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Nombre:

SANDRO PEREZ BOCIO


Matricula:
100042723
Carrera:
Derecho
Asignatura:
Derecho Procesal Penal II
Facilitador:
DR. FELIX MANUEL GARCIA SIERRA
Tema:
Los principios que rigen la prueba penal y cuáles son los requisitos que la norma
exige para que la prueba se considere lícita, así como cuales son las causas de la
exclusión probatoria
Fecha:
14 /8/ 2023
Introducción.
La prueba es el elemento procesal más relevante para determinar los hechos, a
efectos del proceso, ya que para obtener un fallo al fondo se exige una
reconstrucción de los hechos. El objeto de la prueba es demostrar la veracidad y
certeza de ciertos hechos que al ser alegados llevan consigo la necesidad de
determinar su verosimilitud. En el desarrollo de esta unidad tendrás la oportunidad
de conocer de manera detallada todo lo relativo a los medios probatorios y su
importancia en la búsqueda de la verdad ante un juez o tribunal.
En esta unidad tendrás la oportunidad de conocer además de las
conceptualizaciones, los diferentes tipos de pruebas que contempla la norma
procesal penal como garantía de un proceso apegado a las garantías del debido
proceso. Veremos aquí, los principios que rigen la prueba, cuándo puede ser
excluida una prueba si es que esta no ha sido obtenida en observancia del
procedimiento a tales fines. Presentamos aquí de manera panorámica dentro de
los medios de prueba, la testimonial y la pericial, así como también la diferencia
entre un testigo y un perito y las formalidades a tomar en cuenta para hacer valer
ante el juez el testimonio como el informe pericial.
Finalizando a unidad se presentan otros medios de prueba utilizados en el proceso
penal, tales como el reconocimiento individual, el colectivo y el careo. Se
contempla la competencia concreta de la unidad a ser lograda luego del estudio de
la misma, el desarrollo del contenido, resumen del mismo, las actividades de
aprendizaje y de autoevaluación. También se describen las fuentes bibliográficas
que sustentan el contenido.
Distinguido participante:
Consulte la bibliografía básica de la unidad y demás fuentes complementarias del
curso; luego realice la actividad que se describe a continuación:
Realice un análisis y destaque cuales son los principios que rigen la prueba
penal y cuáles son los requisitos que la norma exige para que la prueba se
considere lícita, así como cuales son las causas de la exclusión probatoria.
La prueba es el alma del derecho. Constituye, sin perjuicio de cualquier
argumentación a favor o en contra, la columna vertebral sobre la que se sostiene
el proceso penal. La palabra prueba proviene del latín Probus que significa bueno,
honrado, que puede hacer fe. Mediante la prueba se logrará que el juez se
enfrente a la verdad, que la conozca para que con ese conocimiento pueda
impartir justicia.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en sentido lato,
la palabra prueba puede tener los siguientes significados: Acción y efecto de
probar. Razón, argumento, instrumento u otro medio con que se pretende mostrar
y hacer patente la verdad o falsedad de algo. Indicio, señal o muestra que se da
de algo.
La prueba es percibida desde diversas perspectivas, por lo tanto, puede
considerarse como una actividad lógica y material que se orienta en el mismo
sentido de la realidad que se trata de averiguar, esto es, como operación y
esfuerzo tendente a la búsqueda de la verdad, es la prueba como fin. Pero
también puede ser apreciada como el conjunto particular de recursos que pueden
utilizarse para obtener la secuencialidad que conduzca al fin perseguido.
