipos, pero excluye a otro, decisivo a un rodeo: una forma de "dejar de ser argenti- fieres, la novela me lo propone «a forma de saludable dosis de autorreconocimiento.
nuestro juicio en el desencadenamiento último no". . . una mezcla de la calle CorrientcÉ y d e la •Incluso: de autogratificación. Quiero decirte:
de la crisis: el guerrillero, cuya novela aún no — ¿Qué quiere decir eso? Biblia. . . El tango con un general argentino se m e arrugó —desde ya— escribir Cuerpo a
se ha escrito. Un lenguaje que llene los deba- — Quiere decir abandonar las expectativas me iba transformando en un " c u e t p é B cuerpo cuerpo, pero también me alegró, me divirtió,
tes, las miserias, las obsesiones y los fracasos fáciles con el regreso (y la serie de triunfalis- con el Angel". me hizo reír (aunque fuera de bronca), gocé,
de César, el hombre que dirige el grupo arma- mos que eso implica). . . Por un lado. Y, por - ¿Con quién será ei "infightíng"?En este recordé c u a n d o gozaba en Buenos Aires. Di-
do q u e le aplica un tiro d e gracia a Alejandro el otro: exigir —y exigirme— un regreso even- ójñc bíblico ya nos estamos acercando a gamos: la fuerte cuota masturbatoria que
Cé Mendiburu, es, quizás, una obra en busca tual con todo el margen de criticismo y de Jshová. • ;
; conlleva la producción de textos. Digo: para
de autor. Igual que la del dirigente obrero que incómoda adultez que presupone cteo— la - Quizás. A lo mejor. A J e h 6 v £ f p e r o tam- recomponer el tono.
sobrenada entre los dos destinos históricos redacción d e Cuerpo a cuerpo bién un general implacable y seífofetor, Tam- — Parece que nadie puede estar a/ margen
del proletariado argentino: el peronismo y el — Puesto que vuelves a Cuerpo a cuerno, bién al poder en general. Y a mi ptijdfe en parti- de las culpas, hasta en el más decidido apa-
clasismo revolucionario. ¿no era que iba a llamarse inicialrnente Tan- cular. Y a . . . rece el cristianismo.
g o ? Como a nadie se le escapa que esta pa- - ¿Ya!propio Viñas? — ¿En la otra cara d e la moneda del examen
labra es muy connotada, ¿por qué la aban- - Por lo menos a la parte d e rriíjtásrno que d e conciencia? — U n c i e r a ademán parecido
1. María Lursa Bastos, Borges ante la crítica ar donaste? más me repugna. al de Cristo ce* los mercaderes del templo.
gemina, / 923 1960, Ediciones Hispamérica, — En efecto, se iba a llamar Tango pero al- - Dicho esto parece natural preguntar por — Supo ^. que esto no es todo en cuanto
Buenos Aires. guien fraternal me insinuó que ese título car- la parte tuya que más te fascina. al "revés de la trama"; debe haber también
2. Jaime Sarusky, "Entrevista con David Viñas", gaba con una fuerte dosis de inmediatismo. - También está presente. D & t o ¿ é o t r jerga algo detrás de la culpa y el masoquismo
Revista Margen 3 4. París, 1967. Allí Viñas, refi- Te diría, aún más, de cierta demagogia. política: la porción más fascista qiOi|iengo me- cristiano.
riéndose a su obra, dice: "Literatura totalizadora Acepté ese cuestionamiento. Me costó, pero tida muy adentro. Entre las tripas. Boyando en — Si es previsible, una fuerte y saludable do-
<?s le que se pretende hacer". lo acepté. Y fui advirtiendo (a partir, precisa- el cerebro. sis de sadismo. De agresión. De puñetazo, ta-
ky: verificar el revés de la trama. El avaro/ge- APRA o por el MNR boliviano. . . Incluso ex- |vilizaeión" ansiada, se le va arrugando cada
neroso. . . Digo: si para tomar un ejemplo tender esa secuencia, por lo menos, hasta vez más a partir de su instalación en París. En
epónimo -Carlos Fuentes- hizo mucho Nasser y Sukarno . Y aun a Cárdenas, por su ese "paraíso" inventado por los Victorianos.
