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Carnelutti y Rocco ( s/f, Pág. 674) considera que la expresión prueba tiene un
distinto significado en el lenguaje común y en el lenguaje jurídico, pues prueba
judicial es la comprobación, no de los hechos, sino de las afirmaciones. A ello
podríamos agregar que en materia procesal se puede hablar de prueba solo
cuando se trate de comprobar hechos que están sujetos a contradicción y que no
han sido admitidos por ambas partes dentro del proceso judicial. Es por eso que
tiene características propias que la diferencian de la prueba en sentido común.
Desde esta perspectiva, la prueba constituye un conjunto de elementos objetivos
dentro del proceso penal, que por su naturaleza circunstancial se constituyen en
partes del mismo, y sin cuya participación resulta imposible afirmar la existencia
del hecho que se reputa delictivo. Sin embargo, esta definición aunque
gramaticalmente bien formulada, solo enfoca una perspectiva en el ámbito de la
prueba, señalando con exclusividad la responsabilidad concerniente a la actividad
acusadora, y soslayando discretamente los medios de prueba que pueden y
deben ser producidos por la defensa del sujeto a quien se imputa responsabilidad,
son las pruebas que en el derecho moderno se denominan pruebas a descargo.
Cafferata (2008, Pág. 4) en sentido amplio, considera como prueba todo aquello
que confirma o desvirtúa una hipótesis o un hecho acaecido. Esta noción amplia,
contraída al proceso penal, no ofrece las herramientas para conceptuar la prueba
como el medio que, en consonancia con las previsiones constitucionales y
observación del debido proceso, pueden ser de utilidad para el descubrimiento de
la verdad acerca de los hechos que en aquel son investigados y respecto de los
cuales se pretende aplicar la ley sustantiva.
El peso de la prueba recae, principal y esencialmente sobre quien alega la
comisión del hecho en su perjuicio, ya que el principio actori incumbe probatio o
todo el que en justicia alega un hecho debe probarlo.
El sujeto que afirma debe acreditar lo que afirma mediante un hecho positivo, si se
trata de un hecho negativo el que afirma deberá acreditarlo mediante un hecho
positivo. Sobre la responsabilidad probatoria decimos que está a cargo de la
víctima principal y esencialmente, sin con esta afirmación pretender exceptuar de
responsabilidad al imputado.
Un concepto de mayor amplitud es el planteado por Devís Echendia (2015, Pág.
272) para definir la prueba como el conjunto de razones que resultan del total de
elementos introducidos al proceso y que le suministran al juez el conocimiento
sobre la existencia o inexistencia de los hechos que conforman el objeto del juicio
y sobre el cual debe decidir.
La prueba como elemento esencial en el proceso
Es indiscutible la importancia de la prueba dentro de un proceso penal, partiendo
del hecho de que, si alguien tiene la razón y no la puede probar, es como si no la
tuviera. De ahí proviene la importancia de la prueba en la aplicación del derecho
en general y particularmente dentro de un proceso penal, en donde la prueba
resulta determinante.
El derecho de las partes a probar sus argumentos dentro de un caso en materia
penal es el aspecto más importante dentro del derecho procesal penal, pudiendo
clasificarse al C.P.P en dos áreas: La primera que comprendería las normas que
regulan el proceso y la segunda las normas que regulan las pruebas.
El jurista estudioso de la Criminología Jeremías Bentham afirmó: El arte del
proceso no es otro que el arte de suministrar las pruebas.
El motivo esencial de la prueba penal son las razones que producen en el juez su
convicción de lo que para él es la verdad. Los medios de prueba son las fuentes
de donde el juez obtiene los motivos o razones que se convertirán en pruebas que
se encuentran reglamentadas en las leyes procesales.
Objeto de la prueba penal
En un proceso penal existen elementos de hecho y de derecho que fundamentan
la acusación concreta que se formula en contra de una persona que
presuntamente a cometido un hecho antijurídico tipificado como delito.
El objeto de la prueba penal se enmarca en determinar sus límites en términos
generales, es decir que se puede y que se debe probar, el objeto de las pruebas
penales será siempre la materia del delito. De manera concreta se podría decir
que el objeto de la prueba se refiere a los lineamientos y requisitos jurídicos de la
prueba en un caso particular, cuando determinamos qué se puede y qué se debe
probar, pero aplicado al delito específico de que se trate.
Las pruebas tienen un mayor o menor grado de idoneidad y el juez tiene que
valorarlas en base al sistema de sana crítica. Es el juez el que determina las
consecuencias jurídicas emanadas del hecho tipificado como delito en relación
con su autor.