El Dr. Cabanellas (1999) en su diccionario jurídico manifiesta que prueba Es la
demostración de la verdad de una afirmación, de la existencia de una cosa, o de la
realidad de un hecho; es también la persuasión o convencimiento que se origina
en otro. Ricardo Levene (1993) se refiere a la prueba:
La prueba es conjunto de actividades destinadas a obtener el cerciora miento
judicial acerca de los elementos indispensables para la decisión de un litigio
sometido al proceso Analizado desde la doctrina, el concepto de prueba en
materia procesal penal es tan amplio y variado como las tonalidades que le aporta
cada autor. De acuerdo aMoras Mom (2004, Pág. 219), la prueba es la
acreditación de la verdad de cada uno de los aspectos, circunstancias y
modalidades que rodean tanto al hecho que se afirma delictivo, como al sujeto a
quien se imputa responsabilidad a su respecto.
Por su lado, Palacio, (2000, Pág. 11) define la prueba penal como el conjunto de
actos procesales, cumplidos con el auxilio de los medios previstos o
implícitamente autorizados por la ley, y medios previstos o implícitamente
autorizados por la ley, y encaminados a generar la convicción judicial acerca de la
encaminados a generar la convicción judicial acerca de la existencia o
inexistencia, la veracidad o la falsedad, de los hechos sobre los cuales versa la
imputación.

Definición de prueba desde la perspectiva procesal penal


En la esfera del quehacer procesal penal los usos de la prueba son variados. Se
utiliza el término medio de prueba para señalar los elementos tendentes a nutrir la
convicción del juzgador para la solución de una causa, hayan sido introducidos al
proceso como resultado de la investigación pública o por producción de las partes
litigantes.

Carnelutti y Rocco ( s/f, Pág. 674) considera que la expresión prueba tiene un
distinto significado en el lenguaje común y en el lenguaje jurídico, pues prueba
judicial es la comprobación, no de los hechos, sino de las afirmaciones. A ello
podríamos agregar que en materia procesal se puede hablar de prueba solo
cuando se trate de comprobar hechos que están sujetos a contradicción y que no
han sido admitidos por ambas partes dentro del proceso judicial. Es por eso que
tiene características propias que la diferencian de la prueba en sentido común.
Desde esta perspectiva, la prueba constituye un conjunto de elementos objetivos
dentro del proceso penal, que por su naturaleza circunstancial se constituyen en
partes del mismo, y sin cuya participación resulta imposible afirmar la existencia
del hecho que se reputa delictivo. Sin embargo, esta definición aunque
gramaticalmente bien formulada, solo enfoca una perspectiva en el ámbito de la
prueba, señalando con exclusividad la responsabilidad concerniente a la actividad
acusadora, y soslayando discretamente los medios de prueba que pueden y
deben ser producidos por la defensa del sujeto a quien se imputa responsabilidad,
son las pruebas que en el derecho moderno se denominan pruebas a descargo.
Cafferata (2008, Pág. 4) en sentido amplio, considera como prueba todo aquello
que confirma o desvirtúa una hipótesis o un hecho acaecido. Esta noción amplia,
contraída al proceso penal, no ofrece las herramientas para conceptuar la prueba
como el medio que, en consonancia con las previsiones constitucionales y
observación del debido proceso, pueden ser de utilidad para el descubrimiento de
la verdad acerca de los hechos que en aquel son investigados y respecto de los
cuales se pretende aplicar la ley sustantiva.
El peso de la prueba recae, principal y esencialmente sobre quien alega la
comisión del hecho en su perjuicio, ya que el principio actori incumbe probatio o
todo el que en justicia alega un hecho debe probarlo.
El sujeto que afirma debe acreditar lo que afirma mediante un hecho positivo, si se
trata de un hecho negativo el que afirma deberá acreditarlo mediante un hecho
positivo. Sobre la responsabilidad probatoria decimos que está a cargo de la
víctima principal y esencialmente, sin con esta afirmación pretender exceptuar de
responsabilidad al imputado.
Un concepto de mayor amplitud es el planteado por Devís Echendia (2015, Pág.
272) para definir la prueba como el conjunto de razones que resultan del total de
elementos introducidos al proceso y que le suministran al juez el conocimiento
sobre la existencia o inexistencia de los hechos que conforman el objeto del juicio
y sobre el cual debe decidir.