ruido con el búm, me interesaría comprobar ! populismo. Digo: para tratar de ir trazando En ese mito pequeño-burgués. . . Y cuando el
qué pasaba con el "no-ruido", con el silencio ciertas cordenadas que puedan ayudar a si- itinerario de Cortázar (de la materia al espíritu)
con que se intentó ningunear a --por fejemplo, tuar, a comprender y a evaluar el proceso se entrecruza con el opuesto y complementa-
también — J o s é Revueltas. Perón. . . Pero, además, me interesaría. . . rio de Régis Debray (que salta La frontera y su
— En la Argentina no ha pasado algo simi- Me interesa (y hasta apasiona como para plan- Malraux y su Escuela Normal Superior) en
lar, en tu opinión? teármelo en un posible ensayo), el paralelo busca de esa materialidad que, vertiginosa-
— No sé si en el eje del búm. En su epicentro. entre Perón y Borges. . . mente, se le plantea primero a Cuba y, luego,
Quizá más lateral. O previo: Borges. Jorge — ¿Borges y Perón? en Camiri. . . Son dos itinerarios opuestos y
Luis Borges. — Sí. Porque las diferencias entre ambos son complementarios. . . Y con Julio Cortázar
— De Borges se tiene la idea de que es un suficientemente notorias, los parentescos son se. , .
es cont. hoja 30 caso aparte. ¿Crees que también él, o la los más arduos, recónditos y, eventualmente, — Estás, creo, considerando actitudes.
rascón o navajazo hacia afuera: contra el po- imagen que se tiene de él, puede ser enten- más movilizadores. ¿Lo especifico? Desde ya. ¿Qué pasa con O c t a e d r o y con los otros
der —ya le dije — , contra las humillaciones, dido según esta figura del "boom"? Pero lo específico de la literatura (o de la políti libros?
contra. . . — Sí. En lo que el ¿íymtiene de inflacionario. ca) no se agota en su especificidad. . . Borges - Le repito: discrepancias. Pero, cada vez
— ¿Las palabras también? — - insisto, ¿no te parece que es un fenóme- y Perón por lo tanto, "dos ancianos de la t<i más, coincidencias: él declara haber descu-
— Me sospecho que también: contra las pa- no aparte? Ni Fuentes, ni Cortázar, ni bu" en una suerte de tótems. . . bierto América; yo - quizá-- haya descubier-
labras aseñoradas. Contra las palabras ental- García Márquez, ni Donoso. -- Supongo que no todos los argentinos to Europa. Cortázar, declara haber vislumbra-
cadas. Contra las palabras tersas. Contra las — Con ciertas zonas y matices aparte, desde los consideran de este ntodo. do algo que siempre eludió: la política; yo, a lo
palabras "culito de bebé". Contra las palabras ya: sí. Pero su eje fue englutido por lo — Desde ya. Esa sería una primera matiza mejor, recién ahora haya vislumbrado la litera-
"comme ¡I faut". Contra las.palabras perti- bumbístico. Con una salvedad: que ese proce- ción: la de qué clase ha contribuido a la "te- tura. Cortázar acaba de presentir la "reali-
nentes. so, con Borges, no ha servido solamente a lo ologización" tanto de Borges como de dad". El lo dice. Yo, ojalá, haya presentido las
— Las palabras no son nada, por cierto; ya mercantilista. Sino a lo político. Quiero decir- Perón. . . La clase media en su sentido más hadas. Los fantasmas. O el sueño. Los malos
empiezan a molestar cuando vienen junto a te: el proceso de inflación producido en torno amplio. Sea. Porque esa "fetichización" no sueños. Quieto decirle: las pesadillas. Que,
otras, en frases, en lo que ahora se llama a Borges (impregnado de elementos sacrali- fue llevada a cabo por la clase obrera: con probablemente, prefería no terminar de
"discurso". Parece que hay discursos dife- zantes y, por lo tanto, intimidatorios) ha sido Perón porque lo conocían desde el 1945 (y el ver. . . Pero de lo que estov más seguro, es
rentes. ¿El tuyo se opone al discurso fascis- llevado adelante —de manera muy mediatiza- envés de su sonrisa), y con Borges porque no que Cortázar ha liquidado los biombos (figuras
ta? da y sutil— nada menos que por el poder de lo leen. . . Las clases medias: la zona más "li- que permanentemente lo obsedían como ele-
— Más o menos. Por ahí es sólo un conjuro los militares argentinos. Hasta convertirlo en beral" de esta napa, va de suyo, santificó a mento de separación). Hoy, ha tendido los
frente a la nomenclatura autoritaria. Y un "ídolo". Borges; la parte más "nacionalista", sacralizc puentes. Nuevos puentes. QuÍ2á haya podido
digámoslo: burguesa. Del "hombre a la defen- — Visto gramscianamente, pero al revés, a Perón. . . Pero lo que me parece más intere escamotearse a su "circulo". Ojalá.