Importancia de la prueba
Desde el inicio de los esfuerzos sociales del hombre en procura de infligir un
castigo al responsable de la comisión de un ilícito en perjuicio de otro, la
prueba ha constituido el medio por excelencia mediante el cual se procura la
búsqueda para descubrir la verdad de los acontecimientos. A la vez, es el medio
por el cual se pretende prescindir de la subjetividad del juzgador.
La inexistencia de un proceso probatorio como contenido necesario de un
procedimiento, en el que se observen las debidas garantías fundamentales de los
actores en el proceso penal conllevaría inexorablemente a la dependencia de la
subjetividad del juzgador, practica de la que a toda costa ha querido alejarse la
evolución del derecho moderno. De un modo u otro, las reglas procesales se
sirven de elementos fácticos para la reconstrucción de las circunstancias que se
han dado cita en la comisión de los ilícitos penales. Es decir, se han servido de
elementos de pruebas para justificar el castigo o absolución del imputado.
Para que el juzgador pueda arbitrar el litigio mediante la sentencia de mérito, los
simples alegatos de las partes resultan insuficientes, se hace estrictamente
necesaria la acreditación de datos lógicos y comprobables que inspiren el sentido
de su decisión. Para llegar a ese punto es estrictamente indispensable que haya
una actividad complementaria de la puramente alegatoria, dirigida a proporcionar
tal convencimiento, actividad que, junto con la anterior, integra la instrucción
procesal en el proceso de cognición, y que es precisamente la prueba.
El concepto prueba en el Derecho Penal moderno está íntimamente ligado al
concepto de garantía. Dados los avances de la humanidad, de los cuales,
indiscutiblemente y no se ha sustraído el proceso penal, la producción, recolección
y acreditación de las pruebas, posee límites que violados la hacen inaprovechable
para la fundamentación de una condena.
La tendencia actual del proceso penal está marcada claramente por la forma en
que se obtienen y se incorporan los elementos de prueba, bajo el entendido de
que, en el clima de la democracia, es precisamente la actividad punitiva del
Estado, la que crea mayor riesgo de violación a los derechos fundamentales de los
individuos, los cuales en no pocas ocasiones son violados por los órganos
represivos del Estado para la obtención de la verdad material sobre las
circunstancias de un ilícito.
Diferencia entre prueba y actividad probatoria
Es preciso distinguir en este punto la diferencia entre la prueba y la actividad
probatoria. Si bien es cierto que la p r u e b a representa el medio necesario
mediante el cual se acredita y se demuestra la verdad de la comisión de los
hechos alegados, lo cierto es que la actividad probatoria, está constituida por el
conjunto de actuaciones desarrolladas por los sujetos que por una razón u otra se
dan cita en el proceso, ya sea el Ministerio Público, víctima, imputado, actores
civiles, a los fines de establecer sus verdades en el proceso.
Conclusión.
al culminar este exhaustivo análisis pudimos conocer a fondo los Principios
probatorios: Igualdad y Oportunidad en La Prueba; Oralidad en la evacuación de
La Prueba; Interés público de la Prueba; Inmediación en la apreciación de La
Prueba; Concentración de La Prueba; Contradicción de la Prueba; Apreciación de
la Prueba; Legalidad de La Prueba; Libertad de Prueba; Lealtad probidad y
veracidad de La Prueba; Eficacia y Pertinencia Jurídica de la Prueba; Comunidad
de La Prueba; Imparcialidad del Juez en el control y valoración de la Prueba;
Obtención coactiva de la prueba; Originalidad de La Prueba; disponibilidad de La
Prueba; Preclusividad de La Prueba.
en esa tesitura también conocimos los Principios Probatorios construye la base en
la formación de cimientos de interacción que dinamizan la actividad desarrollada
para la conformación de la prueba, en su mayoría se encuentra plasmado en el
derecho positivo, su estudio se hace con el interés de aportar criterios que puedan
resultar útiles en la práctica, ya que estos principios son de gran importancia al
momento de analizar, ofrecer, producir y valorar los elementos de convicción que
serán objeto del juicio oral y público dentro del proceso. El tema será abordado, no
sólo en forma teórica sino estableciendo la forma en que los mismos se traducen
en el ordenamiento penal vigente, contrastándolo con la doctrina y la
jurisprudencia.
Bibliografía.
Bibliografía básica Unidad IV
¡Dios le bendiga!