La prueba como elemento esencial en el proceso
Es indiscutible la importancia de la prueba dentro de un proceso penal, partiendo
del hecho de que, si alguien tiene la razón y no la puede probar, es como si no la
tuviera. De ahí proviene la importancia de la prueba en la aplicación del derecho
en general y particularmente dentro de un proceso penal, en donde la prueba
resulta determinante.
El derecho de las partes a probar sus argumentos dentro de un caso en materia
penal es el aspecto más importante dentro del derecho procesal penal, pudiendo
clasificarse al C.P.P en dos áreas: La primera que comprendería las normas que
regulan el proceso y la segunda las normas que regulan las pruebas.
El jurista estudioso de la Criminología Jeremías Bentham afirmó: El arte del
proceso no es otro que el arte de suministrar las pruebas.
El motivo esencial de la prueba penal son las razones que producen en el juez su
convicción de lo que para él es la verdad. Los medios de prueba son las fuentes
de donde el juez obtiene los motivos o razones que se convertirán en pruebas que
se encuentran reglamentadas en las leyes procesales.
Objeto de la prueba penal
En un proceso penal existen elementos de hecho y de derecho que fundamentan
la acusación concreta que se formula en contra de una persona que
presuntamente a cometido un hecho antijurídico tipificado como delito.
El objeto de la prueba penal se enmarca en determinar sus límites en términos
generales, es decir que se puede y que se debe probar, el objeto de las pruebas
penales será siempre la materia del delito. De manera concreta se podría decir
que el objeto de la prueba se refiere a los lineamientos y requisitos jurídicos de la
prueba en un caso particular, cuando determinamos qué se puede y qué se debe
probar, pero aplicado al delito específico de que se trate.
Las pruebas tienen un mayor o menor grado de idoneidad y el juez tiene que
valorarlas en base al sistema de sana crítica. Es el juez el que determina las
consecuencias jurídicas emanadas del hecho tipificado como delito en relación
con su autor.
Importancia de la prueba
Desde el inicio de los esfuerzos sociales del hombre en procura de infligir un
castigo al responsable de la comisión de un ilícito en perjuicio de otro, la
prueba ha constituido el medio por excelencia mediante el cual se procura la
búsqueda para descubrir la verdad de los acontecimientos. A la vez, es el medio
por el cual se pretende prescindir de la subjetividad del juzgador.
La inexistencia de un proceso probatorio como contenido necesario de un
procedimiento, en el que se observen las debidas garantías fundamentales de los
actores en el proceso penal conllevaría inexorablemente a la dependencia de la
subjetividad del juzgador, practica de la que a toda costa ha querido alejarse la
evolución del derecho moderno. De un modo u otro, las reglas procesales se
sirven de elementos fácticos para la reconstrucción de las circunstancias que se
han dado cita en la comisión de los ilícitos penales. Es decir, se han servido de
elementos de pruebas para justificar el castigo o absolución del imputado.
Para que el juzgador pueda arbitrar el litigio mediante la sentencia de mérito, los
simples alegatos de las partes resultan insuficientes, se hace estrictamente
necesaria la acreditación de datos lógicos y comprobables que inspiren el sentido
de su decisión. Para llegar a ese punto es estrictamente indispensable que haya
una actividad complementaria de la puramente alegatoria, dirigida a proporcionar
tal convencimiento, actividad que, junto con la anterior, integra la instrucción
procesal en el proceso de cognición, y que es precisamente la prueba.
El concepto prueba en el Derecho Penal moderno está íntimamente ligado al
concepto de garantía. Dados los avances de la humanidad, de los cuales,
indiscutiblemente y no se ha sustraído el proceso penal, la producción, recolección
y acreditación de las pruebas, posee límites que violados la hacen inaprovechable
para la fundamentación de una condena.