siva" de 1930 al "hombre de la represiva" de ¿sería Borges el intelectual orgánico de los sante es, precisamente eso: cómo una comu- Pero, sobre todo, Cortázar — pare-
1980. . . Burguesa en su exacerbación, si pre- militares argentinos? nidad, un grupo clave y muy denso de esa co- ce rui que ha quemado sus propias naves.
fieres. . . Ese discurso del poder que nos — No exactamente. Porque, hoy, los gobier- munidad, exaltó vertiginosa y acríticamon"-- í Me sospecho que sí. Y, tú sabes: "No hay
impregna —me impregna— y por el que soy nos autoritario-castrenses de América Latina dos "ancianos". . . dé. n»;'is estupendo que contemplar el humo
hablado. Somos hablados y. . . Del que in- no necesitan intelectuales orgánicos. Ellos — Pregunta casi obligada: ¿qué opin.->-: -os propias naves quemadas". . .
| tentó ser un lapsus. . . mismos son sus intelectuales orgánicos: así, Cortázar? -- ¿7ú quemaste tas tuyas, Viñas?
' — Esas elecciones, insisto, de un discurso el general Golbery Do Couto e Silva con su — Que cada vez me interesa más. Habier u-j Francamente: jamás supe si tenía naves.
• contra otros suelen ser solitarias, son un Geopolítica do Brazi!; el general Augusto Pi- discrepado en aspectos capitales y viniendo O no. Más l.-nn "naufrago", no "floto". . .
:
' "cuerpo a cuerpo" de la conciencia y de la nochet Ugarte, con su Geopolítica; el general de las dos puntas más extremas del "tablón" ••- ¿Voht as a la Argentina?
! escritura. Para que lleguen a ser sociales Meira Mattos con su Geopolítica e destino. . . argentino. . . Rayuela, el "cielo" de Rayuela, - No.
deben pasar, creo, la prueba de la eficacia. — Pero ¿qué tiene que ver Borges con todo me parece la culminación necesaria y hasta — ¿Por?
i ¿Crees que has logrado pasarla en Cuerpo eso? previsible de la "civilización" propuesta por el Por miedo.
I a cuerpo? — Nada. O casi nada. Pero tomando todos los Facundo (esa denegación de la "barbarie" y — ¿De que te obliguen a callar cosas que
; — No.-No. Más bien todo lo contrario: pre- recaudos del caso, mediaciones, series y esa inquietud frente al espacio propio y carco- sabes?
i siento que implica todo un itinerario para demás pararrayos, te propongo que leamos mido de Casa tomada). . . Pero el "cielo" - No. No. Todo lo contrario: de que me obli-
! comprobar no sólo mis límites (los límites de la con atención no ya la secuencia que (a través europeo de Cortázar, de su Rayuela, de su "ci- guen a decir cosas que no sé.
I situación del escritor argentino y, quizá, del de de una "literatura analgésica") vincula a Bor-
América Latina), sino mi fracaso. La aventura ges con el Macedonio Fernández de la elusión
del texto de Cuerpo a cuerpo es eso: el del cuerpo como lugar donde se verifica la
contrincante del general, el cuestionador o co- muerte sino la otra fisura intertextual que lo
leccionista de los datos del poder es un pe- enhebra con el Leopoldo Lugones de La gran-
riodista. . . Y al cierre, comprueba sus limites de Argentina o del "elogio del sable" con mo-
como un círculo. Y no hay círculos virtuosos. tivo del centenario de Ayacucho. . . Y te repi-
A lo sumo, esa otra figura de la novela ejercita to: en lo más íntimo dé los textos borgianos,
la moral del prisionero: palpa los muros de su me sospecho, aparecen los refinados ingre-
celda, la textura de ese círculo inobjetable, y la dientes que han condicionado el búm que los
denuncia. La escribe. Como se dice: se escri- Videla y los Pinochet han celebrado con él. . .
be como prisionero. Subraya —se inscribe — — En el fondo de esta reflexión hay algo
en los límites de su insuperable circuito. No que suena a marxismo, pero, despresti
puede saltar más allá de sí mismo. giadamente, a marxismo "vulgar".