La tendencia actual del proceso penal está marcada claramente por la forma en
que se obtienen y se incorporan los elementos de prueba, bajo el entendido de
que, en el clima de la democracia, es precisamente la actividad punitiva del
Estado, la que crea mayor riesgo de violación a los derechos fundamentales de los
individuos, los cuales en no pocas ocasiones son violados por los órganos
represivos del Estado para la obtención de la verdad material sobre las
circunstancias de un ilícito.
Diferencia entre prueba y actividad probatoria
Es preciso distinguir en este punto la diferencia entre la prueba y la actividad
probatoria. Si bien es cierto que la p r u e b a representa el medio necesario
mediante el cual se acredita y se demuestra la verdad de la comisión de los
hechos alegados, lo cierto es que la actividad probatoria, está constituida por el
conjunto de actuaciones desarrolladas por los sujetos que por una razón u otra se
dan cita en el proceso, ya sea el Ministerio Público, víctima, imputado, actores
civiles, a los fines de establecer sus verdades en el proceso.

La actividad probatoria es el conjunto de diligencias tendentes a procurar


documentos, objetos, testigos, establecimiento de lugares, personas, en fin, el
acopio de todos los medios pertinentes y necesarios para hacerlo valer con
oportunidad y dentro del marco de la tutoría de la ley en beneficio de sus
pretensiones.
Se trata de un movimiento de las partes a la consecución de la prueba, el cual
trasciende la pura actividad física. Es un despliegue referido no exclusivamente a
la actividad tendente a introducir el material probatorio: producción, ofrecimiento,
seguimiento, entre otros, sino también a la manifestación intelectual y de
conocimiento que se realiza en el momento crítico, o sea en la oportunidad que
corresponde la valoración de lo colectado
Tanto la prueba como la actividad probatoria se complementan entre sí y, la labor
desarrollada por la actividad, con el resultado del elemento concreto y específico
denominado prueba, se conjugan para transmitir al intelecto de otra u otras
personas, acontecimientos y circunstancias desconocidos por ellos y
presentándolos de tal forma que puedan favorecer la causa y pretensiones del
exponente: Bien puede tratarse de hechos evidentes, que incluso no requieran ser
demostrados, caso en el cual estaremos en presencia de un elemento de prueba
contundente, pero para hacerlo valer en el proceso se necesita el concurso de la
actividad, para identificarlo, proponerlo y hacerlo valer en el proceso. Es el espíritu
y esencia de la conjugación de ambas terminologías en el quehacer procedimental
penal.
Principios que rigen la prueba penal
La prueba, en Derecho es la actividad necesaria que implica demostrar la verdad
de un hecho, su existencia o contenido según los medios establecidos por la ley.
Estos fundamentos de la prueba en el proceso penal resultan de la Constitución,
los tratados internacionales y del propio Código Procesal Penal, sin menoscabo de
la doctrina y el derecho comparado, como fuentes accesorias.
Estamos claros sobre los principios que rigen el juicio penal y que la aprueba es
una parte importante en el mismo. Ahora bien, el tema de la prueba no está
desligado del juicio, de modo
que la prueba debe ajustarse tanto a esas pautas generales, como también a las
que contiene el Código Procesal.
Por lo tanto, los principios que sustentan la prueba penal son los siguientes: · El
principio de legalidad de la prueba. Arts.7, 166, 230, 299, 323 del CPP). · El
Principio de Comunidad e Interés público en la función de la prueba. (Art. 6 CPP) ·
El Principio de Contradicción de pruebas. (Artículos 3, 323 CPP). · El Principio de
Igualdad para presentar la prueba. (Artículos 11, 12, 230, 294, 297, 299, 330
CPP). · El Principio de Inmediación de la prueba. (Artículos 3, 172, 332, 333 CPP).
El Principio de Necesidad de la prueba. (Artículos 5, 172, 333 del CPP). · El
Principio de Publicidad de la prueba. (Artículos 3, 290, 298, 308 del CPP). · El
Principio de Libertad Probatoria En desarrollo de esta unidad estaremos hablando
de manera detallada de cada uno de los principios y sus implicaciones en el
proceso penal.