— Pero siempre puede haber un rescate, — Es el riesgo que se corre. Pero ese membre-
imaginario al menos, por el hecho de imagi- te sirve — hoy, ya— tanto para un zurcido co-
narlo. mo para un cosido. . .España —en otro orden
— Sí, se salva imaginariamente. Que es la úni- de cosas homólogo— exhibe una versión de
ca forma de salvarse. Digo: si alguna salvación esa "descalificación": la secuencia es ésta:
existe. "Seamos socialistas antes que marxistas. "Va-
— Otra vez el cristianismo. Me pregunto si le. "Seamos demócratas". Vale. Esto es: se-
el cristianismo es sólo para los cristianos o amos tan genéricos, que todos nuestros po-
es ese revés deI que hablabas. sibles relieves sean tirados por la borda con el
— ¡Qué mayor prueba de ejercicio de lo imagi- pretexto de "no incurramos en el marxismo
nario que el cielo, esa localidad tan despresti- vulgar". Con otras palabras; " S e a m o s antico-
giada como nebulosa! munistas, señores." Sea. . . Como "Marx ha
— ¿Hablamos de otra cosa? muerto", asistimos "a! final de las ideologías".
— Sea. Convirtámonos en una metonimia. . . Cuando lo real es que asistimos a la "realiza-
— Ya que no podemos cambiar de libro (o ción de las ideologías". . . Yo, frente a eso,
de paísK cambiemos de conversación. . . hasta me declaro dispuesto a reivindicar a Sta-
¿Qué opinas del llamado "boom" de la no- lin. Y trato de entenderlo. Incluso, de anali-
vela latinoamericana? zarlo, negándome a tratarlo como "la bestia
— Pero, entonces, lo que me pides no e s una negra" de. . .
opinión; más bien m e estás solicitando una •— ¿He oído bien? ¿Estás hablando de Sta-
plegaria. . . lin, del mismo?
— No, ¿por qué? No te estoy pidiendo que — Sí. Porque voy verificando, dia a día, que
"eleves" tu voz sino que marques tus dis- se va convirtiendo en el fácil chivo emisario de
tancias o afirmes tus proximidades. Por todo lo que no funcionó desde 1930 hasta
otro lado, personalmente, el téma no me 1950. Eso sí que es teología. Maniqueísmo.
parece tan sagrado. Idealismo vulgar. Algo parecido —con todos
— Perdón. Debe ser porque estaba pensando los matices del caso, nuevamente— aconteció
en lo del comienzo: si, por un lado, en Cuerpo* con Codovila, dirigente del comunismo argen-
a cuerpo se cuestionan las órdenes (esto es, el tino durante el primer peronismo: no solo fue
discurso que " c a e " de arriba hacia abajo) eso, convertido en el organizador de la "in-
por otro lado, quizá me haya indispuesto con comprensión" del peronismo desde la izquiet-
el ademán opuesto y complementario: "la ple- da, sino que —además— llegó a ser cues-
garia". . . tionado porque hablaba español como un
— ¿Entonces? "bachicha". . .
— Pienso que su mayor desdicha —más allá — ¿YPerón?
de los logros .y limitaciones que habrá que eva- — Vale la pena la pregunta. Vaya. Con sólo
luar con pausa y lucidez— es precisamente pensar que "Perón" es la palabra que más he-
eso: la nomenclatura mercantilista. Boom. mos repetido los argentinos contemporáneos
Búm. En cuyo revés de trama ya está inscrito después c!-*3 " m a m á " . . . Por un lado, me inte-
su "destino": crásh. resaría analizarlo en virtud del "pacto populis-
— ¿No te parece que son demasiados t a " que echa luz sobre sus orígenes. Su balan-
ruidos? ceo entre un nuevo proletariado industrial, re-
— Es otro aspecto del problema. Y comple- cién llegado del campo, en los años treinta y
mentario: alguna vez lo comenté en México: cuarenta, y los nuevos industriales de esos
"mucho ruido y pocas nueces". mismos años ¡beneficiarios directos de la sus-
~ ¿Pocas? titución de importaciones y de la acumulación
— Sí. Pocer^. -1 algunas - q u i z á - muy producida durante los años 1939-1945). . .
fecundas. . . Pero, me sospecho, que tam- También me interesaría ubicar a Perón en la
bién con ese fenómeno cultural-mercantilista, serie de movimientos populistas que van des-
habría que actuar como insinuaba Stanislavs- de Vargas a Velazco Ibarra pasando por el

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