Legalidad de la prueba. Arts. 7, 166, 230, 299, 323 del CPP
A criterio del Dr. Cabanellas (1994, Pág. 497), la prueba legal es aquella que está
conforme con cualquiera de los medios probatorios admitidos por las leyes
adjetivas, aquella cuya eficacia o resultado se encuentra establecida en la ley.
El artículo 26 del Código Procesal Penal consagra el principio general de legalidad
de la prueba. Dispone dos aspectos fundamentales para que los elementos de
prueba tengan valor probatorio y por tanto puedan servir de fundamento a una
decisión judicial: I. Que los mismos sean obtenidos conforme a los principios y
normas legales; II. Que sean incorporados al proceso conforme a los principios y
normas legales.
Las pruebas deben corresponderse con los preceptos legales; es una aplicación
del principio general de la legalidad. Con este principio comienza el capítulo de los
medios de prueba, el artículo 166 dice con respecto a este, que los elementos de
prueba solo pueden ser disposiciones del Código Procesal Penal
Principio de legalidad de la prueba y la Teoría de los Frutos del Árbol
Envenenado
Del análisis de los artículos 26, 166 y 167 del CPP se da respuesta a esta teoría,
la cual recoge el Principio de legalidad de la prueba que hace que una prueba
adquirida de manera ilegal es nula, y consecuentemente todo lo que de ella
resulte. De ahí que se establezca que: los elementos de prueba sólo tienen valor
si son obtenidos e incorporados al proceso conforme a los principios y normas del
CPP como bien dijimos en el párrafo anterior. De manera que, el incumplimiento
de esta norma puede ser invocado en todo estado de causa y provoca la nulidad
del acto y sus consecuencias.
La teoría de los frutos del árbol envenenado” proviene la doctrina que hace
referencia a las pruebas de un delito obtenidas de manera ilícita, las cuales
impedirán posteriormente en el proceso judicial que puedan ser utilizadas en
contra de cualquier persona.
Cualquier prueba que directa o indirectamente y por cualquier nexo esté viciada,
debe ser prueba nula. La obtención de una prueba sin respetar el control de
legalidad originando que se convierta en ilegítima, y, por tanto, ello significaría su
radical nulidad, conllevando que todas aquellas otras pruebas directamente
relacionadas y derivadas en el procedimiento seguido sean también nulas de
pleno derecho.
Es el caso de obtención de pruebas con vulneración del derecho a la intimidad, a
la integridad física o la inviolabilidad del domicilio, establecidas en nuestra
Constitución. Todo árbol que dé fruto envenenado habría que cortarlo de raíz,
consiguiendo así evitar la fuente que ha envenenado el árbol para que dé el fruto
malo. Según Mateo 7:17-20 “Así todo árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos ni el árbol malo dar frutos
buenos.
Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que por su
fruto lo conoceréis”. Esta teoría es una figura jurídica que se originó con el famoso
caso de Silverthorne Lumber Company contra Estados Unidos; tras un registro, los
agentes del Gobierno practicaron un allanamiento en las oficinas de W.
Silverthorne y fue detenido por los libros de contabilidad hallados en dicho registro.
Posteriormente apeló en el juicio, acogiéndose a la cuarta enmienda de su
Constitución, declarándose ilegales todas las pruebas obtenidas.
Su símil es hacer uso de una prueba ilegal (árbol) que conlleva a un
descubrimiento ilícito (fruto). La prueba sería declarada nula al no respetar un
control de legalidad –vulneración de derechos constitucionales. La doctrina del
“fruto del árbol envenenado” se ejemplariza en la entrada en el domicilio de un
agresor sin una orden judicial, y se obtienen vídeos en el que se gravan
situaciones de agresiones.
Concepto de prueba ilícita.
La prueba ilícita es aquella que se ha obtenido o valorado con vulneración de
derechos constitucionales e implican un perjuicio real y efectivo para alguna de las
partes en el proceso. Las mismas no son admitidas en el juicio. De esa manera se
dice que no se intentará obtener pruebas en el convencimiento de que no
alcanzarán eficacia alguna en el juicio. La prueba que haya sido el resultado de
tales diligencias carece de fuerza probatoria en justicia, toda vez que, aunque esta
pueda contener en sí misma una fuerza conviccional suficiente para producir
condena, no es menos cierto que la justicia no puede aprovecharse de ningún acto
contrario a la constitución.
La exclusión probatoria
La exclusión probatoria está prevista en nuestra norma procesal penal en su
artículo 167, en consecuencia, ésta no puede ser apreciada para fundar una
decisión judicial, ni utilizada como presupuesto de ella, la prueba recogida con
inobservancia de las formas y condiciones que impliquen violación de derechos y
garantías del imputado, previstos en la Constitución dominicana, los tratados
internacionales y la norma procesal penal vigente.
Tampoco pueden ser apreciadas aquellas pruebas que sean la consecuencia
directa de ellas, salvo si se ha podido obtener otra información lícita que arroje el
mismo resultado. Si bien es cierto que la finalidad del proceso penal es la
averiguación de la verdad real o histórica, es decir, la reconstrucción de los
hechos como efectivamente han sucedido; también es cierto que, la búsqueda de
la verdad por parte del Estado se encuentra limitada por el respeto a los derechos
individuales establecidos por la Constitución a favor de cada uno de los habitantes
del país. De ahí que, por un lado, las torturas y todo otro cualquier método de
coacción se encuentre prohibido como método de investigación criminal, del
mismo modo que existe información que solo puede ser obtenida e incorporada
como prueba al proceso si existe una autorización judicial expresa.
El principio de comunidad e interés público en la función de la prueba.
En el artículo 6 de Código Procesal Penal, pese a que presenta los principios de
Comunidad e Interés Público como dos principios, pudieran fundirse en uno solo.
Comunidad implica que las pruebas no son exclusivas de quien la promueve, sino
que esos medios probatorios pertenecen al proceso y a todas las partes envueltas,
toda vez que dichas pruebas se orientan a un propósito común, que es la
búsqueda de la verdad de los hechos, a los fines de que el juez forje su parecer
sobre los hechos y aplique el derecho. En tanto que el carácter de interés público
significa que al igual que la acción penal, la prueba interesa al bien.
El principio de contradicción de pruebas.
De la lectura y combinación de los artículos 3 y 323 del CPP, se deduce que el
principio de contradicción de pruebas es una aplicación de la regla de la
contradicción en el proceso penal. En lo que respecta a la prueba, la parte contra
quien se esgrime un medio de prueba tiene el derecho a contraponer otros
medios, y a tacar, como un medio de defensa la prueba en su contra.
El principio de igualdad para presentar la prueba.
Enlazando el contenido de los artículos 11, 12, 230, 294, 297, 299, 330 CPP, se
infiere que, cada uno de los actores procesales tiene guales derechos a ofrecer,
promover y presentar su prueba de conformidad con la ley, lo que deriva del
principio constitucional y procesal de la igualdad. El juez tiene el deber de allanar
todos los obstáculos que impidan la vigencia o debiliten esa igualdad.
El principio de inmediación de la prueba.
Del análisis exhaustivo al contenido de los artículos 3, 172, 332, 333 CPP, se
aprecia que los medios de prueba deben ser sometidos al juez de modo que no se
difieran a espacios y tiempos ajenos a su percepción directa. Es una aplicación, al
régimen probatorio, del principio de inmediación del proceso penal.
El principio de necesidad de la prueba.
El espíritu de la normativa procesal penal en la conjugación de los artículos 5, 172,
333, es que la acreditación de los hechos que aprecia el juez del juicio
obligatoriamente debe fundarse en las pruebas que las partes le aportaron en el
proceso y en modo alguno en el conocimiento personal o privado que tuviere de
los hechos ni en una interpretación subjetiva.
El principio de publicidad de la prueba.
En atención a lo previsto por los artículos 3, 290, 298, 308 del CPP, la discusión,
presentación, examen y contradicción de las pruebas al igual que la ponderación,
debe ocurrir en público salvo las reservas que contiene la ley tomando en cuenta
los intereses jurídicos especialmente protegidos, de modo que sea del
conocimiento tanto de las partes como de la comunidad.
Renovación, rectificación o cumplimiento de los medios de prueba
A la lectura del artículo 168 del CPP, se aprecia que cuando no se violen derechos
o garantías del imputado, los actos defectuosos pueden ser inmediatamente
saneados, renovando el acto, rectificando el error, o cumpliendo el acto omitido,
de oficio o a petición del interesado. No se puede retrotraer el proceso a etapas
anteriores, bajo pretexto del saneamiento, salvo los casos expresamente
señalados por el CPP.
Convalidación de los elementos de prueba
De acuerdo con lo previsto por el artículo 169 del CPP, los defectos formales que
afectan al Ministerio Público a la víctima son convalidados siempre y cuando
reúnan las siguientes condiciones: Cuando éstos no solicitan su saneamiento
mientras se realiza el acto o dentro de las 24 horas de practicado, cuando quien lo
solicita no haya estado presente. Si por las circunstancias del acto ha sido
imposible advertir oportunamente el defecto, el interesado debe reclamarlo dentro
de las 24 horas después de advertirlo; · Cuando éstos aceptan, expresa o
tácitamente, los efectos del acto.
El principio de libertad probatoria
El Derecho Procesal Penal moderno, al menos en la mayoría de países que
componen el denominado mundo occidental, consagran en sus sistemas de
persecución de los delitos penales, la denominada libertad probatoria, es decir, la
autorización a las partes enfrentadas en litigio, para colectar, presentar y hacer
valer todos los medios de pruebas que a su buen juicio avalen la consecución de
sus pretensiones.
La admisión o denegación de la prueba
Según lo prevé el artículo 171 del CPP, la admisibilidad de la prueba está sujeta a
su referencia directa o indirecta con el objeto del hecho investigado y a su utilidad
para descubrir la verdad. El juez o tribunal puede restringir los medios de prueba
ofrecidos que resulten manifiestamente sobreabundantes. También puede
prescindir de la prueba cuando ésta sea ofrecida para acreditar un hecho notorio.

Conclusión.
al culminar este exhaustivo análisis pudimos conocer a fondo los Principios
probatorios: Igualdad y Oportunidad en La Prueba; Oralidad en la evacuación de
La Prueba; Interés público de la Prueba; Inmediación en la apreciación de La
Prueba; Concentración de La Prueba; Contradicción de la Prueba; Apreciación de
la Prueba; Legalidad de La Prueba; Libertad de Prueba; Lealtad probidad y
veracidad de La Prueba; Eficacia y Pertinencia Jurídica de la Prueba; Comunidad
de La Prueba; Imparcialidad del Juez en el control y valoración de la Prueba;
Obtención coactiva de la prueba; Originalidad de La Prueba; disponibilidad de La
Prueba; Preclusividad de La Prueba.
en esa tesitura también conocimos los Principios Probatorios construye la base en
la formación de cimientos de interacción que dinamizan la actividad desarrollada
para la conformación de la prueba, en su mayoría se encuentra plasmado en el
derecho positivo, su estudio se hace con el interés de aportar criterios que puedan
resultar útiles en la práctica, ya que estos principios son de gran importancia al
momento de analizar, ofrecer, producir y valorar los elementos de convicción que
serán objeto del juicio oral y público dentro del proceso. El tema será abordado, no
sólo en forma teórica sino estableciendo la forma en que los mismos se traducen
en el ordenamiento penal vigente, contrastándolo con la doctrina y la
jurisprudencia.

Bibliografía.
Bibliografía básica Unidad IV
¡Dios le bendiga!

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